Capítulo 4

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Sus palabras hicieron que mi corazón latiera aún me rápido, no podía pensar en nada más que él..

- Oigan ustedes dos. – dijo el barman derrepente. – Vayan a hacer sus cosas a otro lado.

- Ya cálmate hombre. – Tom lo miró algo molesto, se veía tan lindo así. – No estamos  haciendo nada malo, pero si tanto te molesta ya nos vamos.

- ¿A donde vamos Tom?

- Shh, solo ven conmigo.

Él soltó mi cintura y tomó mi mano con firmeza. Hizo que me bajara de mi asiento pero enseguida notó que a penas podía mantenerme de pié, aún estaba muy ebrio..

Había mucha gente en el lugar por lo que tuve que aferrarme a Tom para no perderme entre la multitud.

Finalmente llegamos a la salida trasera del bar, estaba totalmente en silencio y muy desolada. Había un poste que emitía una tenue luz, no podía ver casi nada. Tom se detuvo de golpe y soltó mi mano, lo miré confundido, no entendía qué estaba pasando. Él se dió la vuelta hacia mí, me miró desafiante y sonrió coqueto, me volvía loco que hiciera eso. Derrepente empezó a caminar hacia mí, me acorraló contra la pared del exterior del bar y tomó mi cintura firmemente.

- Te noto muy tranquilo. – dijo él casi susurrando, sus labios estaban tan cerca de los míos, comencé a mirarlos con deseo.

Cerré mis ojos y lo besé. Para mi sorpresa él siguió el beso intensificándolo cada segundo.

Sentí sus cálidas manos meterse bajo mi ropa y acariciar mi cuerpo tan delicadamente que no pude evitar estremecerme. Él solo siguió besándome apasionadamente sin control alguno, nuestras lenguas chocaban, nuestra respiración se agitaba cada vez más.

Mi corazón latía desesperado, la manera en la que Tom me tocaba hacía que me excitara tanto al punto de querer más, el control sobre mí mismo estaba desapareciendo, solo quería que él me hiciera lo que quisiera sin que yo se lo impidiera.

En eso, oí el grito de alguien.

- ¡Eres un asqueroso! – dijo aquella voz apartando a Tom de mí, no podía identificar a aquel hombre que estaba discutiendo con él, solo pude caer de rodillas al suelo.

- ¡¿Y a tí que mierda te pasa, eh?! – dijo Tom.

- ¡¿A tí qué es lo que te pasa?! ¡Eres un hijo de puta, solo ibas a aprovecharte de Bill porque estaba ebrio! – en eso ambos empezaron a discutir a gritos, sentí temor pero no aguanté más y caí totalmente inconciente.


14 de abril, 2007.

Desperté con un inmenso dolor de cabeza, rápidamente me di cuenta que no estaba en mi habitación, si no que en la de Gustav.

- Por fin despertaste Bill, ya me estaba preocupando de que ese imbécil te hubiera dado algo más que solo vodka. – dijo Gustav desde la puerta, tenía un ojo morado a causa de un golpe que yo no había visto, me preocupé demasiado.

- ¡¿Gustav qué te pasó?! – me levanté rápidamente de la cama y corrí a verlo, él solo me quedó mirando con tristeza.

- Bill, ¿No recuerdas qué pasó anoche?

- Realmente no Gus, disculpa..

- Tom intentó abusar de tí.

Las palabras que salieron de la boca de Gustav me dejaron helado, lo dijo tan directamente que no sabía cómo reaccionar.

- ¿De qué hablas Gus..?

- Él te invitó dos vasos de vodka, es muy fuerte para tí pero aún así te los tomaste. Obviamente quedaste ebrio enseguida y él se dió cuenta, así que aprovechó eso y te llevó a la parte de atrás del bar para intentar... ya sabes. Fuí detras de ustedes y cuando llegué los ví. Me molesté tanto que agarré a ese imbécil y lo enfrenté, él me golpeó y yo se lo devolví, luego se fué.

Sentí un nudo en la garganta, no sabía si era por el estado de Gustav o por el echo de que Tom intentó abusar de mí. Me siento vacío, me siento de una manera que no puedo explicar, pero... extrañamente no podía dejar de sentirme atraido por Tom. Miré al suelo con confusión, no podía seguir sintiendo esto por él sabiendo que quiso aprovecharse de mí mientras no estaba consiente de lo que hacía.

- ¿Entonces él solo me quería como una puta? – le dije a Gustav algo triste. Él me miró muy preocupado, creo que también fuí muy directo con esas palabras

- Ay Bill... pero piensa que no pasó a mayores y ahora no tienes por qué verlo de nuevo. – Gus se acercó a mí y me dió un abrazo.

Me siento tan mal por esto. Gustav me defendió, recibió un fuerte golpe solo por mí y yo seguía sintiendome atraido por el hombre que nos hizo esto.. Tom.

- Oye Gus, ¿Por qué estoy en tu casa? – sé que tal vez era para que mi madre no se diera cuenta de lo que pasó pero aún así necesitaba confirmar.

- Primero te llevé a tu casa pero tu madre no me abrió la puerta. Esperé unos minutos y me fuí, en realidad era mejor si me quedaba contigo porque así podía asegurarme que estuvieras bien al despertar, además tampoco quería que tu madre te viera en ese estado en el que estabas.

- Gracias, aprecio mucho toda tu ayuda Gus.

Después de un rato decidí irme a casa, me despedí de mi amigo y fuí hasta la parada de bus que había cruzando la calle. Mi casa quedaba a más de treinta minutos caminando, prefería tomar un trasporte.

Llegué a la parada y me senté. Aún me dolía un poco la cabeza pero estaba mucho mejor sin duda.

Mientras esperaba sentí que alguien se sentó a mi lado, no presté mucha atención debido a que solo estaba concentrado en subir al bus y llegar a mi casa, necesitaba dormir un rato más.

- ¿Cómo está tu amigo? – oí derrepente.

Levanté mi vista.

- ¿Fue un golpe muy fuerte? Jaja, es un amargado, solo porque no pudo follar con esa zorra la otra noche no quiere que tú lo hagas. – dijo Tom, quien estaba sentado a mi lado.

Me quedé mirándolo fijamente sin mostrar ninguna expresión, sentía que no podía moverme.

- ¿Nos seguiste? – dije al fin, mi voz temblaba lo suficiente como para que él se diera cuenta.

- Tal vez, quería saber en donde podría encontrarte. ¿Sabes? Anoche te veías realmente lindo, de un momento a otro te volviste un chico muy sumiso, eso me agrada. – dijo él entre risas. Sentí ganas de llorar, me sentía sucio, me sentía realmente mal...

- Cállate.. ¡Cierra la boca, Tom! – dije levantándome bruscamente. – ¡Deja de tratarme como si fuera una zorra más de todo tu montón! ¡Deja de buscarme, yo no quiero volver a saber de tu puta existencia nunca más en mi vida! – me quedé parado mirándolo aunque tuve que darme la vuelta para que él no viera como las lágrimas caían por mis mejillas. Sentía algo en el estómago, sentía algo en el corazón, solo sentía que quería desaparecer.

- Toma. – dijo él detrás mío. Me di la vuelta secando mis lágrimas con las mangas de mi suéter. Tom me entregó un papel con su número escrito en él. – Quisiera hablar otra vez contigo, no te alteres, en serio me refiero a hablar.

- Yo.. – no pude completar la oración, él ya se había alejado.

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