Capítulo 17

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Me dí la vuelta con un nudo en la garganta y corrí lo más rápido que pude hacia la dirección en la que se encontraba Tom. El policía pareció escuchar mis pasos y se detuvo, miró hacía atrás en donde yo estaba.

- ¿Qué se le ofrece? ¿No debería estar preocupado de la llamada con su padre?

- ¡¿Y qué mierda le importa?! ¡¿Por qué se lo lleva?! – grité sin pensarlo mientras señalaba a Tom, la desesperación me había invadido rápidamente, tan así que no pude pensar en lo que estaba haciendo.

El policía guardó silencio unos segundos. Miré a Tom para que me diera alguna señal para entender qué estaba pasando, pero él sólo me miró con preocupación.

- No sé si lo tiene claro, pero este jóven de aquí, – dijo el uniformado agarrando el brazo de Tom y mandándolo un poco hacia delante bruscamente. – es un traficante que hemos estado buscando desde hace tiempo, no le permito que se meta en estos asuntos, niño. – contestó el policía molesto, obligando con fuerza a Tom para que se meta al auto.

- ¡Usted se equivoca! ¡Debe estar confundiéndolo con alguien más! – alcancé a decir justo cuando Tom negó con su cabeza intentando hacer que yo me detuviera.

Lo miré atemorizado, no podía dejar que se lo llevaran así como así, no podía dejar que él no pusiera resistencia, que no intentara liberarse.

Justo antes de que pudiera acercarme a la ventana de Tom, el auto ya se estaba alejando de mí con rapidez. Quería correr para alcanzarlo pero sabía que sería inútil. Tom.. ya me había enterado de muchas cosas acerca de la vida de Tom, del pasado y de la actualidad. Él no está bien, no hace bien muchas cosas pero no es culpa suya.. Sé que no lo confundían con nadie, era él a quién buscaban, pero no podía asimilar que todo se juntara justo aquí, justo ahora. Cubrí mi boca con una de mis manos y estallé en lágrimas enseguida. La tristeza me había invadido otra vez, lo habían alejado de mí en tan solo unos minutos, mi mente estaba en blanco y no me dejaba pensar en alguna solución para poder ayudarlo. Es mi culpa, es mi culpa por dejar que viniera conmigo..

- Bill.. – oí la voz de Gustav detrás de mí. – Es lo mejor para tí.

Guardé silencio. Las lágrimas dejaron de caer y dejé de sentirme mal, simplemente había dejado de sentir. Las palabras de mi amigo me habían generado ruido en la cabeza.. ¿Es lo mejor para mí? No es cierto, no es cierto que actúe como si todo estuviera bien, como si fuera algo que debía pasar.. ¿Cómo si fuera algo que debía pasar..?

- ¿Qué quieres decir..? – me dí la vuelta lentamente quedando frente a frente con él. Bajé ambas manos con los puños apretados mientras solo me dedicaba a mirar a Gustav, quién estaba totalmente pálido. – ¿Tú lo hiciste?

- Por favor Bill, perdóname.. era muy probable que si venías aquí a mi casa sería con él, entonces les dije a los policias y así ellos podrían estar atentos pero es que yo..

- ¡¿Estás de broma?! ¡¿Qué mierda te pasa por la cabeza, Gustav?!

Me detuve con la mirada clavada en los ojos de aquél chico rubio que se encontraba en frente de mí. Sentí una mezcla de furia, de tristeza, de temor, todo en un mismo momento. Mi respiración se agitó y mi presión se alteró notablemente pero no pude fijarme en eso, estaba con la mente en otra parte.

- Bill por favor.. te pido que me perdones..

- Cierra la boca.. ¡No entiendes nada, nada! ¡¿No te das cuenta?! – grité sintiendo que mi garganta casi se desgarraba, tragué saliva y tomé un respiro no muy profundo. – ¡No entiendes ni una puta mierda de lo que siento! ¡Nunca vas a sentir mi dolor! ¡Nunca en tu vida vas a poder darte cuenta de toda la mierda que estoy viviendo! ¡Sólo Tom me hizo sentir felicidad después de todo y llegas tú a arruinarlo!

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