Marylise.
Harry ha estado muy distraído estos últimos días, pero agradezco en cierta forma que ya no haya tenido más ataques. Realmente no sé con exactitud qué pasa por su cabeza cuando se mantiene por mucho tiempo viendo un punto fijo frente a él, con la mirada y sus sentidos perdidos en el limbo de su subconsciente; pero puedo darme fácilmente una idea de lo que piensa en esos momentos.
Le comenté que necesitaba salir un momento, tomar algo de aire fresco, distraerse en algo que no sea ver televisión o escucharme hablar todo el día de cosas que hago el mayor de los intentos por escarbar en mi mente para contarle. El aislamiento total no está funcionando y siento que me volveré loca si continúan las cosas así.
No hemos ido a la oficina por dos días enteros después de que se haya sentido mal aquel día que insistí que fuésemos, aquel día en que tuve que ayudarle a avanzar sosteniendo su peso, temiendo a que azotara de pronto contra el piso debido al mareo y el horrible dolor de cabeza que le atormentaba. Ese día, al llegar al departamento, durmió por varias horas sin interrupción, y desde entonces despertó de esta forma.
Solo espero que mi plan funcione y el salir por un momento haga que aparte sus pensamientos intrusivos y vuelva el Harry alegre y parlanchín que conozco.
A pesar de que me insistió mil y un veces en que no quería salir, que no le apetecía en absoluto estar fuera, pude convencerlo. Recordé que los chicos me habían mencionado que en estos días vendría una feria a la ciudad; recuerdo que planeamos ir desde hace semanas cuando fuese mi cumpleaños que se encuentra proximo, cuando nos reunimos por última vez, pero recientemente no he mantenido mucho contacto con ellos, por lo que no estoy segura si aún los planes siguen en pie.
Le hablé a Harry acerca del sitio y, luego de discutir si era una buena idea o no, terminó por aceptar con un simple "Si tu quieres ir, vamos", dandome a entender que claramente no quería venir y solo lo hacía por mí. Por un momento sentí que lo estaba obligando a hacer algo que no quiere, y eso me hizo sentir mal, pero tenía que hacer algo, tenía que apartarlo del mundo de sus pensamientos en el que se estaba hundiendo poco a poco, y esto es lo primero que se me ocurrió por hacer para poder evitar que siga arrinconándose dentro de cuatro paredes en su habitación.
Cuando llegamos al lugar, notamos que estaba repleto de personas, pasaba por mi mente en ese momento que no cabría ni un alma más por esos pasillos y, a pesar de que no me encantaba la idea de estar rodeada de gente, decidimos bajar del auto y echar un vistazo. En dado caso de que no nos agradara el ambiente o que nos sintiésemos incómodos de algún modo, acordamos el irnos sin mayores complicaciones.
Una vez entramos me tomé un par de segundos para analizar el lugar, todo eran luces, colores, canciones y música divertida, juegos por doquier, risas y murmullos que no alcanzaba a comprender debido a la cantidad de palabras y oraciones que se formulaban entre las cientos de parejas y grupos que habían en el sitio. Ni siquiera alcanzaba a recordar la última vez en la que fui a un lugar como estos, creo que la última vez fue cuando estaba mi papá con nosotros, cuando seguíamos estando todos en casa, cuando éramos una familia.
—¿No te perderás si no te veo por un momento?— La pregunta socarrona de Harry provoca que salga de mi ensimismamiento de golpe.
—No, ya no soy una niña distraída que se pierde con facilidad, Harry— Le digo, fingiendo molestia y cansancio, recibiendo tan solo una sutil sonrisa de lado y un asentimiento de su parte.
Nos adentramos un poco más y comenzamos a avanzar entre la multitud. Todo era tan colorido y brillante, que solo provocaba que mi pequeña niña interior se alocase y volviera a la vida tomando de rehén a mi cuerpo, logrando así que me emocionase cualquier cosa que viera, indicándole con vehemencia a Harry todo lo que llamaba mi atención, quién solo me respondía con respuestas cortas, gestos de asentimiento o alguno de afirmación.
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Teach me math, baby » H.S
Fanfiction«¿Qué tendré yo a cambio?» «Tu me enseñas matemáticas, y yo te enseño otras cosas más divertidas, pequeña»