Capítulo 7

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- Bill, te estoy hablando, ¡¿Qué mierda haces con él?! – miré a Gustav asustado, nunca antes me había gritado de esa manera.

- Ya. – dijo Tom agarrando la camiseta de Gus para que no pudiera acercarse a mí. – Él y yo nos encontramos en la entrada, deja de ser tan paranoico.

- Le estoy hablando a Bill, idiota.

- ¿Hah? No te olvides del golpecito que te llevaste ayer. – le dijo Tom a Gustav con una sonrisa desafiante y los ojos muy abiertos, Gus pareció ignorarlo.

- ¿Entonces, Bill?

- Él no miente, en serio que nos encontramos en la entrada, yo venía para acá solo porque ya no sportaba a mi madre pero este imbécil me hizo entrar con él. – miré de reojo a Tom, él estaba intentando aguantar la risa.

- Bueno ya. – Georg estaba incorporándose a la pelea. – Necesito explicaciones de cómo se conocen todos aquí y por qué es tan terrible que Gustav y yo estemos aquí juntos, ¿Eh?

- Mira castañito, te explico. – dijo Tom rodeando el cuello de Georg con un brazo simulando un abrazo. – Este rubio de acá es amigo con el emo, el emo y yo ibamos a follar el otro día pero este tipo se enojó y llegó a defender al flacucho ese. – me señaló con su mano.

Gustav se veía realmente molesto por la manera en la que Tom hablaba de nosotros, lo pude notar cuando me miró esperando a que yo dijera algo.

- Uhm, bien, ya sabemos todo, solo nos falta saber por qué Georg y Gustav estaban juntos, ¿De donde se conocen? – dije finalmente. Era incómodo intercambiar miradas con Tom mientras él juraba complicidad por lo de hoy en la tarde, preferí cambiar el tema.

- Georg y yo nos conocimos de echo hoy mismo, me pidió un cigarrillo en el miradero de la otra calle. Estuvimos hablando un rato y después me dijo que vinieramos para acá.

- Es divertido saber eso, ¿No Georg? – dijo Tom derrepente entre risas.

Miré de inmediato a Georg, se veía muy nervioso e incómodo, pude notarlo enseguida, estaba claro que él ya sabía todo. Ya sabía quienes eramos Gustav y yo, ya sabía que Tom y yo nos habíamos juntado hoy en la tarde, ¿Será que el apartamento era de él? Ya no sabía qué pensar, algo no me cuadraba en todo esto.

Miré a la barra involuntariamente, en eso pude recordar algo de anoche; cuando llegué al bar y me senté junto a Tom él le dijo a Georg que yo era el niño de quien le había hablado... mierda, ¿Georg era el tipo del paradero? Ese que Gustav vió hablando de mí junto a..

- Bien, dejemos sus lloriqueos para otro momento, yo quiero hablar con el emo.. ¡Ah! Y antes de que te alteres rubiesito, estaremos en la barra, espianos de nuevo si quieres. – Tom se rió y me indicó que fuera con él. Pasé por el lado de Gustav mirándolo confundido, no estaba entendiendo nada.

Llegamos a la barra, yo me senté y subí mis manos sobre el mesón, comencé a jugar con mis anillos.

- ¿Quién es Georg? – dije rompiendo el silencio. Tom me miró unos segundos muy seriamente, luego observó mis manos.

- No es de lo que quiero hablar ahora, Bill.. – lo noté muy triste, no podía entender qué es lo que sucedía con él, pasaron muchas cosas por mi cabeza en ese momento. – Con que debías alejarte de mí, ¿No?

- Es que yo... uhm, ví el golpe que le diste a Gustav y me asusté.

- ¿De qué? ¿De que te hiciera lo mismo? – Tom puso su mano sobre las mías, lo miré sorprendido, pero enseguida desvié mi mirada y alejé mis manos de la suya.

- No es eso.

- ¿Entonces? ¿Por qué más tendrías miedo, eh?

- Es que no era solamente miedo... – me detuve para cubrir mi rostro con ambas manos, no sabía si contarle o no que me sentía atraido a él, después de lo de hoy no tenía ganas de alejarme. Aunque.. él y yo nos conocimos hace dos noches atrás.

- Estoy intentando ser compasivo pero tú no ayudas, deja de dar tantas vueltas y dímelo.

- ¿Por qué tanta preocupación por mí? ¡Me trataste de puta, solo querías ocuparme como una y después dejarme pero sigo sin entender por qué después de lo de hoy esas ideas perecieron desaparecer de tu cabeza! Nisiquiera hiciste lo que querías.. ¿Por qué?

- Te estás armando mucha película en la cabeza, Bill. – dijo sonriendo burlesco. – Es triste que te hayas sentido especial por un momento, pero yo solo pude ver lo patético y entregado que eres, me das lástima.

- ¿De qué hablas, Tom? – sentí ganas de llorar, no podía creer que pudiera decirme esas cosas. – ¿Por qué me dices eso después de todo? ¡¿Crees que me entregué a tí porque quería?! ¡Lo hice para que me dejaras en paz! Pero aquí estamos... – lo hice porque debía hacerlo.. pero después porque quize, pensé que Tom había empezado a sentir algo por mí.

- A ver a ver niño, nisiquiera cogimos no seas exagerado.

- Pero me tocaste, Tom, me viste completamente desnudo y a tú disposición, me humillaste. – las lágrimas caían por mis mejillas, realmente no estaba entendiendo ni un poco todo esto, no podía entenderme ni a mí ni a él ni nada, sentía como si todo hubiera pasado con un Tom distinto, con otro yo, con gente que no conociamos.

- Mierda, no puedo entender nada. – dijo él casi susurrando y mirando a los tragos que habían en la pared detrás de la barra. – No entiendo por qué actúo así Bill, no entiendo qué siento, no entiendo nada.

- ¿A qué te refieres, Tom? – dije secando mis lágrimas.

Él miró a la dirección en donde estaba Gustav, luego agarró mi brazo y lo jaló con fuerza. De un momento a otro habíamos llegado a la salida trasera del bar.

- Bill, préstame atención. – dijo él acorralandome contra la pared. – No sé qué mierda siento, ¿Okey? No sé qué mierda me pasa, no entiendo qué mierda me haces sentir. – lo miré confundido. – Desde que te ví tuve el deseo de probar el sexo con un hombre, realmente se me hizo raro pero lo terminé aceptando. Cuando te pude besar por primera vez no sabes cómo me sentí.. solo quería besarte toda la noche y tenerte entre mis brazos, quería tenerte para mí, quería amarte..

Abrí mis ojos sorprendido, ¿Amarme? Mi corazón latía acelerado, me sentía.. bien, pero ahora menos podía entender a Tom, solo decidí escucharlo atentamente.

- Hoy cuando te ví recostado bajo mío, los jadeos que hacías, la manera en la que me mirabas.. me asusté, Bill, ¿Y sabes por qué? Porque creí que estaba empezando a sentir algo por tí, por eso dije que no siguieramos.

- Por eso me dices cosas tan horribles a veces, ¿No? ¿Porque necesitas convencerte de que no sientes nada? – le dije mirando sus ojos castaños, estaban llenos de lágrimas. En ese momento sentí que mi corazón se ahogaba, no quería ver a Tom así. – ¿Por qué no te permites aceptarlo?

- Lo mejor es dejar todo hasta acá, tal y como lo querías. – él se alejó de mí lentamente hacia la puerta que llevaba hasta el lugar en donde nos encontrabamos.

- ¡Tom.. no me dejes así, no lo hagas, yo siento lo mismo que tú! – le grité entre lágrimas pero él no se detuvo, me había dejado completamente solo en aquel desolado y oscuro lugar.

Yo invito | TollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora