Capítulo 17: Toda rosa tiene espinas

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Mi mente se sentía despejada, demasiados sentimientos que no había podido organizar. Había ocurrido demasiado rápido y los errores se habían acumulado dificultando hacerles frente.

Keidan me analizaba con esos oscuros pero intensos ojos, unos ojos que esperaba que intimidasen más que mostrar compasión. Su mirada había cambiado, desapareciendo de ella cualquier rastro del odio que albergaba. Su mandíbula relajada no apretaba los dientes ni mostraba los colmillos afilados, pero sus facciones seguían marcadas.

Una cicatriz recorría la parte derecha de su mandíbula llegando hasta su cuello. Al ver que la miraba volteó su cabeza ocultándola.

—Bien, princesa ⏤dijo con tono seductor⏤. Espero no arrepentirme...

Alzó la cabeza retirando los mechones que jugueteaban por su rostro y, con media sonrisa, mordió su labio inferior para luego mirarme firme.

—Confiaré en tí ⏤añadió⏤. He de confesarte que sabes más de lo que esperaba, pero tu historia sigue con lagunas.

—¿Lagunas?

Soltó una leve risa nasal mientras movía la cabeza despacio hacia los lados.

—Sí, lagunas ⏤respondió como si fuera obvio⏤. Te ocultaron cosas pequeña princesa, bueno cosas... te ocultaron el mayor secreto de tu familia. El secreto de por qué seguimos vivos y de por qué fuimos creados...

—¿A qué te refie...?

—Princesa... ¿Piensas interrumpirme en todo momento? ⏤preguntó burlón.

Mis mofletes se calentaron y seguramente ruborizaron. Debía aprender a esperar, no ser tan ansiosa, dejarle que me contase lo que deseaba saber del mismo modo que Keidan me respeto cuando hablé.

—Continúa.

—La historia del porqué nos crearon fue cierta. Se saltaron la parte en la que torturaron a mis ancestros y experimentaron con ellos hasta conseguir lo que deseaban. Conjuros y maldiciones, ciencia y magia, dolor y control... Todo eso lo mezclaron para poder someternos.

Separé los labios para preguntar pero, controlé mis ansias dejando que procediera. Lo notó y me dedicó una dulce sonrisa, la primera sincera que recibía de sus labios.

—Mi pueblo eran brujos, descendientes de un linaje semiperdido, con unos dones apagados en nuestra sangre. Antes de que nos mutaran nos era imposible utilizarlos.

Suspiró cerrando los ojos dudando de si contarme la historia que tenía en la punta de su lengua.

—Tu abuelo nos condenó, nos creó pero... ocultó un secreto al resto de reinos, incluso a sus propios aliados ⏤abrió los ojos, mostrando una oscuridad completa en ellos, sin blanco que distinguiese su oscuro iris del resto, una completa oscuridad que imponía incluso teniéndolo atado⏤. Nos convirtió en los monstruos aterradores de tus cuentos, en seres que solo él y los descendientes de su linaje pudieran controlar. Princesa, a Lirack no les interesa vuestra sangre por esa sala. Lirack quiere poder controlarnos porque, solo así, podrá asegurarse el continente bajo su mando.

"¿Mi abuelo era tan despreciable?" Nada tenía sentido, ni sus palabras ni su historia.

—Mientes ⏤repliqué⏤. Mi familia no ha sido perfecta, lo sé. Pero... utilizaros de esa manera... No sería posible...

—Ayane ⏤me interrumpió con tono borde⏤. Sé que no quieres creer que tu familia fuera capaz de tales atrocidades, pero negándolo solo te mientes a tí misma. Sabes que te estoy diciendo la verdad.

—¡NO! ⏤grité con todas mis fuerzas.

Sentí como una lágrima recorría mi mejilla izquierda y noté como los sollozos entrecortaban mis palabras.

La Huida De La Reina ✔️ (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora