CAPITULO TRECE - FRIGG

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Sábado, 2 de octubre del 2021

A Daniel y a Paula les encanta hablar con la madre de Abiel y, por esa razón, se cambian y se van al salón en cuanto Carmen les dice que los señores Schützer están allí. Pedrito y Lucía los siguen unos segundos después, mientras que Alma intenta retrasar el encuentro con los padres de su novio lo máximo posible.

—¿Qué pasa? —le pregunta Abiel al percatarse de que Alma está más nerviosa de lo normal.

—No quiero conocer a tu madre —se sincera.

—¿Por qué no? Es genial. Has visto lo rápido que han desaparecido los chicos para verla.

—¿Y si no le gusto?

—Le gustarás.

—¿Y si no? —insiste preocupada.

—Ella me quiere más que a nada en este mundo y tú me gustas. Así que, por esa regla de tres, le encantarás —la tranquiliza Abiel.

—Normalmente, las madres siempre piensan que ninguna chica es suficiente para su hijo —le explica Alma la razón por la que piense que ella no podría gustarle a la madre de Abiel.

—No nos vamos a casar mañana y, de aquí a que lo hagamos, ya tendrá tiempo de acostumbrarse —la molesta Abiel.

Alma no puede evitar sonreír por las tonterías que dice Abiel. Él la abraza en cuanto ella termina de ponerse la ropa y se quedan unos minutos abrazados.

Alma no quiere alejarse de los brazos de Abiel y él está disfrutando demasiado de tenerla protegida entre su cuerpo, por lo que no se mueven hasta que Carmen los llama con un grito para que se personalicen en el salón, porque todos los están esperando.

Como va siendo normal, los dos entran en el salón cogidos de la mano y la madre de Abiel, a la que ni su marido ni su hijo le han contado siquiera que Alma se ha quedado en la casa la noche anterior, se sorprende sin poderlo disimular y mira con una sonrisa los dedos entrelazados de los dos adolescentes.

—Mamá, ella es Alma —le presenta a su madre, orgulloso.

—Encantada, Alma. He oído mucho hablar de ti. Yo soy Ellen —se presenta la madre de Abiel con un ligerísimo acento.

—Encantada, Ellen —contesta Alma, nerviosa.

Saber que Abiel le ha hablado a su madre sobre ella, no la tranquiliza en absoluto, al contrario.

A Abiel no le afecta lo más mínimo el comentario de su madre, al fin y al cabo, es la verdad. Se pasó parte del viaje a Austria hablando de Jessica, para luego decirle a su madre que en realidad se llama Alma y que tiene una luz que podría iluminar media Madrid.

Ellen mira a su marido buscando respuestas, pero él solo puede encogerse de hombros, porque no ha podido hablar con su hijo a solas desde que llegaron sus amigos a la casa.

Erich se siente un poco incómodo por no haberle dicho a su mujer nada sobre la información que le dieron Míriam y Aarón el jueves por la tarde, pero no es algo que se pueda contar por teléfono o en media hora en un coche. Además, después de hablarlo con su hijo, decidieron contárselo juntos.

—Así que aún sigues aguantando a este tonto —le dice Ellen a Paula, refiriéndose a Daniel, cuando se sientan a la mesa y Carmen sirve los entrantes.

—La próxima vez que te vayas de viaje tráeme un sustituto —bromea Paula, que ya conoce los comentarios absurdos y divertidos de la madre de su amigo.

—¿Por qué siempre intentas separarnos? —se queja Daniel de manera exagerada.

—Sois muy jóvenes para tener una relación seria, ahora es momento de divertirse y experimentar —lo intenta molestar Ellen.

XZ - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora