XXV

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Destino suelta una carcajada.

-¿Y esa frase de novela?

Me río.

-¿No me escuché genial? Yo, he vuelto.

Ambos nos reímos, le quito la espada a la mujer con un leve sentimiento de culpabilidad.

-Lo siento pelirroja, pero necesito esto.

Noah se me acerca con curiosidad.

-¿Sabes usar un arma?

La muestro jugando con ella.

-Axel, el me enseñó.

Flashback.

Caigo en el lodo ensuciando la ropa delicada que llevo puesta. Mis ojos observan fríamente al rubio con la espada.

-¿Tanto amas el suelo?

Me levanto ignorando esas palabras.

¿Cuánto tiempo llevamos así?

Si no hubiera sido por mi arrogancia no habría perdido la apuesta. ¿Pero que es esto? Creí que pediría algo más. ¿Por qué humillarme de esta manera?

-Este maldito mocoso...

Es mucho menor que yo. ¿Me veo tan joven que no es capaz de mirarme como su mayor?

-¿Que dijiste? No te escuché. ¿Me estás maldiciendo?-el sonríe.

-¡Soy un Mago imbécil!¡Uso magia, no cosas como éstas!

-¡Esa cosa te podría salvar la vida, levanta la espada!

Lo mataré.

No me importa si es el Emperador, voy a destrozarlo.

Mis músculos no han parado de llorar y siento que voy a desmayarme en cualquier momento.

Todo por culpa de este mocoso.

Le atacó con toda mi energía, el da un paso hacia atrás, bloqueando mi ataque y volviendo a tirarme al suelo.

El lado ya es parte de mí.

Los chanchos de la granja me miran con burla.

-¿Me los puedo comer?-le apunto con la espada a esos animales estúpidos.

Kaiser se ríe limpiando mi mejilla

-Hueles mal.

Golpeo su mano con fuerza.

-No me toques.

Me levanto apoyando mi cuerpo con la espada.

-¿Que ocurre?¿No te gusta?-el sigue mirándome-¿Por qué no te quitas esas ropas? Debes tener calor...

Entierro la espada en el suelo molesto.

-Su majestad, no se meta, en lo que no le incumbe-le digo fríamente.

El agarra mi mano.

-¿Es por la herida?-mi corazón se paraliza-la que tienes en tu rostro...

Me suelto sujetando de inmediato la tela que cubre la mitad de mi rostro.

¿La vio? La marca de quemadura...el la vio, estoy seguro de eso.

-¿Te lastimaste cuando eras niño? Parece desde hace tiempo.

-Su majestad.

-Esta bien, lo entiendo.

El no vuelve a dirigirme la palabra por la herida en mi rostro, en cambio se saca su chaquetón y me lo coloca encima.

-La tela es delgada.

Kaiser se va después de eso, una lágrima cae por mi mejilla.

Lo sabe, el lo vió, no solo las heridas de mi rostro, si no que también las de mi cuerpo.

Joder, mal día para escoger esta ropa.

Fin de flashback.

También fue el día en el cual descubrió mi mayor debilidad. En ese momento Axel y yo nos conocíamos muy poco como para hablar sobre nuestro pasado.

Y ahora...me protege mucho más que antes.

Toso fingidamente.

-¿Vamos?

Tengo que despejar mi mente, el pensar en su partida me duele.

Noah y yo nos teletransportamos al salón.

Justo como lo creí. Los tres herederos están amarrados más el príncipe heredero, los únicos que no están son sus guardias personales.

Destino sonríe saludando al hombre que lo asesinó, el cual está pálido a más no poder.

-¡Yo...yo...yo te maté!-grita apuntando con el dedo a Noah.

Cómo la mancha de sangre y la ropa que tiene la tela rasgada, es fácil creer en lo que dice el asesino.

-¿Quien te crees que eres?-pregunta Noah con arrogancia-nadie puede matar al gran yo.

No responderé a eso.

-¿Gran Archimago?-pregunta Lim.

-¿Que? Creí que había muerto- menciona Yiloh.

-Esta vivo...-susurra Leroy.

Roseta se tapa la boca con una expresión de sorpresa.

-...el gran Archimago Raven White...oh dios, el...el...ha vuelto.

Sujeto el arma filosa en mis manos.

-Un mago no puede asesinar sin tener la autorización del Emperador-dice uno de los asesinos.

Sonrió.

-No soy un Mago idiota.

-¡Si! ¡¿Cómo puedes llamarle un simple Mago?!-grita Roseta-¡No puedes faltarle el respeto al gran Archimago Raven!

Ella...era este tipo de persona.

Noah frunce el seño.

-¿Por qué ellos te alaban más que a mí?

-Quizás es porque no te conocen.

-No es justo, soy más fuerte que tú.

-¿Celoso?-sonrío.

-Pff, no tienes la altura para hacerme sentir celoso-Destino de ríe-les demostraré mi poder...

Lo paro al poner mi mano encima de su hombro.

-Agradecería que no lo hicieras.

-¿Ah? ¿No ves que voy a lucirme?

-Eres el Caballero personal de Víctor, si usas poder, intenta que no sea mucho, o los tipos que me observan se preguntarán de tu existencia.

-¿Y que? ¿Que importa si saben de mí? Barbatos es tan débil que puedo acabarlo de inmediato.

-Solo no me metas en problemas.

El desaparece de mi lado sujetando un abanico en su mano, prácticamente está apareciendo detrás de cada asesino y les está cortando la cabeza.

Muy sangriento a mi parecer.

Mi arma se dirige a los tipos que intentan escapar.

-¡Te dejo los de adentro!-grito y Noah me responde en confirmación.

-¡Soy tan fabuloso que los acabaré primero que tú!

-Ya veremos.

Al salir, los sirvientes gritan desesperados, tengo que atrapar a uno para interrogarlo, a los demás, los mataré.

Corro por el jardín buscando a los sujetos vestidos de negro.

Ellos me rodean sacando sus armas.

Son alrededor de 10 personas.

Mis ojos se enfrían, y la espada en mi mano brilla de un color azul.

-Vengan.

El Archimago ha regresado. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora