XIII

48 4 1
                                    

Lindsey

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lindsey

No puedo hacer nada cuando veo lo que más temía hacerse realidad. Odio decirlo pero ni siquiera reconozco al hombre que me dio la vida. Estoy anclada o clavada al suelo, cosa que verlos golpearse hace que no pueda siquiera mover un músculo, es como si estuviese en otro mundo paralelo.

¿Yo viendo como mi padre y el chico que dio comienzo a mi mundo sexual, se caen a bofetones como sino existiese un mañana? Bafff, puras chorradas. Debo pellizcarme porque me cuesta creer que es real.

Mis ojos caen en mi madre y como mueve la boca gritando cosas que no logro escuchar, y vuelven a Warren cayendo al suelo siendo dominado por mi padre. Pero es solo cuestión de segundo para que vuelva a tomar el mando en la pelea.

Es increíble que ninguno logre sobreponerse al otro, solo por leves segundos logran dominarse uno al otro. Es una pelea bastante pareja, una pelea que no vi venir.

Los chicos de la banda corren y llegan a nuestro encuentro, desapartando a ambos hombres. Casi imposible pues siguen queriendo más, cuando mi padre y Warren a pesar que los tienen apartados forzajean para seguir.

Van calmándose los aires y yo aún no puedo ni moverme, ni hablar.

—¡Nos vamos Lindsey! —demanda mi padre gritando y me sobresalto.

Lo miro a la cara y noto su labio partido y su rostro magullado por los golpes recibidos.

—Ella no va a ninguna parte —repone Warren a mi progenitor bastante herido de igual manera.

Vuelven a mirarse airados como si quisiesen matarse ahí mismo.

—¡Y una mierda lo que tu quieras, ella se va conmigo! —escupe papá.

—Lindsey vamos anda —murmura mamá cerca de mí y toma una de mis manos.

Sin yo dar orden a mi cuerpo siquiera, suelto su mano de un brusco jalón.

—Me quedo aquí —decreto y todos me miran sorprendidos.

El único que está normal con mi reacción es el rubio. Me viene a la mente que debe saber por el hilo que ando.

—¿Que qué? —La voz de papá suena tan dura y fría que helaría medio planeta solo con ella.

Trago grueso para llenarme de valor con lo que voy a decir.

—Que me quedaré aquí, Warren y yo hemos empezado algo —casi mi voz es apenas audible, pues es como si tuviese un nudo en la garganta.

Las mejillas mías se tiñen de rojo al notar como los chicos del grupo miran las fotos desparramadas por el suelo. Warren se agacha y las toma todas arrugándolas como si fuesen papel. Los del grupo me miran impresionados por mi reacción y las fotos que acabaron de ver.

—Nos vamos. —Mi padre sin nadie esperarlo, me agarra con fuerza la muñeca y me jala haciendo que camine junto a él.

Warren por su parte me sigue y toma mi mano libre sosteniéndola de igual forma.

Eres IrrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora