⚠MADNESS⚠

RETORCIDO

El clima comienza a enfriarse, la pareja de asesinos se aventura en la oscuridad nuevamente, casi de forma imprudente, pero eso no importa mucho, son demasiado listos para el humano promedio.

Han escogido cuidadosamente a su presa, el hombre de robusta complexión no sospecha que es su última noche, está en un antro de mala muerte, uno más de los numerosos que ha recorrido toda la noche, el sujeto en cuestión es un policía corrupto, el infeliz se cree dueño de las calles, es sumamente violento, no duda en fracturar dedos y propinar palizas con su nudillos de metal desfigurando el rostro de pobres comerciantes que se atrasan en la cuota, para algunos son mensuales, para otros pobres diablos se han vuelto diarios, e imposibles de saldar si no se han tenido un día productivo, cosa que pasa cada cada vez con más frecuencia, el barrio se va empobreciendo cada vez más.

Este último comerciante que está recibiendo la paliza de su vida, se atrevió a quejarse que su protección no fue suficiente para evitar ser robado tres veces en dos semanas seguidas.

_TE ENSEÑARÉ UN POCO DE RESPETO!, MALDITO IDIOTA!!!

El hombre yace en el piso sin poder moverse, recibe patadas, en su cuerpo y en su cabeza.

De forma repentina, un golpe en una pierna le hace perder estabilidad  y cae de rodillas.

de inmediato se presenta el dolor producto de una profunda cortada, intenta quitar ese pedazo de metal que está incrustado en su pierna, sin duda es de metal, pero está bastante oscuro, palpa el contorno de éste y reconoce la inconfundible forma de el batibumerang.

_El callejón es demasiado oscuro como para que alguien pueda ver lo que sucede aquí...

Una voz alegre rompe ese silencio, muy a lo lejos se distingue el sonido de los autos, el bullicio  de la ciudad.

Unos pasos resuenan en el piso húmedo, lodoso.

_Si, incluso a nadie parece importarle que alguien grite pidiendo ayuda.

La otra voz, en cambio es profunda, pausada casi carente de emociones.

Es un lugar muy lúgubre y asqueroso para morir... al menos para una persona, en cambio es un lugar más que apropiado para tirar la basura maloliente de Gotham...

_HE; HE; HEE!!!

Dos sombras se ciernen sobre el sorprendido" guardián de la ley".

Al tercer día el comerciante despierta en el Hospital, a duras pernas recuerda lo que pasó, los golpes en la cabeza estuvieron a punto de costarle la vida, a su lado está un detective que intenta hacerle unas cuantas preguntas que le ayuden a reconstruir el hecho.

El mal trecho hombre pregunta el motivo del interrogatorio extrañado, puesto que no es la primera vez que termina en el hospital producto de las golpizas de esos ladrones con placa, es más ve con desconfianza al joven detective, teme que intenten incriminarlo en algún delito para cubrir sus hechos de corrupción que ha estado infectando las fuerzas policiales desde que tienen memoria.

Desconfía hasta que el relato del joven con sus escabrosos detalles hace que desee continuar sin recordar nada, se siente afortunado de no saber nada de lo sucedido.

_No habría podido conciliar el sueño en meses si hubiera visto esas cosas que dice...

_El problema es que al parecer si lo presenció... es posible que los golpes le impidan recordar, o tal vez,  sea que su mente  lo haya bloqueado por lo terrible...

_Sea como sea, no quisiera recordar, no ahora...

_No se preocupe, es evidente que usted fue una desafortunada víctima, si sus recuerdos comienzan a regresar, no dude en contactarme a la hora que sea.

Le entrega una tarjeta y se retira, el comerciante queda muy conmocionado con la noticia, pero también se siente muy aliviado de que ese miserable ya no lo molestará nunca más, ruega para que no sea reemplazado por alguien peor, duda que las calles de su vecindario permanezcan libre de ese tipo de basura por mucho tiempo.

_Ese tipo era una basura... es una suerte que lo hayan despachado... basura...

Esa frase comienza a despertar algo en su memoria, pronto reconoce las voces de esas sombras, de esas siluetas tan características.

... Esa risa, no puede ser... por que!?,  El no puede estar haciendo equipo con ese maniático... 

De pronto, cubre su boca lleno de pánico, no hablará jamás de lo que vió, está demasiado asustado con lo que vio, y extrañamente también está demasiado agradecido con ese par.

___Jamás hablaré, me lo llevaré a la tumba lo juro...___

Las noticias del Asesinato desplaza oportunamente a las del El crimen de la mansión Wayne.

En el exterior del hospital agazapado en la oscuridad en las alturas, el Caballero de la noche estuvo atento a cada palabra en esa habitación, y decide, por el momento no terminar con el testigo, se recrimina el haber pensado que al momento de terminar con el cerdo corrupto la víctima todavía no estaba inconsciente, pero también le parece divertido el que voluntariamente haya decidido guardar "el secreto", de todos modos ya tiene facilidad en sacar ventaja de personas agradecidas, que se sienten en deuda una vez que le ha salvado la vida, esa gratitud se convierte en lealtad, algo muy útil al momento de pedir un favor a cambio.

 Ese tipo de lealtad ha incluso impulsado a u jovencito a acompañarlo por un tiempo en sus aventuras contra el crimen, claro que eso cambió cuando cierto villano en un irracional ataque de celos acabó con su vida, no le importó que fuera tan joven, estaba interfiriendo con la dinámica de las luchas sin cuartel que solía tener con su eterno némesis, nadie podía ser tan descarado como para interferir entre ellos dos sin recibir lo que merece.

Ese celo enfermo, retorcido, fue lo que lentamente comenzó a alimentar la idea en Batman de que tal vez, debería seguirle el juego que proponía, que ciertamente podía ser más entretenido, hasta divertido cruzar sus caminos una y otra vez, tanto, que terminarían entrelazándose, retorciéndose más y más hasta terminar siendo un mismo sendero.

El Murciélago observa a lo lejos como su compañero en el crimen sale del hospital luciendo una bata y una de sus horrendas pelucas.

_El rojo es un poco llamativo, pero sigue sin gustarme...

murmura con una sonrisa de lado.

El joven detective se retira en su auto, sin siquiera darse cuenta de que será monitoreado en todo lo que haga de ahora en adelante.