CAPITULO VEINTIDOS - HERMES

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Miércoles, 22 de diciembre del 2021

Abiel está mucho más nervioso de lo que cabría esperar que esté en el cumpleaños de su novia, pero es que la razón de su estado de ánimo es ajena a todas estas fiestas y celebraciones. Dentro de unas horas su medio hermano le presentará a su tío Hermes.

Heracles ha estado insistiendo en el último mes y, a pesar de entender las razones que este tiene para que Hemes conozca a Abiel, este último aún no se encuentra preparado.

—Nunca te vas a sentir preparado para algo así. ¿Cómo se supone que te tienes que preparar? —le regaña Heracles, que aún está en la habitación de Abiel mientras él, sin ápice de vergüenza, se viste y prepara para desayunar y luego ir al instituto.

—No lo sé, pero al menos hacerme a la idea —se excusa Abiel.

— Tus padres están de acuerdo, Míriam y Aarón también. Además, nos encontraremos lejos de tu casa, así que, si las cosas se tuercen, no sabrá dónde vives ni quién eres en realidad —lo tranquiliza Heracles.

—¿Y si no le gusto y le habla a Hera de mí?

—¿Tú? Hermes fue el primero de los dioses que me aceptó en el Olimpo y no sabes lo arisco que he sido siempre. A ti te querrá desde que te vea y en cuanto te conozca no te lo vas a poder quitar de encima —le asegura Heracles.

En cuanto Abiel sale de su habitación, Heracles regresa al Olimpo. En las últimas semanas, se ha vuelto una costumbre que Heracles visite a su hermano antes de ir a clase. Se ha convertido en una especie de ritual donde los dos se ponen al día con lo sucedido el día anterior. Así es como Abiel se ha enterado de la pelea de Ares con Afrodita en la que casi llegan a las manos.

A Abiel le gusta escuchar las historias que Heracles le cuenta. Suelen ser sobre sucesos que pasaron hace cientos de años, aunque algunos son más recientes, como el que le detalló esta mañana. A cambio, Abiel le cuenta lo que sucede en su vida, mucho más interesante que la de cualquiera de sus familiares del Olimpo, según su medio hermano.

También intentan desarrollar una estrategia para prepararse poco a poco para cuando Hera conozca la existencia de otro hijo de Zeus fuera del matrimonio. A pesar de ser la más sabia de los dioses, cuando se trata de Zeus, pierde todo rastro de cordura.

—Felicidades, reina —saluda a su novia Abiel con un beso corto en los labios, cuando ella sale del edificio donde vive diez minutos después de que su padre lo dejara ahí.

—¿Qué haces aquí? ¿Dónde están las chicas? —le pregunta Alma a su novio al verlo en su portal y darse cuenta de que sus amigas no están por ningún lado.

—Les he pedido que me dejaran acompañarte al instituto por tu cumpleaños —le explica Abiel con una sonrisa traviesa.

—Gracias —responde ella antes de volverlo a besar.

Alma está enamorada, o por lo menos es lo que ella cree que siente. Nunca ha sentido algo así y a veces se disgusta consigo misma por no poder dejar de pensar en su novio o echarlo de menos cuando no está con él, pero la mayor parte del tiempo se siente feliz por su relación con Abiel.

Él es sencillo, no es celoso ni tiene tendencia a dramatizar, al contrario. Si algo le preocupa o siente curiosidad, aborda el tema sin darle muchas vueltas. Además, se nota que también la quiere y siempre está pendiente de ella. Para ser su primer novio, no podría haber elegido mejor. Aunque al principio supuso que su fama de mujeriego iba a acarrear problemas entre ellos, ni una sola vez ha sentido que él ha tenido intención o ganas de estar con otra que no fuese ella.

—Es tu primer cumpleaños juntos, ¿qué te apetece hacer, además de la pequeña fiesta de esta noche? —le pregunta Abiel, aunque sabe que irá a almorzar con sus padres y estarán juntos toda la tarde como le ha contado Míriam cuando habló con ella esta mañana para discutir sobre el encuentro en el que conocerá a Hermes.

XZ - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora