𝐭𝐡𝐞 𝐝𝐨𝐰𝐧𝐬𝐢𝐝𝐞𝐬 𝐨𝐟 𝐢𝐫𝐫𝐞𝐬𝐢𝐬𝐭𝐢𝐛𝐥𝐞, james potter

𝟏𝟔. 𝐥𝐢𝐥𝐲 𝐞𝐯𝐚𝐧𝐬 𝐲 𝐥𝐚 𝐥𝐢𝐭𝐞𝐫𝐚𝐭𝐮𝐫𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐚𝐝𝐨𝐣𝐚 𝐫𝐞𝐟𝐥𝐞𝐱𝐢𝐨𝐧𝐚𝐧𝐝𝐨

Advertencia: Conversaciones de muerte/suicidio, pensamientos depresivos y trastorno obsesivo compulsivo
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LOS DÍAS SE VOLVIERON MÁS CORTOS, Y LOS BESOS DE CHOCOLATE CALIENTE SE CONVIRTIERON EN una ocurrencia regular, Brigitte no podía evitar sentirse cálida, para pesar de ella misma. Tal vez eran los adornos, o tal vez el alivio que acompañaba el estar lejos de la Mansión de su familia. Aunque ella disfrutara de los bailes, un miedo helado siempre surgía en su estómago mientras los recordaba.

Ella y Lily estaban en asombrosamente buenos términos, considerando que ella estaba enamorada de James Potter, y Lily se estaba enamorando de James Potter ( el mismo, el único e inigualable ).

Salir con James Potter había sido un sueño dichoso por como una semana.

Habían sido perfectamente cliché, la pareja impecable de Hogwarts también eran el epítome del amor verdadero. James, el príncipe, buscó a su dama, peleó contra dragones y demonios de los pozos del infierno para cortejar a su querida doncella.

Todos se olvidaban de mencionar que los dragones eran creación de Lily, mandados para salvarla del idiota de cabellos revueltos que no sabía como detenerse.

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MIENTRAS LA NAVIDAD SE ACERCABA, BRIGITTE SINTIÓ QUE EL POZO EN SU ESTÓMAGO CRECÍA EXPONENCIALMENTE grande. Su madre no le había mandado ninguna carta de aclaración desde la ultima, y ella se quedó tratando de desenmarañar las idas y venidas de la Mansión Alarie.

James, por otro lado, parecía ser la única persona con emoción legítima por las vacaciones. Sirius había estado temiendo su estadía por dos semanas en la Mansión Black desde que se fue a Hogwarts en septiembre, y con las vacaciones de invierno acercándose cada vez más, estaba mucho más ansioso.

La Navidad en la mayoría de familias sangre puras no era una divertida tradición familiar sino que una lujosa. La mayoría de los Sagrados 28 se mantenían no espirituales. Había algo compatible sobre confiar en un dios, y uno podía asumir que retaba su propio complejo de dios.

Mientras los hijos llegaban a casa, los Elfos Domésticos estaban fregando con locura, sus horas de labor mucho más de lo que un Elfo podía soportar. Para la mayoría, la Navidad era solo otra festividad para probar que eras más rico, mas inteligente, mejor. Ponías a tus hijos en exhibición, empujándolos hacia Mozart, se hacían presentaciones en francés, limpias y refinadas.

Lily tenía sus propios problemas, una lista de hecho, que en su mayoría consistía de Petunia, Tuney, Vernon el Vernim, y su inhabilidad de sentir serotonina cuando sus labios se juntaban con los de su novio.

Ahora, mientras luchaba contra la culpa desgarradora ( un efecto secundario no deseado de engañar a un chico del que ahora te diste cuenta de que no sentías nada ), deambuló distraídamente hacia el territorio peligroso de los Slytherin.

Había una diferencia entre territorio de los Slytherin y territorio peligroso de los Slytherin. Para empezar, los Slytherin, como la mayoría de las serpientes, preferían que los dejaran solos. No necesariamente en la forma mala y cruel, sino que en una forma de mente maestra-tranquila-que-es-forzada-a-hacer-ensayos-de-Transfiguraciones. Algunos, sin embargo, decidían que era tiempo de salir de la madriguera, otra vez, no con una connotación negativa como podrías pensar. A Lily le gustaba deslizarse tanto como a la persona del costado, que tenía que decir que no le importaba. No era para nada un modo efectivo de transporte, pero se veía genial. Al menos, en animales. No estaba segura como reaccionaria si estudiantes se tiraran al piso y comenzaban a deslizarse.