Atada a ti

16. 24 horas

Yulia

El ambiente estaba cargado, y analizando la situación yo estaba tumbada en posición fetal, me costaba coger aire, por un momento tuve el impulso de abrir los ojos, durante segundos, y pude ver que había personas en mi cuarto y que la luz estaba encendida.

No podía ver las caras de esas personas, habían sido segundos.

-Yulia te hemos visto-dice una voz masculina.

Me da igual que me hayan visto, tengo tanto dolor de cabeza que los pensamientos no coordinan en mi cabeza, y mi barriga parecía que iba a explotar.

-¿Quieres una manzanilla?-pregunta otra voz masculina reconocida.

Kai joder, eran ellos.

-Tráeme otra copa, y así equilibro el alcohol-dije finalmente abriendo los ojos.

-Dejárme a solas con ella-pide Kai.

Me imagino que los otros dos son Tom, y Lucas.

Cuando nos quedamos a solas, se sienta a mi lado, a parte de haberle recomendado que no lo hiciera, sentía que seguía borracha, ahora mismo no podría dar ni dos pasos sin caerme.

-Yulia, voy hablar muy lento para que me entiendas.

Escucho bien gilipollas

-Ford está abajo, chillando, porqué su hija no está con él-.

Aunque me dolieron todos los huesos, y casi vomito por el esfuerzo, me giro para mirarle.

-Abajo hay una botella al terminar, y un paquete Marlboro terminado-sus ojos azules estaban decepcionados- ¿qué pastilla te has tomado?

Mierda

-Un Xanax-no me molesté ni en mentirle.

-Xanax, con alcohol, ¿quieres volver a estar así? -me estaba reprochando.

-Ha sido una noche Kai, una puta noche-mis ojos se cierran por la inercia, pero mi cabeza seguía funcionando.

-Joder, Yulia-susurra-Ford pide tu cabeza ahí abajo, y tú parece que te estás muriendo aquí.

Y creo que no se estaba equivocando, me estaba muriendo postrada en mi cama, aunque la verdad en mi vida no veo otro final que este.

-Llamo a una ambulancia-su tono era entre duda, y afirmación.

-No lo hagas, pero yo no me puedo mover-y el cansancio se volvió a apoderar de mi.

Mi cabeza estaba despierta, pero mi cuerpo no, me costaba mantenerme con los ojos cerrados imagínate ahora.

Buscando su cabeza desde la penumbra hice el amago de vomitar, y mi cabeza llegó a lugares inexplorados, y aunque para mí han pasado segundos, a lo mejor para el resto minutos, u horas.

-Kai-maldije por dentro por gastar energía en decir su nombre- dile que puede revisar, que yo-yo-volví a caer-no sé dónde está.

Monstruito se había conseguido defender con las armas que dejé en su habitación. Y sonreí fuerte aunque no sé si por fuera se ve eso.

Escuche los pasos de Kai hasta que salió de la habitación, veinte, esta combinación apagaban mi cuerpo fuera, como si estuviese muerta, me hace concentrarme en mi cuerpo por dentro, casi podía sentir mi sangre fluyendo, y escuchaba a la perfección como bombeaba.

-Cómo tengas a mi hija, te mataré ¿hablo claro?-Kai reprodujo sus palabras- Te dejaré dormir, ya hablaremos mañana.

De normal me tardó en recuperar veinticuatro horas, sé que no es justo que lo haga, pero mi cuerpo necesitaba apagarse, durante veinticuatro horas, aunque ya en las últimas pude comer algo.

Y pasadas las veinticuatro horas me levanté de la cama, eran las cuatro de la noche, y no tenía más sueño, así que najé al despacho.

Con el camisón, y una bata atada que cubría todo mi cuerpo, solo tenía una misión: encontrar a Summer, aunque solo fuera para saber que está bien.

Después de piratear cámaras de tráfico se Stillwater, durante la noche pasada, y esta mañana, no había nada, el coche de ella no había salido, pero en ese horario salieron tres taxis, a lo mejor iba en uno de ellos.

Pasé al siguiente punto, su número de teléfono, y rápido supe que ha abandonado su teléfono en un sitio estratégico, en uno de los clubs de su padre.

También chequeé su cuenta de banco, y no hubo ningún movimiento, es raro.

¿Cómo has huido monstruito?

Y no sé por qué, pero necesitaba encontrarla. Pero su deuda ya estaba pagada, lo había hecho su padre.

El padre ha pagado los pecados de su hija, me suena algún rollo bíblico.