Capítulo 14

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- Pero puedes contarme. – levanté mi mano hasta su hombro y ahí la apoyé.

- Si.. pero no aquí, no ahora. – dijo ella acercándose a mi oido. – Si no vamos a coger no puedo dejar que quedes mal con todos esos idiotas. Voy a acercarme a la puerta y voy a chocar con ella para que así todos piensen que está intenso aquí adentro. – me miró levantando una ceja, eso me causó mucha gracia.

Aquella chica se levantó de la cama estirando la minifalda que traía con ambas manos hacia abajo.

- ¡Ah! Y no te burles por los ruidos que voy a hacer.

Caminó lentamente hacia la puerta y me miró aguantando las ganas de estallar en risas, luego, se ubicó de lado enfrente de la puerta e intencionalmente se golpeó contra ella haciendo un quejido que aparentaba placer. Cubrió su boca con ambas manos para que su risa no se escuchara para después volver a la seriedad y comenzar a hacer una serie de sonidos bastante fuertes así como gemidos y quejidos, casi no se notaba que eran forzados.

Decidí dejar de mirarla, me sentía avergonzado de estar presenciando eso, en especial porque ella estaba literalmente haciendo todo esto por mí. Después de varios minutos se detuvo, volví a mirar hacia su dirección, ella ya se estaba acercando a mí nuevamente.

- Rápido, sácate la camiseta y desabrocha tu cremallera, Adler entrará en cualquier momento. – dijo ella casi susurrando pero con prisa,  desordenando su cabello y desacomodando su escasa ropa.

Me apresuré en hacerle caso, pero me sentía bastante inseguro y asustado, todos me iban a ver sin camiseta y además podrían ver las marcas en todo mi torso. No me quedaba otra opción, debía hacer esto por la chica, por Tom, por mí. Junté mis labios con fuerza para llenarme de valor y me saqué la parte de arriba de mi ropa, luego, desabroché mi cremallera y me senté en la cama fingiendo que ya me estaba vistiendo. Justo en ese momento la puerta se abrió de golpe.

- ¡Vaya! Parece que te entusiasmaste, niñito. – dijo Adler entre risas.

Eso causó que varias personas que estaban mirandonos desde la entrada se rieran también. Intenté no alzar la vista, el miedo me había inundado tras haber oido el ruido que se generó al abrir la puerta.

- ¿Qué opinas, eh, Tom? Parece que tu 'hermano' no es tan diferente a tí. – gritó Adler.

No pude evitar levantar la vista esta vez algo sorprendido, esperaba salir de aquí pronto y contarle a Tom que en realidad nada había sucedido, que yo no me había acostado con nadie. Justamente ahí estaba él, en frente mío, sus ojos estaban cristalinos por las lágrimas y apretaba sus labios con fuerza, solo tenía la mirada clavada en el suelo. Al verlo así no pude evitar sentir ganas de llorar. Me detuve a mirar a Adler, tenerlo en frente me hizo sentir algo que no entendía, pero creo que el coraje le ganó a las lágrimas en mis ojos, necesitaba contarle la verdad a Tom lo antes posible.

Agarré mi camiseta y me la puse levantándome de la cama.

- Bien, ya está, ¿Ahora puedo hablar con mi 'hermano'? – miré a Adler con indiferencia. En este momento no sentía miedo, me daba igual que me hicieran algo, solo quería ir con Tom.

- ¡Hah! Bien.. como quieran. – replicó Adler mientras me daba la pasada hacia la puerta.

Caminé hasta Tom y lo agarré del brazo para llevarlo hacia la salida. Mientras caminabamos lo miré, él seguía sin levantar la vista del suelo.

Creí que la mejor idea era llevarlo hasta su auto para tener más privacidad, asi que eso hice. Crucé las puertas del club en el que nos encontrabamos y me dirigí hacia el vehiculo aún estacionado y con las luces apagadas, no había nadie más alrededor. Tom se subió en el asiento del conductor y yo me fuí al del copiloto. Esperaba que nos quedaramos allí pero él arrancó el auto y con mucha velocidad condució fuera del lugar. Me asusté un poco debido a que no creo que Adler hubiera querido que nos fueramos de allí, tal vez a Tom le iría mal por lo que estaba haciendo, eso me preocupó mucho.

Estuvimos unos minutos andando en completo silencio, yo no podía dejar de mirar al chico de rastas que se encontraba a mi lado manejando. Me sentía increíblemente mal otra vez, si tan solo hace una hora él y yo estabamos besándonos dulcemente en este mismo auto, abrazándonos, diciéndonos cosas que llenaban a mi corazón de alegría y tranquilidad.

Sentía que el camino era eterno, más aún con el silencio que había. Me detuve a pensar en que tal vez ahora podría contarle lo que pasó en realidad con la chica de cabello oscuro, que nosotros no habiamos tenido relaciones como todo el mundo en ese club creía, incluyéndolo a él. Abrí un poco mi boca esperando poder decir algo, pero me arrepentí enseguida, tal vez él no quería escucharlo ahora.

Tras no recibir respuesta alguna por mis miradas, decidí observar por la ventana para ver a donde nos dirigíamos, recién pude notar que estabamos yendo al depatartamento en el que nos habiamos encontrado la otra noche. Tragué saliva nervioso, el silencio de Tom me hacía sentir que estaba conduciendo con un completo extraño.

Entramos al estacionamiento de aquel lugar. Tom se bajó del auto y desde afuera me indicó que me bajara también, asi que le hice caso aún nervioso.

Él comenzó a avanzar lentamente hacia la entrada del departamento, yo lo seguí por detras observando hacia el frente, no entendía por qué era que estabamos aquí, tampoco entendía para qué. También me puse a pensar que este no era el apartamento de Tom, ¿Por qué venía aquí con tanta seguridad?

Entramos al edificio y fuimos directo al ascensor, nos subimos y marcamos el piso correcto, todo en silencio. Al llegar, Tom abrió la puerta con unas llaves que tenía en su holgado pantalón y me hizo pasar.

- Tom, te tengo que hablar sobre..

- Shh.. – dijo él acercándose a mí. – No hace falta que lo hagas, Bill.

- Es que debo contarte cómo fueron las cosas..

Tom me tomó de ambas manos y me jaló hacia él para agarrar mi cintura con fuerza y acercar mi cuerpo más hacia su dirección, quedando sin ningún centímetro de distancia. Eso hizo que guardara silencio. Abrí mis ojos sorprendido, mi corazón palpitaba tan desesperado por aquella acción que sentí que se podría salir en cualquier momento. Ubiqué mis manos sobre el pecho de Tom.

- Bill, no me importa cuantas veces tuviste sexo hoy..

- A qué.. ¿A qué quieres llegar con eso, Tom? – no estaba entendiendo nada.

- Ninguna de esas veces significó algo, ninguno de esos idiotas sienten lo que yo siento por tí..

Él juntó sus labios con los míos y comenzó a besarme dulce pero apasionadamente. Con ambas manos rodeé su cuello, abrazándolo y acercándolo más a mí. Sentí los nervios apoderarse de mi cuerpo en unos segundos, pero a la vez, sentir los suaves labios de Tom otra vez hicieron que la felicidad me recorriera por completo, incluso era una sensación más fuerte que el nerviosismo. Él interrumpió el beso alejándose solo un poco de mis labios.

- Bill.. – dijo mirando mi boca aún húmeda por el beso. – Sé que un idiota en el bar te hizo perder la virginidad, y que una puta se entregó a tí solo unas horas después.. pero ninguno de ellos buscaban quedarse en tus recuerdos para siempre.. – hizo una pausa para cambiar su mirada hacia mis ojos. – Solo yo quiero hacer de esta noche una inolvidable porque.. te amo, Bill. Yo quiero que recuerdes esta como la primera de muchas más, quiero que recuerdes esta como tu primera vez.

Mi primera vez.. mi primera vez sería con Tom, eso fue todo lo que pude pensar justo antes de que él comenzara a besarme apasionadamente abrazando por completo mi torso.

Yo invito | TollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora