19. 3h

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Yulia

La rabia me agarraba desde e estómago, desde el centro de este, se expandía como si fuese un huracán, cada vez esa sensación se hacía más y más grande. Los ojos se me inundaban de lágrimas, que no caían, ni caerán.

-No está preparada para ello-me di la vuelta para que no se me viesen los ojos.

No quiero que me vean así.

-¿Le has dicho que necesitas casarte con ella necesariamente?

Por qué cuando lo decía él sonaba tan bien.

-No-intente mantener la respiración.

-También te puedes casar con Ford Jr.

La garganta se me irritó de los gritos que pegué después de esa frase.

-Nunca la he visto tan fuera de sí-comentó Alex antes de cerrar la puerta.

Nunca vivió nada de lo anterior, de cuando yo era un infierno y mi alrededor se convirtió en ello también.

-No dejaremos que ese capullo te quite la empresa, hazle una mejor propuesta a Summer.

Imbéciles no eran capaces de ver que vamos a caer todos. Necesito su ayuda, no su compasión, o sus promesas que caen en saco vacío.

-Me queda dos miseras semanas, para que firme los papeles de que estamos casadas-me llevé las manos a la cabeza, y bajé la voz.

-Pásame un cigarro Kai-le miré para que no dudase en hacerlo.

Me falta práctica, antes una mirada mía no dejaba lugar a dudas.

-No, llevas mucho sin ellos-me plantó cara.

Me giré y anduve hasta llegar a él, hasta quedar en frente uno del otro, me daba igual que me sacase dos cabezas pero me iba a enfrentar a él.

No sería la primera vez.

-No necesitó una mamá, o un hermano, necesito ayuda-cogí el paquete de tabaco que llevaba Kai en el bolsillo.

Ahora necesitaba que mi cabeza oxigenase, que mi sangre no se estancase, si no que fluyera con normalidad.

Entonces Kai me abrazó, me abrazó muy fuerte, como si me fuese a desvanecer, como si nunca me fuera a romper.

-Estamos aquí Yulia, no todo lo podrás llevar tu sola, a lo mejor esta es tu primera batalla, donde nos necesitas a nosotros, a tus amigos de toda la vida.

¿Ahora somos unos blanditos?

No es la música lo que amansa las fieras sino el amor.

- ¿Os acordáis el cumpleaños donde Yulia hizo dieciocho?

- ¿Cómo no me acordaría? -dijo Lucas, apuesto que con una sonrisa.

Me recordaron pequeñas batallas que vivimos juntos, y eso me tranquilizó, no me hizo pensar en abandonar todo.

Aunque me mente voló con Summer, y un nuevo sentimiento se alojó en mí, sentía vacío después de pensar con ella, un vacío que sé que puede llenar, o por lo menos aliviar para que no sea tan grande.

-Sal corriendo, ves a por a ella-me animó Tom- explicale lo que ha pasado.

En cuanto me quedé sola busqué mi móvil por toda la casa, hasta que lo encontré en la cocina, cuando fui a entrar a su chat para escribirla, ya había un mensaje suyo, pero no entendí nada, hasta que pude leer toda la conversación.

Yo: Summer ¿puedes venir ahora a mi casa? Necesito hablar contigo.

Summer: Yulia ¿estás bien? Mándame la dirección.

Yo: ubicación en tiempo real

Summer: Estoy en diez

Llamé a Alex.

-Alex ¿Por qué la has llamado?

-La he escrito-me corrigió- cuéntale que la cosa está jodida, delicada, que necesitas su ayuda.

Me colgó.

Los diez minutos fueron reales, el V8 de Summer ya estaba en uno de los aparcamientos que tenía en este edificio.

Estaba nerviosa esperándola, no sabía que hacer, así que dejé la puerta entreabierta, y me fui a fumar al balcón del salón mientras subía, con suerte ya lo he tirado cuando ella suba.

-Buenas noches, ángel- me reí.

¿me acababa de llamar ''ángel''? A mi.

-¿Tú me llamas monstruito? -se tiró a mir brazos- y no tengo nada que ver con un monstruo.

En el fondo ella tenía algo feroz, oscuro, como un monstro. Aunque en esa época, monstruo era sinónimo de máquina, y yo añadí el diminutivo.

-En el fondo sabes que sí-contesté agarrándome más a ella.

Sonreí, pero joder me dolía hasta la última célula cuando lo hacía.

-Cómo tú te pareces un ángel-me acarició la espalda.

El aire frío me impactaba en la cara, pero no me importaba, creo que me podría estar así infinitamente.

-Hace tres horas que te has ido de mi casa-todavía no nos separamos.

Me sentía tan egoísta cuando pensaba en toda esta mierda. En cómo se la explicaría, como voy a arruinar este momento que era tan tierno.

-¿Ha pasado algo en tres horas?

-He quedado con mis demonios.

Parecía imbécil, pero me salía grandes sonrisas cuando estaba con ella. Y más cuando me recordó como nos llamaban en la antigüedad.

-¿Te tengo que tirar de la lengua para qué hables?

Me quedé callada, no quería hablar, no quería que ella pensase otras cosas que no son, no quiero contarle todo.

Mierda Summer, ¿Por qué me haces esto?

Se fue a separar de mí, pero no la dejé.

-Yulia-se quejó.

La dejé de abrazar y nos metimos las dos en el salón.

-Bueno te tengo que explicar un par de cosas sobre el matrimonio -empecé a calentar motores.

Ella se sntó en el sofá de mi salón, con la cara seria. No le gustaba este tema, me lo dejo claro el otro día.

-Sé lo que es un matrimonio.

Me volvió a vacilar, pero volvió a cambiar la cara cuando vio que no reaccioné ante esa provocación

-Sobre el nuestro-cogí aire fuerte. 

Atada a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora