35. Iglesia II

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Summer

El hombre que estaba delante de mí llamado Kesar, debió tener algo con Yulia. Por lo que ha dejado caer en inglés, aunque la mayoría del tiempo ha hecho que Yulia hablase en ruso como él.

El hombre tenía un aspecto aterrador, facciones muy marcadas, muy fuerte, el pelo y la barba hacía que asemejara a un vikingo también influía su altura.

Mientras las conversaciones se hacían recibía miradas de ella de vez en cuando, incluso una orden. Me estaba protegiendo.

Me temía que se trataba de alguien que la violó, cuando él le dijo que se corrió ella le dijo, que se acuerda como la castigó después, después dijo que él nunca ha escuchado una mujer gemir su nombre.

Él le había dado una orden. Porque ella bajó la cabeza, y se postró ante mí, al lado de él, de rodillas.

-Yulia-me tiré con ella.

-Solo me arrodillo ante mi mujer-me miró a los ojos.

Y Kai disparó al brazo y a la pierna de Kesar. Haciendo que el hombre cayese a nuestro lado.

Desde la posición agachada en el suelo Yulia aprovechó para disparar a varios hombres.

Tres tiros a la cabeza, tres personas más, había matado a siete personas delante de mí, ahora mismo, como si no le hubiera costado esfuerzo alguno.

En su rostro se veía la tranquilidad, ya lo había hecho muchísimas veces. No la misma tranquilidad que cuando estábamos a solas.

Yulia besó mis ojos.

Estaba llorando.

-Mataré a cualquiera que me aleje de ti-me susurró.

Cuando se alejó en sus ojos había sangre, como en sus labios, el accidente, se me había olvidado. Ni siquiera tengo dolor después de la pastilla.

Cuando ella me abrazó, sentí que mis órganos volvían a funcionar, ya no tenía la supervivencia, me iba a dejar caer.

-Me voy a desmayar.

-No pasa nada, te estoy sujetando.

Y me dejé ir. 

Atada a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora