Lindsey
Cuatro años antesEl sonido de los pasos alrededor de la puerta me abruman, saber que solo recibiré malas noticias me altera cada vez más. Lo mejor es dejarlo de una vez por todas, dejar de venir a el hospital. Nada ni nadie podrá sanarme, nací con este defecto y por mucho dinero que tengan mis padres en los bolsillos, nada se puede hacer conmigo.
No queda más que seguir revolcada en el lodo como la maldita cerda que soy.
—Lin cariño... —empieza a hablar mamá pero la interrumpo
—Basta mamá, esto solo me da falsas esperanzas —hablo pero la voz se me rompe al final.
Comienzo a llorar desconosaldamente y esto se repite cada vez que vengo a hacerme chequeos. Tengo una paraplejía y para los que no saben sobre eso es: daños en la espina dorsal. El daño se encuentra específicamente en la vértebra dorsal y afecta mis piernas. Del ombligo hasta abajo no siento nada. Es como sino tuviese nada en la parte inferior de mi cuerpo.
La que tengo es casi completa, aunque a veces siento leves estímulos en mis piernas. Mi vida es horrible en todo sentido de la palabra, de niña tuve un accidente con un auto. Y desde que tenía cinco años, no he podido poner mis pies en el suelo.
Mis padres se han encargado que no me falte nada, pero ya me es imposible estar de forma positiva. No hay mejorías y apenas y puedo comer por mi cuenta. He vivido encerrada en cuatro paredes toda la vida. Postrada en una cama sin siquiera poder estar sentada.
Lo único que ha hecho mi mundo más ameno fue el aparato que hace años atrás me regalaron mis padres. El mismo costó una infinita fortuna. Trata sobre un artefacto que estimula una de las partes de mi cerebro y es el prosencéfalo basal, el mismo promueve el sueño y hace que me pase el día entero dormida. Pero no solo eso, sino que se centra más en hacerme soñar cosas en específico. Uno normalmente sueña entre tres y seis veces cada noche, y duran los sueños al menos entre cinco y veinte minutos.
En cambio, mis sueños comienzan desde que cierro los ojos, y se quedan con claridad absoluta en mis pensamientos luego de despertar. Ese aparato casi futurístico se centra en la etapa cinco del sueño. La famosa llamada REM (Movimiento ocular rápido).
Así que he estado tres meses disfrutando de eso, de vivir en mi mente. De hacer lo que nunca he podido y es correr, saltar, viajar, vivir. Yo soy la propia dueña de mi mundo y en él solo mando yo. Me enamoré empedernidamente de ese chico que conocí, tengo una preciosa vida con él en mi mente. Algo que no es real en verdad, pero para mí sí lo es.
Mis padres saben todo sobre él y cómo nos conocimos, sé que me ven con pena cada que les cuento sobre Warren. Pero no puedo más que estar feliz por al fin enamorarme en verdad. Ellos nunca lo van a entender pero no dicen nada al respecto.
Estoy ansiosa por llegar a casa solo para estar junto a él. Han pasado ya cuatro años en mi mundo en sueños desde la vez que tuvimos nuestra primera vez juntos en familia, esa vez que corrió conmigo al hospital asustado.
El médico entra en la sala acompañado de mi padre. Su porte me hace sonreír porque tengo un padre muy atractivo.
—Buenos días Lindsey —saluda el médico que atiende mi caso hace años.
—Hola —respondo.
El silencio se hace presente, pero la sonrisa en el rostro de mi padre no deja de verse.
—Tengo buenas noticias para ti Lin —habla y mis ojos se abren.
—¿En serio doctor? —pregunta con ilusión mamá.
—Pues sí, los doctores neurocientíficos Grégoire Courtine y la neurocirujana Jocelyn Bloch han creado un hito. Han creado implantes de electrodos en la médula espinal, haciendo que imiten las señales que circulan a lo largo de la misma, y vinculan a los miembros inferiores con el cerebro.
—¿Qué quiere decir doctor? —interroga mamá.
—Ya otros dos parapléjicos han usado esos implantes y en menos de cuarenta y ocho horas, pudieron ponerse de pie, caminar y hasta nadar. Esos implantes provienen de un software que respalda la configuarción rápida de programas de estimulación específicos de la actividad, y que reproducen la actividad natural de las neuronas motoras subyacentes. Los electrodos están conectados a un ordenador con un sistema de inteligencia artificial que asegura la movilidad.
—¿Y cuánto cuesta eso? —cuestiono ahora.
Si solo lo han hecho dos personas en el mundo es por algo. El médico le mira a mi padre y medio sonríe nervioso.
—No debes preocuparte por eso Lin —comenta papá.
—Yo no quiero seguir haciéndome esperanzas padre, estoy feliz ya en mi mundo. No quiero dejarlo y menos por algo que me hará infeliz.
—Hay probabilidades Lindsey, los dos que ya lo han hecho están de pie. Y quiero que tú al fin vivas —afirma y su voz gruesa se torna nostálgica.
El médico se marcha dejándome la cabeza hecha un lío. ¿Será mi final entonces con Warren? ¿No lo podré ver más?
—Cariño, será lo mejor que hagamos esos implantes. Quiero ya verte caminar, verte ser la joven de dieciocho años que hace su vida con normalidad.
Las lágrimas se acumulan en mis ojos y aunque esto es lo que he esperado por tanto tiempo, tengo miedo y me asusta ahora enfrentarme al mundo. Lloro con fuerza por todo lo que se me junta dentro. No sé como reaccione cuando le diga en verdad todo.
Lo amo tanto.
![](https://img.wattpad.com/cover/341081455-288-k237207.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Eres Irreal
Science FictionDiría que he vivido pero es mentira, mi mente ha vivido. Ella ha disfrutado recreándose en una vaga ilusión que se hizo cada vez más y más fuerte. Me advertían de los peligros de usarlo... pero.. ¿Acaso quién no lo hubiese hecho en mi lugar? Estab...