XZ - TERMINADA

CAPITULO VEINTISEIS - CALOR

Sábado, 20 de agosto del 2022

Heracles es de la opinión de que Abiel ha comenzado a transformarse y que, poco a poco, obtendrá todos sus poderes. No solo ha crecido varios centímetros, sino que también ha tenido que contenerse para no ser demasiado rápido cuando ha quedado con sus amigos para jugar al baloncesto el jueves pasado.

Hermes considera que, aunque será fuerte y rápido como todos los dioses, sus poderes estarán más orientados a la sabiduría y el conocimiento. El propio Abiel se ha dado cuenta de que puede retener todo lo que escucha o ve sin sacrificio alguno y que no le cuesta esfuerzo comprender cualquier galimatías con el que su primo siempre intenta fastidiarlo, sobre todo ahora que está estudiando física en la Universidad de Gothenburg.

El primo de Abiel ha pasado quince días en Madrid con él, después de que ellos dos, junto a Pedrito y Daniel, se pasaran tres días en Liubliana, la capital eslovena. Todo fue idea de Abiel, que invitó a sus dos mejores amigos a visitarlo a Suecia las dos últimas semanas de julio y quiso ir a Eslovenia los últimos días de su visita.

Pedrito viaja, al menos, una vez al año con sus padres y su hermana, pero Daniel no ha salido de Madrid, salvo cuando Abiel lo ha invitado a algún cumpleaños fuera de la ciudad o ha acompañado a Abiel a algún viaje con sus padres, por lo que viajar por Europa fue increíble para él. Además, después de llevar algunos meses trabajando, pudo llevar su propio dinero, aunque Abiel no le permitió que pagase nada, se supone que está ahorrando para la universidad.

A Abiel le vino muy bien la visita de sus amigos, ya que así se obligó a mantenerse ocupado y no pensar tanto en su novia. La echa muchísimo de menos y el no poder hablar con ella ni siquiera por teléfono, lo está matando de desesperación.

Su primo hizo la misma función que sus amigos cuando regresó a Madrid, pero se ha ido hace dos días y ahora su mejor opción para no volverse loco es quedar con sus amigos, estar con sus padres, molestar a Carmen y encerrarse en su habitación con Heracles y a veces también con Hermes.

—Artemisa quiere venir a verte mañana otra vez —le dice Hermes a Abiel antes de despedirse.

—Parece que soy una atracción de feria. No entiendo como Poseidón, Zeus, Ares y Hera no se han dado cuenta de que existo. Me visitan más que a la Alhambra —se queja Abiel con razón.

—No dicen que vienen a la tierra y ya les hemos advertido de ser cuidadosos —le recuerda Hermes.

—Aun así, deberían de venir menos a ver a mi hermano —secunda Heracles a Abiel.

—También es el hermano de Artemisa —informa Hermes.

—Pero es la más vengativa de todos nosotros y me da miedo de que si sucede algo, delate a Abiel en represalia para fastidiar a alguno de nosotros.

—Sabes que adora a su hermano gemelo y él es el fan número uno de Abiel —rememora Hermes a la relación de Artemisa y Apolo.

—Sin embargo, nada de nombrar a Alma ni de traerla a esta casa —protege Heracles a la novia de su hermano.

Abiel no interviene en la conversación. Ha aprendido por experiencia que, cuando Heracles y Hermes discuten por su seguridad, es mejor no pronunciarse. No obstante, es de la opinión de que Heracles está exagerando. Las dos veces que ha hablado con Artemisa, le ha dado la impresión de que le tiene verdadero cariño.

Artemisa es más fuerte que la mayoría de los otros dioses, es rápida y, aunque le cuesta mostrarlo, tiene un buen sentido del humor. Solo es ella misma con Apolo, su hermano gemelo, pero con Abiel también se abrió desde el primer día.

Abiel tiene ese don de hacer sentirse cómodos a los demás. Un don que no le agrada mucho a Heracles, porque se ha dado cuenta de que ya no tiene a su hermano para él solo, sino que lo tiene que compartir.