Todos tenemos una venda en nuestros ojos, la cual cubre las crudas realidades de la vida.
Elisa lo sabe mejor que nadie, porque amar te hace dueño del soñar, pero también te hace dueño del odiar.
La pregunta es: ¿Quién le quita la venda que cubría...
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–Dos años atrás–
Lunes
Han pasado dos meses y extraño demasiado a mi hermano, las cosas no son iguales, ahora mamá se va a mudar conmigo después de tantos años que me independice, ahora mamá necesita mi ayuda y la apoyaré, aunque no lo desee.
Jueves
Vivir con mi madre es más difícil de lo que pensé, me impone reglas como si fuera una niña pequeña, pero se le olvida que ya tengo veintitrés, las cosas con mi madre son cada vez más difíciles a pesar del amor que le tengo, se le olvida que ya soy una mujer que sabe lo que quiere y adonde va, pero ella no piensa en eso y solo me trata como alguien que no sabe de la vida.
La muerte de mi hermano me ha marcado a mí de una forma tan definida, él siempre fue la alegría de nuestra familia, pero ahora ya no hay quien este para nosotros haciendo pastelillos en la cocina, no hay quien nos cante por las tardes esa espantosa canción que odio. Ahora todo da un giro en mi vida tanto como en el de mamá.
Sábado
Después de un par de meses que se mudó mi madre, el refrigerador está repleto de comida, mi madre siempre dice que "mejor que sobre a que falte", una típica frase de madres, la cosa mala es que no para de hacer quehacer en nuestra casa.
Todo el tiempo está haciendo limpieza y ordena su ropa, parece qué mi madre tiene grandes hábitos de limpieza, pero la realidad es que nunca fue así, mi hermano cuando vivía con ella antes de irse con mi tía a vivir, él era el que hacía el quehacer de la casa, él cocinaba y se encargaba de mantener bien alimentado a Motis y Claus, nuestras mascotas de ese momento, mi madre se preocupaba más por sus deseos personales, no digo que haya sido mala madre, pero nuestra crianza fue algo complicada y solo hasta el día de hoy lo puedo notar.
Tres semanas después
Quiero sorprender a mi madre, quiero que sea feliz a pesar de que mi hermano no está con nosotras.
Decidí hace un par de días inscribirme a un máster en repostería y creo que es genial aunque no puedo asistir de manera presencial por diversas situaciones las clases las tomamos en línea y pues tiene sus ventajas.
Un mes después
La mañana soleada entra por mi ventana, los rayos del sol enceguecen mis ojos, es un hermoso día en Colombia, los pájaros posan a lado de mi ventana, mi madre esta con una mejor actitud, qué los días anteriores.
Sé que mi madre me espera con el desayuno en la cocina y eso es muy lindo.
— Es hora de desayunar –grita mi madre desde la cocina–
— Lo sé mamá, ya voy –le grito mientras me quito la ropa–
Minutos más tarde estoy con mi madre comiendo y disfrutamos del hermoso atardecer en Colombia y hoy puedo sentirme un poco mejor después de la muerte de mi hermano.
Días después
Entro a la ducha y dejo que el agua se deslice sobre mi cuerpo, qué la jabonadura brote por mis curvas, aunque no me guste demasiado, mi cuerpo es muy hermoso ante los ojos de los demás.
El líquido penetra cada poro de mi piel, minutos después salgo de bañarme y entro a mi cuarto, el cual está repleto de flores que cuelgan sobre mi pared, ¡huelen tan bien!, los lirios puestos sobre mi alcoba lucen perfectos, tomo mi computadora y la enciendo, me preparo para mis clases de repostería, debo confesar que es más difícil de lo que imaginé, tomar clases en línea es frío y el aprendizaje es diferente.
Mi madre me vuelve a insistir qué lleve mi desayuno conmigo aunque le digo que no soy una niña pequeña a la cual le tiene que recordar todas las cosas.
Las clases que tomo son buenas, ya que enseñan muy bien.
***
La mañana se desvaneció y llego la tarde, al igual que la tarde se esfumó en la nada porque llego la noche.
Mi mente estaba ocupada con mis clases, pero cuando dejaba de hacer mis cosas en mi mente me perseguía el recuerdo de mi hermano.
Las preguntas resaltaban en mi pensamiento, pero no tenia respuesta de nadie, no podía comprender ¿Por qué lo habían asesinado al igual que a mi tía? y lo peor de la situación es que mi madre evadía el tema.
Los días transcurrieron como si nada, fue así un par de semanas hasta que llego un mensaje a mi correo.
"Estima señorita Waller, se le informa que se requiere tomar el curso de repostería de forma presencial, le solicitamos que asista a nuestras oficinas y centros de trabajo.
Para mayor información busqué en...
Atte. Assit. Mérida
Oficinas en São Paulo"
<<¿São Paulo, o sea Brasil?>>
¿Por qué demonios se habían cancelado las clases en línea?
No entendía por qué las desgracias o lo demás no se me daba como quería, pero tenía que ir a São Paulo porque no pensaba dejar las clases, ya que esa era la única forma de sentirme cerca de mi hermano y era algo que amaba.
Le encantaba la cocina y yo sentía que así podía convivir más con él, aunque sabía que eso no me lo regresaría, por esa razón decidí iniciar la gran aventura de mi vida.
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