En en estacionamiento...

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El silencio de Martin era agudo, en su cara se reflejaban tantas expresiones que la verdad me intrigaba saber que  pensaba.

Le hablé de noviazgo,  quiero una relación con él, que sepa que voy enserio, pero parece que le estuviera hablando sobre donar un órgano o algo así.

He tenido algunas relaciones formales, pero  sin mayores resultados. Soy un tipo más tradicional en esa parte, quiero conocerlo bien, compartir mis sueños y anhelos, tenter sexo... me muero por probar su cuerpo. 

Por la noches me despierto agitado y caliente después de soñar con él, y es que el trasero que se gasta Martin es una verdadera tentación.

—Daniel... No creo que debamos ser novios— finalmente respondió Martín.

—Por qué? Aún no me crees?— respondí frustrado.

—Si te creo, pero no quiero formalidades ni etiquetas.  Igualmente no me llevarás a conocer a tus padres cómo tú novio ni nada por el estilo— explicó algo nervioso y agrega,

...Vamos a seguir como estamos, también me gustas y  quiero conocerte más...

—Etiquetas...? yo no estoy colocando etiquetas! Simplemente quiero que sepas que voy enserio contigo.

Me molesto que Martín hablara de etiquetas y que ponga el tema de mi familia sobre la mesa.
Aún no me da ni un beso y ya se está enredando en cosas que no vienen al caso.

Yo odio las absurdas etiquetas, yo soy Daniel y punto, ni gay, ni hetero, ni bisex, ni nada. Me dejó llevar por lo que siento sin rollos, así como en este momento siento cosas por él, en el pasado también senti cosas por una mujer.

Mis gustos, son míos y ni mi familia ni nadie, van a influir en eso. Por supuesto, entiendo que si mi familia se entera pondrán el grito en el cielo, pero ese es su problema y quizás algún día lo sepan, pero por ahora solo quiero vivir esto que siento con Martín y nadie mas.

—Martin, ya sabes lo que siento, esto es lo que soy, te ofrezco mi compañía, amistad y lo que venga... pero háblame claro, yo no soy un adolescente que busca solo sexo, busco algo más. Soy discreto si! Me escondo, No! y la prueba es que estoy aquí contigo.

—Que...? Me darías un beso aquí delante de todos...?— dijo desafiando mis palabras.

Y sin pensarlo, lo tomé del cuello y le estampe un beso en la boca con lengua y todo tan apasionado que por unos segundo lo dejé sin aliento y con un bulto en la entrepierna.

—Martín... entramos a la película?— le pregunté con una sonrisa de satisfacción ante la mirada de todos y sus mejillas sonrojadas.

Él únicamente asintió con la cabeza y una sonrisa tímida.

Yo tenía bastante calor, pues era mi primer beso con un hombre y además con el hombre que me gustaba. También estaba caliente por la situación y la abstinencia, ya que tenía un buen rato sin sexo y no soy de piedra.

Durante la película el me miraba y yo a él, de pronto Martín me tomó de la mano disimuladamente sin dejar de ver la pantalla pero suspirando.

Y no se que piensan ustedes, pero para mi eso fue una especie de confirmación y bienvenida a una nueva etapa.

Al terminar la película, en el estacionamiento dentro del carro me lo estaba devorando a besos, su aroma y labios eran tan cuál los imaginaba desde que lo conocí.

Mis manos surcaban sus duras piernas y el besaba mi cuello con mucha ganas. Definitivamente le gustó y en su desespero lo percibía.

Su mano se abría camino entre los botones de mi camisa, acariciando mi pecho  mientras jugaba con mis vellos.

De esclavo a tú tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora