La respiración de Julieta comenzó acelerarse al sentir el tacto de los dedos de Jeik en una de las partes más sensibles de su cuerpo.
- Jeik...
- Puedes pedir que me alejé.
- No quiero que te alejes.
Los ojos de Julieta eran los de un pequeño ciervo que suplicaba ser acariciado, Jeik masajeo suavemente su el punto dónde él sabía que ella podría explotar experimentando nuevas sensaciones.
Exploraba con sus dedos cada parte de su cuerpo, mientras Julieta arqueaba su espalda y dejaba caer suavemente su cabeza en el pecho del Jeik.
- Cuando nazca nuestro hijo, te haré mía tantas veces que tus preciosas piernas no te responderán - se acercó al oído de Julieta besandola mientras hablaba.
- Mis hormonas te gritan Jeik , no puedes tocarme y no darme nada, no hagas que te suplique.
Julieta se acercó poco a poco los labios de Jeik , el agua de la bañera la comenzaba a quemar y ella suplicaba qué el la hiciera parte de él.
- Yo también necesito meterme dentro de tí.
Los pies de Jeik dejaron un camino húmedo mientras la llevaba en sus brazos hasta llegar a la cama, él la recostó admirando cada parte del cuerpo de esa mujer que ahora lo volvía loco.
- Nunca he consumido ningún tipo de droga, imagino que esto se siente.
-¿Que sientes?
- Que me quema el cuerpo, quisiera tener un millón de manos para tocar cada una de tus partes al mismo tiempo, ¿Que me hiciste Julieta? ¿Por qué tengo la necesidad de tenerte a mi lado?
- ¿Puedo confesarte algo? - Jeik la miró - solo he estado contigo, yo era virgen y eres el primer hombre que tiene mi cuerpo.
Jeik sonrió, sentía que se había ganado un boleto de lotería, el mejor premió, en esa ocasión él no lo noto, esa primera noche fue espontánea sin esperar nada, estaba tan concentrado en que era la primera vez que tenía a una extranjera en sus brazos, un cuerpo muy diferente a lo que siempre tomaba.
- Eres diferente, yo jamás había metido una mujer en mi cama, tu cuerpo tiene una figura tan diferente que hace que me emocioné y quiera explorarlo, tus pechos tienen la medida perfecta para mis labios y manos, bajo mis mano un poco más y llegó hasta tu delicada cintura que me lleva hasta tu enorme cadera, si beso un poco más abajo llegó al nectar de tu cuerpo, ¿Así que soy el primero que descubre cuál es el sabor de tu cuerpo? .
Julieta tomo fuertemente la sábana con su manos al sentir los labios de Jeik en su piel.
- Soy una aprendiz, no sé cómo hacer el amor, pero si tú me enseñas...-salio un gemido de sus pequeños labios.
- Todo lo que se venga a tu mente lo podemos hacer, todo lo que quieras probar te lo daré, ahora eres mi mujer Julieta. Y estoy seguro que llegaré a ser el dueño de tu corazón. No soy un hombre romántico, sin embargo puedo intentarlo, quiero conocerte tanto que solo con el pensamiento saber que quieres o sientes.
- No voy a huir .
La luna comenzó aparecer, el viento movía las delgadas cortinas, las sábanas de seda comenzaban a caer, los besos eran suaves y poco a poco subían de intensidad, sus caderas tomaban un mismo ritmo, Julieta empezaba a diferenciar lo que era tener sexo y sentir satisfacción carnal y hacer el amor teniendo en todos tus sentidos placer.
ESTÁS LEYENDO
"LA MUJER DE UN TRAFICANTE" *+18*
Bilim KurguJulieta es una joven con una vida muy común, su vida en la universidad y su mejor amiga Judi la ayuda a sentirse menos sola ante la situación tan insuficiente con su familia. Una noche en una fiesta ella iba con toda la confianza de acercarse al hom...