Frío despertó de su coma y como la gran mayoría en estos casos, este parece haber sufrido algunas complicaciones, pero al parecer, no son como las de un ser humano normal después de haber recibido un balazo a quemarropa en la cabeza, es verdad que no habla y apenas se mueve, pero el personal médico está optimista, le siguen practicando numerosos análisis y tratamientos pero por su tan peculiar anatomía, no obtienen los resultados esperados y sólo más incógnitas y cierta fascinación por parte de su médico, que entre cuchicheos con los enfermeros, admite que planea escribir un libro relatando a fondo como atendió a uno de los criminales más reconocidos de Gotham y todo lo descubierto de su anatomía gélida. Gordon sospecha que tal vez finge que no puede hablar ni entender las preguntas al momento interrogarlo, pero sabe de sobra, que esa absurda estrategia, no sirve para evitar que vengan a terminar con su vida, sus declaraciones podrían poner en jaque al murciélago, él no es de dejar cabos sueltos. No se rinde, sigue preguntandole intenta persuadirle, hacerle comprender
_Si quiere, puede pestanear para afirmar o negar.
Le susurra al oído, pero este finge estar ido. Frío se queda mirando por la ventana empañada por el clima de esa habitación adaptada, preguntándose si todavía quedará algo de su laboratorio bajo esa construcción que Batman y Joker atacaron esa noche, si ellos o la policía, habrán descubierto los lugares secreros que tiene por toda Gotham y sobre todo, si estará a salvo su esposa que yace congelada con su tecnología hasta poder encontrarle una cura el mismo, se acongoja su corazón con tan sólo imaginar que sería de ella si él muriese. Aprieta sus puños y cierra sus ojos un momento para no perder su compostura, quiere gritar, liberarse de esa frustración, pero sabe que está sentenciado, si va a hacer algo debe ser mucho, mucho más listo que el Joker y el Murciélago juntos, su estrategia debe ser perfecta.
Jim tiene las manos entumecidas a pesar de estar tan abrigado. Intenta advertirle.
Coopere, por que su silencio, no es garantía de que no vengan a atacarlo.
le ofreció incluso papel y boligrafo para que anote, pero no hubo caso, el criminal sólo tiene los ojos muy abiertos y facciones rígidas, su expreción es de miedo profundo. Jim da por concluida la entrevista cuando ya no aguanta más el clima de allí, está seguro que estuvo a poco de sufrir una hipotermia.
___Maldita sea, perscaré un terrible catarro y nisiquiera tengo una maldita evidencia o declaración... se acaba el tiempo... es inminente su ataque...___. Sale de esa sala quitándose de a poco sus abrigos sus manos se sienten torpes todavía. De reojo vigila ese personal que atiende al criminal, conoce sus antecedentes y perfiles, ninguno parece tener algun motivo para querer hacer daño al criminal, todos tienen un expediente limpio, ningun roce con la ley.
___Ni siquiera tienen una infracción de tránsito, esto es demasiado "conveniente"___.
_Disculpe, no se puede fumar aquí.
Interrumpe su pensamiento una joven enfermera que tímidamente a penas le murmuró esa frase.
_Mh!, lo se, lo sé, es la maldita costumbre, prometo que no lo encenderé hasta que me valla de aquí...
Refumfuñó más molesto con sigo mismo que por que le llamaran la atención.
Ésta espera me está matando, se consideran que son intocables y que están sobre la ley...no me dan importancia, se arrepentirán deconsiderarme irrelevante.
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Por su lado, el payaso príncipe del crimen decide encarar a su antiguo némesis para evitar que su pequeña avecilla no sea castigado duramente por atreverse a actuar por su cuenta.