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Narradora

La primera salida fue tan incomoda para Jungkook, él intentaba demostrar ante el señor Park que Jimin y él no podian llevarse bien, sin embargo todo estaba saliendo distinto a sus planes, y es que habían escogido una película de acción por que Jimin y él no querían que fuera algo meloso y romántico evitando que el alfa mayor creará en su mente imágenes que no eran, sin embargo la película había tenido cierto drama el cual había afectado tanto al pelinegro como al pelirubio y terminaron abrazados y reconfortandose uno al otro.

Después de la película y del incómodo momento fueron por un helado, Jimin le dijo que quería un helado de menta el cual era el que odiaba, sin embargo Jungkook no sabia y por querer que tuvieran una discusión para que Eun-woo lo viera pidió helado de vainilla con salsa de cereza y chispas de chocolate, el preferido de Jimin, el Omega al ver el helado frente a él quedó estupefacto como era posible que Jungkook supiera su helado favorito, el pelinegro lo miró y río, esperaba el inicio de una discusión pero solo vio al rubio sonreír y ver sus ojos desaparecer.

-¿Por que sonríes?, traje el helado equivocado para que pelearas conmigo, No entiendo - dijo confundido

-El helado que te pedí es el que más odio, este sin embargo es mi favorito- respondió sonriendo Jimin

- No puede ser cierto- casi grito

- Siento decirte que es totalmente cierto

En la esquina contraria Eun-woo sonreía complacido por aquello, podía notar la conexión de los jóvenes en aquella mesa que miraba fijamente

Los días pasaron y por coincidencia o por desgracia para ambos jóvenes, siempre ocurría algo similar a su primera cita, de algún modo se acercaban más el uno al otro, algo que hacia feliz a Jungkook pero estaba desesperando a Jimin, hoy sería una tarde de una nueva cita.

Habían quedado de ir a tomar una copa y hablar, Jimin no tenía mucha tolerancia al vodka sin embargo eso no lo sabía Jungkook, y Jungkook por su lado no tenía tolerancia con el Ron sin embargo Jimin no lo sabía, Eun-woo tras las sombras del lugar veía a los jóvenes iniciar la noche con un par de cervezas, cuando habían comenzado a hablar de que más podrían hacer para que Eun-woo los dejara en paz y pudieran separarse se les ocurrió una gran idea y esa fue pedir shots para Jimin, y tragos para Jungkook, el pelinegro pidió algunos shots de Vodka para Jimin y por su parte Jimin pidió algunos tragos de Ron para Jungkook algo que en cuestión de un par de horas se salió de control y el razonamiento humano no existía en ellos se dejaron llevar por sus lobos, comenzando con una sesión de besos la cual no pasó desapercibida para un padre que miraba orgulloso aquel acontecimiento, y decía, - mi querida Lucy lo he logrado, he logrado lo que tanto anhelaste para nuestro pequeño cachorro- con una sonrisa y con aquellas fotos en su poder del momento exacto donde de besaban los venes, salió del bar dejando a los nuevos tórtolos solos.

Los dos jóvenes se dejaron llevar por sus instintos el licor en sus cuerpos los tenia en otro nivel de emociones, llegaron en taxi a la casa y al cerrar la puerta, el pelirubio subió en el cuerpo del mas alto, rodeando su cintura con sus sexys piernas sintiendo su entrepierna ser rozaba con una ereccion bastante notoria en los pantalones del alfa, una sesión de besos morbosos continuo, y ellos así lo continuaron, dejaron sus cuerpos ser libres sin pensar en nada más, llegaron a tronpicones a la habitación del pelinegro y una ves allí la ropa comenzó a estorbar así que sin duda desvistieron al contrario con premura, cuando estuvieron totalmente desnudos se unieron de nuevo en un fogoso beso, el cual los llevó poco a poco al borde de la cama y por fin cayó el cuerpo del mas bajo al colchon siendo sujetado por Jungkook mientras el más alto lo devoraba con la mirada, para poco después atacar su entrada rosadita y mojada, paso su lengua degustando ese sabor del lubricabte del omega, dejo explorar a su lengua que se habia convertido en su mejor aliada, cuando el Omega estuvo más que preparado entró en este sin más, sus embestidas comenzaron suaves pero el gemir del Omega y su aroma dulzón esparcido por toda la habitación lleno de exitacion el cuerpo del alfa aumentando el ritmo de las embestidas y cuando estuvo cerca del clímax, tuvo un poco de claridad volviendo en sí sabiendo que no se estaban cuidando, intento salir del rubio quien estaba a punto de llegar al orgasmo

Promiscuo K.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora