Dos años atrás
— ¿São Paulo? No es un lugar muy lejos, Elisa... –me cuestiona mi madre–
— Mm si madre, aunque ya no puedo tomar las clases desde Colombia.
— Entiendo, aunque nosotras vivimos en Cartagena, pero lo único que no comprendo es ¡¿cómo vamos a desplazarnos hasta São Paulo?!, es lo que yo no capto. –me dice confundida–
Mi madre tenía razón, no teníamos el suficiente dinero para vivir en otro lugar... yo al mando de la familia no podía cargar con tantas responsabilidades y mucho menos podía hacer que mi madre viajara de un lado a otro conmigo, yo era libre y podía ir a donde quisiera, pero al estar con ella no podía gobernar sobre mi vida.
— Mamá, no tienes que ir conmigo –le digo molesta– yo me iré a São Paulo por un tiempo y ya regresaré aquí contigo. –trato de mostrar seguridad ante mi madre–
— Pero Elisa, esta es tu casa, yo solo he estado viviendo un tiempo contigo y no quiero que sientas que soy una carga para ti, solo quiero ayudarte, pero sé que soy un problema para ti. –me reprocha–
— Ay mamá, no digas eso, no trato de hacerte sentir mal. –trato de consolarla–
—Pues, eres todavía una mocosa que no se sabe cuidar bien,
— ¡Por favor mamá! Tengo 23 años, así que no tienes por qué preocuparte por mí. Acuérdate que me fui muy joven de la casa y me las pude arreglar sola y que quede claro que no hui de casa, solo busque ganarme las cosas por mí misma. –suavizo mi voz– Sé que para ti no es fácil quedarte sola en estos momentos, pero recuerda lo que diría mi hermano "solo se vive una vez" así que debemos ser fuertes por él, por nosotras. –me acerco a mi madre y la abrazo muy fuerte–
— Está bien, hija, solo cuídate porque no quiero que te pase nada. –me dice preocupada–
—Si madre. –beso, su mejilla–
Aunque no estaba tan segura de ir a Brasil, lo iba a hacer, al menos para ver si era posible concluir el máster o encontrar un traslado a Colombia o incluso a México, ya que no sabía mucho de São Paulo, solo sabía que era una ciudad más grande de América Latina, que era un lugar con el mayor centro gastronómico, pero también sabía que no era el mejor lugar o al menos no para mí... pero tenía que descubrirlo por mí misma así que no me quedo más alternativa que hacer mis maletas e ir a ese lugar.
Dos días después
Ha llegado el día y me dirijo al aeropuerto de Cartagena para ir São Paulo son aproximadamente 8 h y con solo dos maletas de 10 kilos me voy de viaje, aunque no me gusta la idea reconozco que es un escape mental de mi madre; adoro a mi madre no lo niego, pero el problema es que no me deja hacer lo que yo quiero, aparte no he tenido tiempo para mí, ni para fiestas, ni diversión o al menos no he tenido tiempo para olvidar todas las desgracias que me han pasado.
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La venda en mis ojos © ✅
RomanceTodos tenemos una venda en nuestros ojos, la cual cubre las crudas realidades de la vida. Elisa lo sabe mejor que nadie, porque amar te hace dueño del soñar, pero también te hace dueño del odiar. La pregunta es: ¿Quién le quita la venda que cubría...