LAUREN
Estaba sentada frente al escritorio cuando la pantalla del teléfono se iluminó con un mensaje.
"Tengo tus bragas en el bolsillo".
Levanté una ceja cuando leí el mensaje de . Pero, por supuesto, también me hizo sonreír.
"¿Cómo han acabado ahí?".
"Me las llevé".
"Pervertida".
"Sólo contigo".
Dejó de escribirme y yo me volví a centrar en el trabajo, haciendo todo lo posible por no pensar en la mujer que me estaría esperando en cuanto terminase la jornada. Ahora que mi vida había cambiado tanto, me resultaba difícil recordar cómo era antes.
Los acuerdos me parecían algo del pasado. No me hacían falta normas para disfrutar del sexo, para sentirme a salvo con mi pareja.
Camila se bastaba y se sobraba para hacerme sentir a salvo.
Pasó una hora y terminé de hablar por teléfono con uno de mis proveedores de China. Repasé algunos correos, intentando hacer simultáneamente el mayor número de tareas posible. Mis ayudantes no podían encargarse de todo porque era yo quien tenía que tomar todas las decisiones finales.
Mi teléfono sonó y el nombre de Juliana apareció en la pantalla.
Respondí sin cerrar el correo electrónico.
―Hola, ¿qué tal? Camila me ha dicho que ayer se lo pasaron muy bien.
Hubo un silencio cargado de enfado.
Yo era capaz de detectar todos los estados de ánimo de Dinah porque la conocía mejor que nadie.
―¿Qué pasa? Suspiró.
Aquello era malo. Por normal general ya me habría soltado todo lo que se le estuviera pasando por la cabeza.
―Dinah... ¿Qué pasa?
―No sé cómo decirte esto. Es malo, Jauregui. Es muy malo, joder.
Aparté las manos del teclado y me centré en el teléfono. Todas las tareas que tenía pendientes quedaron en segundo plano cuando oí la amargura de su voz. Estaba tan enfadada que ya ni siquiera gritaba.
Y aquel era el nivel máximo de enfado.
Volvió a suspirar otra vez antes de hablar.
―Busca tu nombre en Google.
―¿Qué...?
―Hay un artículo sobre ti en el Times. Cabello les ha contado lo de Jeremy.
Ahora era yo la que se había quedado muda, pensando en tantas cosas que no era capaz de articular palabra. Se me aceleró la respiración y pude oír cómo me devolvía el eco. Cuando sonó el teléfono fijo, arranqué inmediatamente el cable de un tirón. Si lo de aquel artículo era cierto, los periodistas estarían a punto de bombardearme.
―¿Jauregui? ―La voz enfadada de Dinah me llegó a través del teléfono―. Di algo.
No era capaz de decir nada.
―El artículo ha salido hace cinco minutos. En media hora lo sabrá el mundo entero.
Dios, no me podía creer que aquello estuviera ocurriendo.
Me acerqué al ordenador, tecleé mi nombre y el artículo apareció arriba del todo. Ya sólo el titular me dio ganas de vomitar.
Lauren Jauregui víctima de maltrato.
No. No. No.
El artículo era largo, lo cual no presagiaba nada bueno.
―¿ Jauregui? ―repitió Dinah.
―Yo... ―No podía pensar en nada mejor que decir―. Joder.
―No se menciona en ningún sitio que la muerte de Jeremy fuera sospechosa, pero eso podría cambiar si la gente sigue indagando.
―Esto no puede estar pasando...
―Voy a matar a Cabello. Ese puta desgraciada estuvo ayer sentada enfrente de mí como si todo fuera de maravilla, cuando probablemente ya habría hablado con el periodista. ―Daba gritos al teléfono y se oyó cómo algo se estrellaba contra su escritorio y golpeaba el suelo.
―¿Por qué estás tan segura de que ha sido Cabello? ―En ese momento, cualquiera era sospechoso, pero Cabello no fue la primera persona que me vino a la mente. Sólo Juliana y yo sabíamos lo del incidente con Jeremy, y Cabello era la primera persona a la que se lo habíamos contado, pero aun así... no me entraba en la cabeza que pudiera hacerme algo así.
―El periodista la menciona a ella como su fuente.
Se me hundió el corazón en el pecho y se me desplomó hasta el estómago. Cuando se asentó en la base de mi vientre, estalló en cientos de pedazos. Me sentía asqueada, mareada y débil. Ni siquiera sentía rabia de lo aturdida que estaba. Nunca una traición me había dolido tanto, nunca había sentido una puñalada así de profunda. Tenía un cuchillo clavado en la espalda que giraba y se retorcía sin parar a pesar de que yo ya estaba muerta.
―Dios mío...
―Qué maldita. No me puedo creer que nos haya hecho esta jugada.
―¿Por qué ha hecho algo así...?
―No tengo ni puta idea, a lo mejor para perjudicarnos a las dos. Somos rivales en la lista Forbes.
―Pero Cabello no es tan psicópata.
―Está claro que sí lo es. No la conoces... y yo tampoco.
Me temblaba la mano al sujetarme el teléfono junto a la oreja.
Ahora que todas las pruebas apuntaban a Cabello, no había nada que yo pudiera hacer aparte de aceptar la dolorosa verdad. Era la única persona a la que le había hablado de Jeremy y el periodista lo había mencionado por su nombre.
Lo había hecho ella.
Lo había hecho a propósito.
―Tengo que dejarte...
―¿Qué vas a hacer? ―preguntó Dinah ―.
¿Quieres que vaya contigo?
―No. Voy a ir al despacho de . Le voy a decir cuatro cosas bien dichas a esa hija de puta.
* * *
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EL IMPERIO DE LAS JEFAS || CAMREN GIP (ADAPTACION)
FanfictionTodos los derechos pertenecen a Victoria Quinn, solo es una adaptación de la historia real No estaba acostumbrada a oir la palabra "no" Foto de autoría de manip leanla no se van a decepcionar