Marylise
—Ya no tengo nada que hacer aquí. Todo lo que quería decir, está dicho.
—Marylise...— Me llama, cuando doy media vuelta y comienzo mi caminar hacia la puerta—. Marylise, no, espera— Intenta detenerme, pero yo sigo con mi camino—. Déjame hablar un poco más contigo, dame unos minutos, escúchame— Me pide, pero yo lo ignoro completamente, abriendo la puerta de entrada—. Por favor, vuelve conmigo.
—Adiós, Harry— Digo, saliendo de su casa.
—No me dejes tú también, pequeña— Vuelco mi vista hacia él en ese momento. ¿También?—. Por favor, quédate.
Suelto una exhalación profunda y le miro por última vez antes de cerrar la puerta, a pesar de que sus últimas palabras me hayan desconcertado.
Cierro la puerta de entrada y me dirijo hacia el auto color perla que se encuentra estacionado en la acera; abro la puerta de éste y me dispongo a entrar.
—¿Qué paso?— Me pregunta Angie al ver mi estado.
—Vámonos— Le pido, escuchándome ansiosa.
—Dime qué pasa— Demanda, pero yo repito mi anterior respuesta, sin más. Finalmente, lo termina haciendo, encendiendo el auto y marchándonos de ahí en cuestión de segundos.
Necesitaba salir de ahí rápido, a como diera lugar; necesitaba no estar cerca, en verdad ocupaba alejarme de él para no cometer el error de regresar sobre mis pasos y volver a su lado, para no arrepentirme de mi decisión tomada. Tengo que ser fuerte y no ceder, tengo que mantener mi promesa firme cual pared de concreto. Debo dejar que esto pase, olvidarme de todo y de todos para finalmente, ir superando mis sentimientos hacia él, reemplazarlos por otros o simplemente, olvidarlos por completo. Necesito tiempo, mucho... en verdad lo necesito.
—¿Me vas a contar ahora?— La inquisitiva voz de Angie me hace salir de mis cavilaciones en un instante. Le miro y, tras unos segundos, desvío mis ojos al camino—. Quiero saber lo que pasó, ¿todo salió bien?
—Si— Contesto en seco, después de su insistencia.
—¿Qué le dijiste? ¿Qué te dijo él? ¿Cómo reaccionó?— Habla tan rápido que apenas y puedo seguir el hilo su voz.
—No quiero hablar de eso— Respondo—, por favor.
No quiero recordar todos esos sentimientos entremezclados, no quiero recordar su rostro y sus expresiones cargadas de engaño y fingida aflicción. No quiero nada.
—Demonios— Masculla, en un tono de voz que se me antoja preocupado—. Tengo que devolverme, lo siento.
—¿Por qué?— Le pregunto, más allá de lo confundida.
—Harry no está bien, Marylise— Suelta, sin despegar la vista del camino—, no lo está desde hace tiempo, y sé que estás herida ahora mismo y por lo tanto dijiste cosas hirientes para él, casi puedo apostarlo...
—¿Y qué querías que hiciera?— Espeto—. ¿Que le dijera que todo estará bien solo para que no se sienta mal?
—No, Marylise... No te estoy diciendo que estuvo mal porque no es así— Me mira por un momento—. Sólo te digo que Harry no está en el mejor momento como para escuchar esas cosas y necesito saber qué está haciendo justo ahora—. Fue una pésima idea pedirte esto, lo siento, es solo que...— suelta un bufido cargado de frustración mientras da un golpe al volante con su palma—. No sabía qué más hacer.
—Si tanto te urge saberlo entonces llámale y averígualo— Le propongo—. No tienes por qué ir hasta su casa de vuelta y hacerme perder el tiempo.
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Teach me math, baby » H.S
Fiksi Penggemar«¿Qué tendré yo a cambio?» «Tu me enseñas matemáticas, y yo te enseño otras cosas más divertidas, pequeña»