Capítulo 2

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13 de abril, 2007

- Agh... que dolor de cabeza, ¿Por qué?... ayer no tomé nada. – dije llevando mi mano hacia mi frente.

Acababa de despertarme por los rayos de sol que entraban por mi ventana, sin embargo, no pude pensar cerrar la cortina o algo por el estilo, si no que...

- Tom... – dije débilmente.

- ¿Tom? – mi madre estaba en la entrada de mi habitación, parada, sólo observándome. – ¿Quién es Tom?

- ¡Mamá! ¿Qué haces ahí parada? Me asustaste. – dije levantándome rápidamente. – ¿Pasó algo?

- Tu amigo Gustav está afuera, dice que no respondes sus llamadas, que no sabe si llegaste bien anoche... ¿A dónde fuiste, Bill? – me miró fijamente a los ojos, sentí el miedo recorrer mi cuerpo.

– Solo salimos a caminar un rato pero Gustav tuvo un... un problema personal y tuvo que irse, por eso debe estar preocupado jaja... – le regalé una sonrisa algo nerviosa. No me agrada mentirle, pero si le digo en donde estuve en realidad sé que se molestará mucho aunque es irónico porque ella siempre se la pasa de bar en bar.

- Mhm... ahora ve a ver a tu amigo, le dije que estás bien pero él quería verte.

Asentí con la cabeza, ella se hizo a un lado para que pudiera salir de mi habitación, luego corrí por las escaleras. Al llegar abajo  ví a Gus en la puerta de entrada.

- ¡Bill! – gritó antes de abrazarme, mi respiración casi se corta por la fuerza que utilizó en ese momento. – Me asustaste en serio, prometo no volver a dejar que regreses solo a casa.

- No importa Gustav, tuviste problemas... – él me miró extrañado, yo solo apunté con mi mirada hacia el segundo piso haciendo referencia a mi madre.

- ¡Ah! Claro Bill jaja... bueno, tengo que hablarte de algo que pasó anoche, ¿Así que te parece si te cambias y salimos un rato?

Miré a Gustav con curiosidad, ¿Algo que pasó anoche? ¿Qué pudo haberle pasado? Ah, cierto, tal vez va a contarme con lujo y detalle su noche de pasión con aquella mujer. Bueno, es mi amigo, tengo que escucharlo.

Corrí de vuelta a mi habitación. Dormí con ropa pero no hay posibilidades de que me quede así. Me cambié, arreglé mi maquillaje que estaba todo corrido y me peiné un poco, mi cabello seguía con fijador asi qué no tuve que hacer mucho.

- Ya estoy listo Gus.

- Bill, estuviste como treinta minutos arreglándote, solo te dije que te cambiaras de ropa. – oí su tono de molestia pero aún así estaba con una sonrisa en la cara.

- No es para tanto, mejor ya vámonos.

Dejé que él saliera primero para yo seguirlo por detras y poder cerrar la puerta de entrada. Antes de hacerlo, pude ver a mi madre observándome fijamente desde las escaleras, decidí sonreirle y hacer una seña de despedida con mi mano.

Con Gustav pensamos en ir a un parque no muy lejos para poder charlar. Nos sentamos en una banca bajo un árbol, las personas pasaban.

- ¿Qué debías contarme Gus? – dije rompiendo el silencio. Es él quien debe hablar, no yo, se me hace extraño que esté tan en silencio.

- Anoche creo que debo haber estado en el bar una hora más después de que te fuiste, me quedé hablando con aquella chica rubia, ¿La recuerdas? – asentí con la cabeza. – Bien, no llegué a nada con ella. – desvió su triste mirada hacia el pavimento.

- Ah, lo lamento Gus. – intenté sonar compasivo pero me parecía extraño que solo me trajera hasta aquí para contarme eso. – Ehh, ¿Eso era todo?

- Si... no, disculpa. – dijo devolviendo su mirada hacia mí. – Después de despedirme de ella salí del bar. Caminé hasta la esquina y me topé con dos tipos a los que no les presté mucha atención y me fui a esperar el bus en la parada que estaba al lado de ellos, pero después uno dijo '¡Ah si! Se nota que estaba muy asustado ese emo asqueroso'. Supuse que hablaban de tí porque en el bar no había estado nadie como tú... ya sabes. De todas formas no estaba seguro así que me quedé prestando atención a lo que decían.

- Espera un momento Gus, ¿Cómo era el que habló de mí? – estaba claro, si era de mí de quién se trataba, entonces era Tom con quién Gustav se encontró.

- Oh pues era como de tu altura quizá, traía ropa suuuper holgada y una gorra y... ¡Ah! Llevaba rastas si no me equivoco, o tal vez solo era cabello largo, no lo sé, estaba un poco oscuro y ellos no estaba muy cerca de mí.

Definitivamente era Tom.

- Bueno sigue contando. – estaba realmente molesto, pero también muy atemorizado, ¿Qué pasa si le estaba hablando de mi a ese tipo para poder hacerme daño los dos juntos?

- Ah si, luego siguieron hablando y el de gorra dijo algo así de que había estado hablando contigo en la barra y que le habías interesado.

¿Yo? ¿Yo le interesé a él? Pensé que ese imbécil solo se fijaba en mujeres.

- ¿Entonces? – dijo él derrepente.

- ¿Entonces qué?

- ¿Entonces si eras tú de quién hablaban?

- Creo que sí Gus... – miré al suelo confundido. ¿Interesado en qué sentido? ¿Le gusté o algo así?

- Hey Gus, ¿Te parece si vamos al bar esta noche?

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