Joel cerró la puerta tras de sí con un movimiento brusco, haciendo que el sonido retumbara en la pequeña y oscura habitación.
—No he terminado de hablar contigo— dijo el hombre con mandíbula apretada.
—Pero yo sí— Betty estaba de espaldas con sus manos a la cadera. Bajó la mirada y negó con la cabeza mientras sus labios dibujaban una sonrisa sarcástica. Se giró hacia él con ojos cristalinos y rechinando los dientes—. Estoy intentando dar lo mejor de mí, Joel, y lo único que haces es pisotearme con tus malos tratos una, y otra, y otra vez...— sus labios formaron una línea curva caída y pronunciada. Dio unos pasos hacia él, y sus cuerpos casi se tocaban—. ¡¿Por qué?!— gritó. En sus ojos podían percibirse ira y desesperación—. ¡¿Cuál es tu maldito problema?! ¡¿Qué mierdas fue lo que hice?! Al menos... —tragó saliva, conteniendo su llanto— ayúdame a entender qué está mal conmigo...
—¡Estoy harto, Betty!— exclamó con voz ronca, mirándola con expresión de cachorro. Su cuerpo temblaba debido al enojo, y respiraba por la nariz. Sus cejas estaban casi unidas, demostrando la ira que sentía—. Estoy harto de... — cerró los ojos y soltó un pesado suspiro— verte con otros hombres, y no conmigo.
La chica relajó los hombros y expandió sus ojos verdes. Respiraba con dificultad por la boca, haciendo que su pecho subiera y bajara con intensidad. ¿Sus oídos habían escuchado bien? Eliminó la escasa distancia que había entre ellos, y lentamente subió su mano hasta la mejilla de él. Pasó sus dedos por su barba canosa, y él cerró sus ojos al sentir su suave tacto.
Betty ahuecó su mano para tomar su mejilla y acercar el rostro de Joel a sí con nerviosismo. Se aproximaban lentamente, hasta que Joel no pudo soportarlo más.
Con un movimiento torpe y tosco, unió sus labios con los de ella. Al principio solo los presionaba, pero fue cuestión de segundos para que abriera ligeramente su boca, acercándose más. La chica respondió el beso, e introdujo su lengua en busca de la de él.
Joel no pudo evitar soltar un suspiro de alivio entre besos. Era todo lo que necesitaba: sentirla de esa manera. Tan cerca, tan entregada a él...
Los besos se intensificaban, y la chica dio un pequeño salto para rodear sus piernas en las caderas del hombre. Este la atajó colocando sus grandes y ásperas manos en sus glúteos. No podían estar más cerca, pero Joel parecía no entenderlo, aproximándola cada vez más. Sus besos pasaron a ser desesperados y la llevó hasta la pared, haciendo que Betty se quedara sin aire por un momento. Sentía el cuerpo grande del hombre sobre ella, pero le gustaba la sensación de quedarse casi sin aliento por tenerlo tan cerca de sí.
—No importa...— susurró el hombre con agitación mientras bajaba sus labios hasta el cuello de ella. La chica sintió un cosquilleo por el contacto de su barba y bigote. Él besó su cuello apasionadamente. Betty gimió—. No importa cuántos hombres te deseen... —el aire que emanaba al murmurar hacía que la chica se estremeciera—, o incluso cuántos crean la loca idea de que pueden tenerte— la tomó del cuello con fuerza, pero sin apretar su agarre para que pudiera respirar. Se alejó un poco para poder detallar sus hermosos ojos verdes. Examinó su rostro—, siempre vas a ser mía, ¡¿me escuchaste?! — chistó. Sacudió con ligereza el agarre del cuello de la chica, haciendo que la cabeza de Betty chocara levemente contra la pared. La chica lamió su labio superior mientras sus labios formaban una sutil sonrisa. Le gustaba verlo de esa manera: desesperado, y hambriento—. Mía y solo mía, Betty.
La chica, anonadada, asintió repetidas veces. Tomó el rostro del hombre con ambas manos y volvió a besarlo. Este respondió el beso casi mordiéndola. Deslizó sus manos venosas y ásperas hasta las caderas de Betty para retirarle su camiseta desgastada sin mangas. Ella, en respuesta, levantó levemente sus brazos para poder retirar la prenda.
ESTÁS LEYENDO
Back To Me
Fiksi Penggemar❝... Pero esta vez, lo digo en serio Te haré saber lo mucho que significas para mí Mientras la nieve cae del desierto cielo Hasta el fin de todo...❞