9. Belov

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Summer

Ya eran las cuatro y media de la mañana de nuevo, era orden expresa de la Srta. Grey, de que me despertase a esa hora, y que bajase a la cocina. Los primeros días bajaba ella misma a ver si estaba despierta, pero ya no lo hacía.

Ella se estaba encargando en hacerme la vida imposible, con los madrugones, la limpieza a fondo de todo, es decir limpiar encima de lo que está limpio.

Pero yo estaba intentando contratacarla, sin ir más lejos el otro día hablando con Lizzie me dijo que me aprovechara de que le gustase a Yulia.

Ideamos un plan Lizzie y yo, así que estuve una semana entera limpiando con faldas y vestidos porque todos los pantalones se me habían mojado accidentalmente. Me ponía vestidos cedidos por Lizz porque mi nuevo armario no tiene.

Todo eso se terminó cuando Yulia fue a visitar a Lizz, y nos encontró a las dos. A Lizz diciéndome que estaba muy sexi para Yulia, y yo con un vestido de transparencias blanco suelto, y la ropa interior negra, la verdad que pagaría por volver a ver la cara de Yulia cuando me vio con ese vestido.

Le echó una gran bronca a Lizz, o eso me contó, por ''ayudar a mi sirvienta a seducirme´´ dijo textualmente. Y a mi me puso el régimen más duro, y me concedió lo que quería, ya no tenía casi que coincidir con ella, fue un alivio.

Pero empezó ella a contratacar, con sus pantalones de campana ceñidos por arriba, con sus faldas de tubo, esos vestidos con apertura casi hasta a la cadera que me dejaban ver sus esbeltas piernas, o sus camisas con escotes enormes, dejando ver sus pechos.
Estábamos jugando, y ella tenía las de ganar.

A parte de esta mini guerra, Lizz y yo nos hicimos muy amigas, como antiguos tiempos. Me llevaba bien con la familia al completo.

Mientras me hacía un café, para poder aguantar todo el día, que era bastante largo, llamaron a la puerta trasera. Era un hombre alto, corpulento, fuerte, moreno.

-Buenos días, Summer Ford-me dijo-interesante saber dónde estás.

Me quedé en shock, con la taza de la mano, era un esbirro de mi padre, joder. Por un momento se me había olvidado de que existía ese hombre, y que estaba enfermizamente loco por encontarme.

-¿No dices nada Summer?

No tenía nada que decir. Solo quería correr y entrar en mi habitación.

-En fin, toma esta carta para la señora de esta casa, o mejor dicho tú señora.

Me entregó un sobre blanco, y con una caligrafía excelente ponía Yulia Belov.

¿Así que Belov?

-Se la haré llegar-cerré la puerta en su cara.

¿Desde qué hora llevará ahí?

Entonces dejé la taza encima de la mesa, y subí rápidamente a la habitación de Yulia, se lo tenía que decir ya.

La habitación estaba en penumbras, pero me la conocía bastante bien, no es la primera vez que entraba.

Me di cuenta de que Yulia no duerme a oscuras, tiene todo oscuro, pero la puerta del baño abierta con la luz encendida.
Cuando llegué al fondo de la habitación, vi a Yulia con una pierna por fuera de la colcha, estaba con unas bragas brasileñas y una camisa larga de pijama.

-Yulia-la llamé pero no hubo respuesta-Srta. Grey.

Me acerqué más a la cama, y la volví a llamar.

-¿Qué ha pasado Summer?

Se revolvió en la cama y me preguntó con los ojos cerrados.

- ¿Estás bien?

No Yulia, por eso entro.

- Yo venía a...

-Summer-me busco a ciegas moviendo se brazo, y me cogió la mano y tiró con fuerza para que cayese encima suya.

Abrió los ojos, y me sonrió, esos ojos azules, o mejor dicho grises me miraban divertidos.

Y no lo pude evitar, empecé a besarla por la cercanía de nuestros labios, por la necesidad de estar con ella, y de que me protegiese. Fue raro.

-Llevas dos semanas vacilando con este tema-me separa.

Damos una voltereta las dos en su maxi-cama, y quedo debajo suya, con nuestros cuerpos pegados.

- ¿Y tú, ¿qué? -me quejé sin darme cuenta.

Acabo de decir eso a Yulia, me va a matar.

-La diferencia entre tú y yo, es que tú tienes que planear las maldades, y yo las tengo ya incorporadas.

Rozó su nariz con la mía y sentía como mi entrepierna palpitaba, incluso diría que quemaba.

-Así que siempre vas tan provocativa vestida, es interesante-pensé en alto.
Estaba cansada, pero a la vez estaba emocionada, por eso estaba debajo de ella, cuando me agarra tiene el poder de que me viera doblegar.

-Me llevo vistiendo igual desde antes que vinieses-fue como una especie de confesión.

-No puedo permitir volver a caer-la miré los ojos-no puedo Yulia.

Me miró con una expresión de póker, como siempre, que comentaba algo que no le gustaba.

Se quedó mirándome, y estampó sus labios contra los míos con rudeza, pero casi no pude resistirtirme con ese beso, y como sus manos se metían en mi entrepierna.

Y me pellizcó el muslo.

-No me vas a decir nada-resoplé.

Ella estaba bastante a gusto tocándome el pecho, besándome el cuello, mordisqueándolo y jugando con mi piel. Y su mano iba trepando hasta que me metió el primer dedo, y me besó acompañándolo al segundo.

Gemí, cuando sacó sus dedos y empezó a mover su lengua encima de mi clítoris, y no lo puede aguantar.

-Mi nombre, monstruito-me miró con esos ojos grises desde abajo.

Ella estaba abajo, pero era la que dominaba toda la situación, ella siempre es la que iba a dominar.

-Mmm Srta. Grey-gemí.

Sé que eso la había excitado más que de que dijera su propio nombre, y solo recordaba las palabras de Lizz.

Tienes que conseguir enamorarla, es la única manera de que salgas de aquí.

¿Pero cómo me voy a enamorar de alguien que ni siquiera tiene sentimientos? O nadie los ha visto.

Me mordió el clítoris y chillé, pero muchísimo, me había hecho daño, pero sentí ese fuego que me llenaba, el punto más alto al que iba a llegar, me sacudió una oleada tan fuerte que hasta temblé.

-A ti también te gusta el dolor, lo ves-me besó la boca.

***
Holaa gentee 💜

Ahora vemos que la situación está poniéndose tensa.

Atada a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora