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Marylise

No sé si esto esté bien pero, no tengo otra opción. Él no me dio otra opción.

Abro mi boca para hablar, pero prefiero asentir con la cabeza. Noto como una ligera sonrisa aparece en su boca mientras dice–: Te prometo que no te arrepentirás, pequeña.

Ya me estoy arrepintiendo.

No debí haber aceptado, debí haberle dicho a alguien desde un principio pero no lo hice, tenía miedo de que me hiciera algo si lo hacía. Tenía miedo de todo, hasta de mi misma por sentir eso que sentí.

¿Y si vuelvo a sentirlo? ¿Y si me gusta lo que me vaya a hacer? Entonces, ¿tendré que seguir con esto? No quiero..., no quiero sentir esto, no quiero que me toque, no quiero nada que tenga que ver con él, o bueno, no lo sé... Es un sentimiento muy extraño, no quererlo pero desearlo en el mismo momento.

Aunque no quiera aceptarlo, se sintió bien lo que hizo ayer, ¿volverá a hacerme lo mismo? Si lo de ayer me gustó, es muy probable que lo de hoy también me guste. Tengo miedo de lo que pueda sentir porque sé que esto está mal, está muy mal, aunque se sienta diferente.

–¿Me acompañas?– Pide, sacándome de mis inquietudes, mientras se separa un poco de mí y me extiende su mano.

Sé que quiere que la tome, pero no sé a dónde me llevará si lo hago, no sé si quiera aceptarla.

Me armo de valor tomando una inspiración profunda y tomo su mano para que me guíe a dónde quiera que vayamos a ir. Supongo que a su cama porque es donde usualmente...

No creo que esté preparada para esto.

Él me regala una sonrisa torcida y comienza a caminar conmigo a su lado.

El camino a lo que supongo es su habitación es demasiado largo, o por lo menos eso me parece a mí. Caminar por ese pasillo con él guiándome me hace sentir demasiado diminuta, demasiado insegura y desprotegida, como si de una niña pequeña se tratase, y no me gusta sentir eso.

Mis manos y piernas tiemblan con cada paso que doy y al parecer él se da cuenta de eso, ya que me mira y comienza a caminar más lento; pero yo no quiero que vaya más lento, ya quiero terminar con esto, ya quiero que comience con lo que no terminó ayer...

No, no. Quiero decir, ya quiero decirle que no quiero seguir con esto y llegar a mí casa, sí, eso...

Él abre la última puerta del pasillo una vez que llegamos y entramos en la habitación. Me lleva hacia el centro de ésta y luego suelta mi mano. Me abrazo a mí misma, sólo porque me siento demasiado inestable estando aquí. Comienzo a observar el lugar; las paredes están pintadas de un monótono color blanco mientras que la cama y algunas decoraciones son de tonos grisáceos y negros. No había nada de color, excepto a una guitarra que tenía en una esquina.

Ya había estado aquí antes, pero no lo había observado bien, ya que despertar en su cama con él tocándome fue un choque a mis sentidos, mi mente no pudo analizar bien en dónde me encontraba ya que sólo se concentraba en él, en su mirada, en la forma en cómo me tocaba, en...

Suelto un suspiro pesado al revivir todo eso.

Tengo miedo, y ya no es porque pueda hacerme algo malo, que pueda abusar de mí o algo parecido, porque sé que no lo hará, él lo prometió. Aunque dijo que no era muy bueno cumpliendo promesas..., como sea, igual eso no es lo que preocupa justo ahora.

Lo único que ronda en mi mente son sus otras palabras: "Te prometo que no te arrepentirás, pequeña"

Tengo miedo de que eso se cumpla, de que me guste lo que vaya a hacerme y después no quiera salir de esto; que lo disfrute tanto que quiera volver a hacerlo. No quiero seguir con esto.

Teach me math, baby » H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora