8. Imprevistos

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Summer

Desconocido: ponte ropa que voy a buscarte

Eran las siete, todavía estaba en el trabajo, hoy había mucho trabajo, tengo que revisar todos los trabajos que han hecho mis diseñadores. Esta línea de joyas tenía que dar dinero.

Yo: estoy trabajando. Terminaré muy tarde

Yulia ni siquiera me contestó, me dejó en leído, parece que si no podemos quedar no le intereso. Eso me jodía.

Toda la planta estaba oscura, todos estaban en sus casas, con sus familias, parejas, mascotas... o simplemente solos.

Ahora que Frida me espera en casa, se me hace más amena la vuelta a casa, me hace ilusión que alguien me espere. Es una sensación bonita, y nueva.

Me puse los cascos, para escuchar Harry Styles (aunque jamás admitiría delante de Frida que lo escucho).

Estaba con un bloc de diseños encima de la mesa, de una de mis diseñadores más antiguas, y no solo en su forma de trabajar, ya que a ella le gusta diseñar a mano, son obras de arte sus dibujos.

Vi varios collares, pendientes, colgantes, anillos, pero nada me convencía, nada me decía que eso fuese a triunfar.

Sentí una mano en mi espalda.

Me giré con el corazón desbocado, mientras me quitaba los auriculares.

-Mierda Yulia-respiré tranquila.

-Me gusta esta camisa-volvió a pasar sus dedos sobre mi espalda.

Era una camisa de espalda abierta, que se ajusta a tu cintura, y a tu cuerpo en general, porque tiene una tira con lazo en la espalda. Era blanca, y contrastaba con mi piel, por eso me gustaba a mi.

-Sí, es bonita-la miré.

Ella no se quedaba atrás, con un chaleco negro, sin nada debajo de este, que apuesto que también se ata por la espalda. La apertura de este chaleco me dejaba ver medio pecho.

-¿No pasas frío con ese chaleco? -giré la silla para verla mejor.

Pantalones de pata de elefante negros, con unos zapatos a juego con su ropa.

-No, aquí se está bien.

-¿es tu manera de decirme que voy guapa?-su pregunta era obvia.

-Vas, sexy-volví a mi trabajo.

-Te he traído cena suponiendo que no has cenado, también quería compensar que anoche me invitaste a cenar.

Sí, anoche fue divertido, pero en cuanto terminamos de cenar Yulia se fue, y Frida y yo nos pusimos a ver pelis de amor, para que Frida llorase.

-¿Vamos a volver a cenar Pasta?

-No-sacó la bolsa de madera con el logo del Burguer King.

No me lo esperaba para nada, pero a mi me encantaba el burguer. Es un detalle, aunque ella ya sabía que me gustaba.

-No estás jugando limpio.

Me quité los tacones, y me dirigí a comer a la otra mesa, mientras me sentaba en el sofá, y para serte sincera, no es la primera vez que como Burger sin zapatos sentada en este sofá. Me paso la mayoría de tiempo en mi despacho. Aunque era la primera vez que comía aquí con Yulia,

- ¿Por qué has venido?

Quería desvestirme, o convencerme de que nos casemos.

-De nada Summer.

No quería aceptar esta intromisión en mi trabajo por su parte.

Pero siempre caigo, cuando estoy con ella siempre vuelvo a caer, en sus malditos ojos color mar.

Mierda sé que luego me defraudaré conmigo misma por caer.

-Yulia ¿sabes que lo único que te vas a comer hoy aquí es la hamburguesa?

Ya la estaba poniendo en preaviso.

Empezó a reírse, pero esa risa me puso nervioso, me erizó la piel, en fin, me dio miedo. Porque siento que me está amenazando.

-La verdad que no creo que ni me coma la hamburguesa-me susurró en la oreja-solo a ti.

-Yulia

Solté la hamburguesa y la dejé en la mesa, mi cuerpo ya estaba pidiendo que Yulia me tocase, pero no quería sucumbir a la tentación.

-Sí-su voz era sexi, un susurro.

Me daba pánico admitir que me estaba humedeciendo, o peor, que ella lo supiese.

-Voy a salir corriendo-sonreí con solo pensarlo.

-Tenemos cuarenta plantas para jugar al gato y al ratón-me desató la camisa por la espalda, fue extremadamente fácil- pero no correrás, no quieres-me mordió la oreja.

Hice el amago de levantarme-Sum, como te muevas, te follo en el pasillo.

Yulia me estaba intentando bajar la camisa.

Desde aquí pude ver que el bolso de Yulia estaba abierto, y vi algo que me impactó.

-¿Por qué llevas una glock en tu bolso?

Mierda, me acabo de congelar, todo el calor que sentía se había convertido.

-¿Quieres jugar a la ruleta rusa?-me dejó un beso en el cuello.

-Sacala de aquí, contigo, iros las dos-me estaba costando respirar.

-No te vengo matar.

-Yulia, salte de aquí, con esa arma, iros joder.

Mis ojos estan posados en la glock, mierda esa pistola me estaba imponiendo mucho, le dije en su día que no me gustaban.

-¿La temes?

-Os temo-aclaré.

Cogió la glock, y la sangre se me volvió a helar.

-Summer, estamos a solas tú y yo, como en los viejos tiempos-me estaba hablando muy bajo.

Sacó todas las balas, dejándolas dentro de su bolso.

-He tenido que estar protegida hoy, no te olvides de quien soy.

Mierda, casi se me había olvidado la parte oscura y peligrosa de Yulia.

- ¿Hoy eres Srta. Grey, no me dejarás tocarte? -eso es lo único que se me ocurrió decir.

- Para hacerme gemir delante de Frida-se sonrojó.

-Gimes precioso, algo así me ha dicho Frida-confesé.

Es verdad que Frida pilló que gimió, y me lo dijo más tarde.

-Mierda, Summer, cabréame-sus ojos cambiaron a tonos más oscuros.

Casi se me había olvidado la arma descargada que llevaab de la mano.

-Levántate-no debatiré su orden.

-Bajate los pantalones-los dejé caer por mis piernas.

Me sentí expuesta, pero me estaba mojando cada vez más, y joder ella lo veía, por la manera en la que miraba.

-Que buena chica eres, a lo mejor hasta dejo que te corras-.

Se pusó delante de mí, pero no me tocó.

-Abre la boca-la abría y me metió la pistola.

-Humedécela cielo, así-chupe la glock.

Joder no entendía nada, pero mis muslos estaban resbaladizos, y los estaba apretando hasta con fuerza.

Saca la pistola. Y me quedo mirándola fijamente, como ella a mí, con esa mirada solo me hizo atraparme en ella.

-Esto no acaba aquí, monstruito. 

Atada a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora