Capítulo 12

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De alguna manera no me sentí sorprendido, Tom tenía una gran cantidad de mujeres lindas y sexys solo para él, de entre todo ese montón supuse que aquella chica que se le acercaba feliz venía de ahí.

- ¡Hola, mucho gusto! – dijo ella mirándome.

Ahora si que me había sorprendido, en ningún momento se me pasó por la cabeza que ella se daría cuenta de mi presencia si es que tenía a Tom en frente. La saludé muy amablemente con una sonrisa de oreja a oreja, resultó ser alguien muy dulce.

- ¡Mi nombre es Erika! ¿Y el tuyo? – me preguntó.

- Me llamo Bill.

Tan solo unos segundos después miré a Tom, tenía una expresión de incomodidad en su rostro, también tenía una mirada molesta. Me quedé parado un momento pensando, ¿Será que se molestó porque su chica empezó a hablar conmigo? Yo aún no podía asimilar todo lo que había vivido hoy, no quería seguir causando más problemas porque sabría que llevarían consecuencias y yo ya estaba a nada de colapsar por el cansancio y la tristeza que me invadían en aquél momento.

- Oigan ya debo irme, se me hace algo tarde, lo lamento. – decidí decir.

Miré a Tom una última vez, su mirada cambió de ser muy fría a una realmente triste, quería abrazarlo pero sabía que él no lo aceptaría en público. Dí unos pasos a hasta que pasé por su lado, nos observamos el uno al otro detenidamente hasta que me di cuenta que ya había avanzado lo suficiente como para no alcanzar a verlo más. Mientras caminaba en dirección hacia la mesa de Georg y Gustav, pude notar lo mucho que mis piernas temblaban desde el encuentro con aquél chico rubio en el baño, recordarlo me hacía sentir muchas emociones a la vez, todas negativas, había roto muchas promesas hacia mi mismo y todo fue mi culpa.

Antes de llegar sentí que alguien agarró mi mano con fuerza e hizo que me detuviera, supe que era Tom enseguida porque no había nadie más que tuviera algún motivo para alcanzarme. Miré hacia atrás, ahi estaba él con una expresión muy seria. Me di la vuelta quedando de frente hacia Tom.

- Bill.. creo que ya es tiempo de que te cuente un poco más. – soltó mi mano de golpe. – Es en serio, solo te pido que vayamos a mi auto, aquí no es el lugar más seguro.

Lo miré confundido, no entendía por qué se supone que este lugar no era seguro, pero se veía que hablaba muy en serio, asi que acepté ir con él.

Me indicó con la cabeza que lo acompañara, fuí detrás de él un poco dudoso de si tal vez me estaba mintiendo o engañando, pero mi mente daba vueltas y estaba muy cansado, no sentía deseo de discutir. El ruido de nuestros pasos se oían fuertemente por el silencio de la noche y el vaho salía de nuestra boca por la baja temperatura que había afuera.

Llegamos finalmente hasta el auto de Tom, me subí del lado del copiloto y él en el asiento del conductor. Estuvimos unos minutos en silencio, justo en eso pude recordar ese sueño que tuve la otra noche, ahora me sentía muy irreal.

- ¿Qué es lo que debes contarme, Tom? – pregunté, esperaba que así pudiera darme cuenta si estaba soñando otra vez.

- Yo.. quería contarte el por qué siento tanto rechazo en aceptar lo que siento por tí. – respondió él sin mirarme, solamente tenía su cabeza apoyada en el reposacabezas mientras observaba a través del parabrisas.

Yo lo miré sorprendido, realmente no pensé que tuviera alguna explicación tan importante que darme por eso, juraba que era solo por el echo de no poder aceptar que se sentía atraído a los hombres. De cualquier manera yo iba a entender sus razones, quizá no quería una pareja estable, o tal vez.. espero que no tenga novia y que todo este tiempo la haya estado traicionando con muchas otras chicas e incluso conmigo, no sabría cómo sentirme.

Yo invito | TollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora