II

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Lindsey

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Lindsey

El rugido del automóvil sobre el asfalto hace vibrar mis oídos. Mis pensamientos están en el chico de cabellos rubios teñidos. El ridículo moño que tenía sobre su cabeza dándole un aire superior a los chicos normales, sus manos llenas de manillas y brazaletes negros y grises. Su musculoso cuerpo de espaldas al mío y su fuerte mano agarrándome.

Sin contar sus intensos y verdes ojos, que derretirían a cualquier chica con solo hecharle un vistazo. Ya lo dije, a cualquier chica, yo no soy cualquier chica. Por mucho que algo dentro de mí se agite, me jode demasiado su mala leche.

Las cosas se resuelven hablando, pero ese tío no habla, ese tío insulta, grita y te hace sentir como una miserable e impertinente mosca.

Tras varias horas de recorrido veo el gigante portón negro, toco el botón abriéndolo y estaciono el auto en el garaje de mi casa. Mis ojos van al auto estacionado junto al mío, el carro escandaloso de Vero acapara mi visión, no he llegado y ya sé la reacción que tendrá al saber que vi y conocí a su ídolo roquero. Ya mi mente refleja la imágen de su cara al decirle eso.

Río al pensarlo, tomo las llaves asegurando el auto y salgo para adentrarme en la casa.

Voy directo a donde sé que mi mejor amiga estará justo ahora. Me adentro poco a poco a la puerta y los sonidos de Super Mario a todo volumen inundan mis tímpanos.

Abro sin más y la escucho hablando. Obviamente hablando a la maldita cámara de Stream en todo momento. Sin más me le acerco y planto un beso en su mejilla.

Me tiro a su lado en una de las butacas sin dejar pasar por alto que yo salgo en sus vídeos. ¡Sí! mi amiga es una Streamer, juega icónicos juegos y toda su vida se la pasa prendida frente a la pantalla de la compu. Ruedo los ojos al escucharla hablar de mí como siempre hace, y saco mi celular esperando que termine lo que hace.

Debo confesar que es realmente buena en ello, por gusto no tiene casi cuarenta y tres millones de seguidores. Por ende le hice este cuarto solo para ella, odiaba tener que ir a su casa todo el tiempo, porque no salía de sus cuatro paredes.

A ella le encanta grabar cada cosa de su vida, creo que lo único que no hace es ir al baño con la puñetera cámara encendida. Suelta el mando de juego y lo tira en la mesa, se gira hacia mí feliz, lo debe estar porque seguro superó su propio récord.

—Hola Lin, ¿disfrutaste el camping? Llegaste más temprano de lo que pensaba.

Río para mis adentros, estoy loca por soltarle el bombazo, pero sé que me meterían varios millones por la cara si medio mundo se entera del hipócrita de Warren.

—Bastante —solo digo y ella al momento se da cuenta.

O sea con ella es casi telepático, se da cuenta de todo sin yo decirlo. Gira su melena de cabellos rojos rizado tipo "Merida" hacia la cámara que está encima de pantalla de la compu.

Eres IrrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora