Marylise.
Llegamos al departamento pasadas las 2 de la mañana, esto debido a que, después de salir del hospital alrededor de las 12:30, nos fuimos a cenar algo como Harry me lo había propuesto, encontrando solamente comida rápida disponible. Tomamos nuestra orden de sándwiches después de algunos minutos de espera, y nos dirigimos al departamento para poder comer ahí más tranquilos.
Después de haber terminado de cenar y haber limpiado el desastre que hizo Harry en la mesa con las salsas, nos quedamos en el comedor hablando por un rato más. A pesar de que mis ojos comenzaban a pesar y a sentirse agarrosos y mi vista se tornaba borrosa conforme pasaba el tiempo, extrañamente, no sentía la necesidad y las ganas de ir a dormir aún. En cierto modo quizá... no quería que el tiempo siguiera su curso, necesitaba que se detuviera un momento para poder seguir hablando, para seguir pudiendo compartirle lo interesante y buena que estaba aquella serie que terminé de ver el sábado pasado, que él me escuchara atentamente y que incluso se interesara por esta preguntándome más al respecto, aunque claramente sé que jamás la verá. Necesitaba que se detuviera un momento para poder seguir escuchando sus anécdotas sobre su vida de joven y el cómo nunca pudo durar con un puesto de trabajo más de dos semanas... Pero, aunque lo desee con todas mis fuerzas, el tiempo nunca deja de avanzar.
—¿Ya tienes sueño?— Su pregunta repentina me saca de balance y es hasta entonces que me doy cuenta que mis ojos se encontraban ya casi cerrados por su propia cuenta.
Parpadeo un par de veces para tratar de alejar esa sensación pesarosa, aunque solo logro que mis ojos ardan un poco más.
—Un poco— Admito, en un murmuro silente, tanto que tengo que carraspear para que mis palabras salgan más nítidas—. Ya es tarde.
Harry me mira por un momento con atención, aprieta sus labios en una mueca en forma de media sonrisa y después desvía su mirada, asintiendo en el proceso, es entonces cuando capto que quizá entendió algo que no quise decir.
—Bueno, creo que ya...— Habla, pero un bostezo le interrumpe. Toma una inspiración profunda y sacude su cabeza antes de continuar—. Ya tengo que irme.
Dibujo una mueca en mis labios tratando de mostrarle un intento de sonrisa y asiento levemente con la cabeza en respuesta, al no tener algo concreto qué decir, al no encontrar cómo pedirle lo que pasó por mi mente como un presuroso rayo luminoso. Harry se levanta de su asiento con intenciones de dirigirse a la salida y yo le sigo enseguida, pero algo lo detiene de pronto, girándose para encararme.
—Eh, Marylise...
—¿Sí?
Tengo que inclinar un poco mi cabeza hacia atrás para mirarle a los ojos debido a la cercanía y a su altura.
—Gracias.
En mis facciones se asienta un gesto de confusión total al escucharle, sin entender el porqué me agradece tan repentinamente.
—Gracias por no irte cuando te lo pedí— Se esclarece poco después, quizá debido a que pudo notar mi gesto desorientado.
—No fue nada, yo quería quedarme... por Annie— Intento explicarme de la mejor forma que puedo, tratando de dejar en claro eso último.
Sí, me quedé en el hospital por Annie, porque quería saber que estaba bien, me quedé porque sentí la necesidad de hacerlo y quería estar ahí para recibir noticias pronto, pero, aunque me niegue a admitirlo y no quisiera reconocerlo frente a él, también me quedé para acompañarle, porque no quise dejarle solo en esa situación sabiendo lo importante que es ella en su vida, porque de cierta forma sentí que me necesitaba. Quizá fue una forma de agradecerle por haber hecho lo mismo conmigo cuando necesitaba de alguien también.
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Teach me math, baby » H.S
Fanfic«¿Qué tendré yo a cambio?» «Tu me enseñas matemáticas, y yo te enseño otras cosas más divertidas, pequeña»