Capítulo 26: Daemon

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Año 2478. Fera, Capital de Faerem

Dos meses antes del asesinato del rey de Lirack

"Joder, malditos guardias del norte. Debo encontrar a Ayane, hace tres días que no la veo desde que Brutwe la retiene en su habitación y le impidió las visitas."

"Es mi novia, mi presente y mi futuro y ningún tratado absurdo me impedirá pasar el resto de esta miserable vida con ella. Esa pequeña idiota es la luz que, en un mundo helado, calienta mi gélido corazón." Me confesé a mí mismo.

Las ropas que gané a los guardias de la taberna me quedaban demasiado apretadas, pero darían el pego.

"Malditos inútiles muertos de hambre y adictos al juego. Echaba de menos apostar... ¿Por qué Ayane me lo tuvo que prohibir? También beber, pero demasiadas peleas de bar en tan pocos días. Quiero encontrarla. Necesito encontrarla." Pensé rodando los ojos.

Era la primera vez que cruzaba con temor las puertas del castillo... Deberían haberme mirado y agachado la cabeza en señal de respeto. Quienes no lo hacían sufrían las consecuencias en secreto. Pero no, aún no podía hacer que su sangre corriera por el suelo. Debía encontrar a Ayane.

⏤Soldado ⏤me llamó un comandante al llegar a las escaleras interiores.

"Joder."

Volteé la cabeza y, discretamente, dejé descender el puñal que escondía en la manga derecha, manteniéndolo oculto ante su visión.

⏤Sí, comandante ⏤respondí, imitando su estúpido acento norteño.

⏤¿A dónde se dirige? ⏤preguntó desconfiado arqueando una ceja.

Era ancho, de mi estatura, con piel y ojos claros intimidantes que, detrás de su casco era lo único que podíamos ver el uno del otro.

⏤A las cocinas principales ⏤mentí inmutable.

Se me daba bien. Además conocía el castillo, por lo que mi tono no vaciló ni un mínimo detalle.

⏤Necesitan un soldado que lleve la comida a las princesas. El príncipe Brutwe desconfía de varios sirvientes ⏤añadí al ver que no quedó contento con mi primera respuesta.

⏤¿Tiene algún elegido de entre los sospechosos? ⏤preguntó indiferente, bajando el tono de su voz tornándolo más inquisitivo.

Sus palabras, junto con esa tranquilidad que mostraba, me hacían prever que mi mentira fuera más verdad de lo que esperaba.

⏤No. Puede que incluya a alguno más en la lista de traidores ⏤añadí a la mentira mostrando seguridad.

Para mentir solo es necesario creerte tu propia mentira. Sencillo.

⏤Manténganme informado, continue.

"Caiste en mi trampa, pequeña rata."

Realicé su absurda reverencia y continué mi camino hacia las cocinas desviándome en las escaleras de sirvientes para subir a los aposentos, un piso más y sería mía.

Esquivé a un par de guardias que hacían su ronda y pasé por delante de otro que descansaba medio dormido.

Esperé unas horas en las escaleras interiores sin ningún sobresalto.

Las bandejas de comida reposaban repletas de restos de la cena en las mesas del pasillo. No entrarían en sus cuartos hasta la mañana siguiente.

Cuando ningún guardia merodeaba por el pasillo principal y los cercanos, avancé hasta su cuarto.

La Huida De La Reina ✔️ (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora