Capítulo XX: Black Butterfly (Editado)

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—¡Querida llegaste antes a casa! –dice con alegría Jere–

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—¡Querida llegaste antes a casa! –dice con alegría Jere–

—Sí, Maya y yo estuvimos entrenando, pero nos dieron la tarde.

—Ya veo, oye necesito hablar algo importante contigo –me dice serio–

—Sí, pero primero quiero ver a nuestra hija y ya después hablamos lo que quieras.

—Está bien. –me dice con el semblante preocupado–

—¿Dónde está? –pregunto–

—Está en el jardín con Molly.

—Bien.

 Dejo las llaves del auto sobre la mesa y voy al jardín donde está la niñera y mi hija; ellas están jugando en la piscina con un salvavidas de pato.

—¡Hola Molly! –digo con encanto–

—¡Señora, ya está en casa! ¡Me alegro! Su nena se ha portado muy bien. –me mira mi hija–

—¡Se nota! ¡Me alegro de que le enseñes a nadar! –le digo con entusiasmo–

—Claro, ya sabe que es supervivencia básica, aún es muy pequeña, pero si a un nene se le enseña a nadar desde muy temprana edad, los niños aprenden a no tener miedos.

—¿De verdad?

—Sí, en la agencia de niñeras te enseñan varias cosas y también se lo digo por experiencia.

—Bueno, al menos a ti te puedo confiar a mi hija –le digo en tono burlón–

—¡¿Por qué?! –sonríe y me mira de forma curiosa–

—Pues, mi esposo la consiente demasiado, a pesar de que aún es muy pequeña; ella siempre se sale con la suya.

—¡Ay, señora! –se ríe– ¡Es obvio que lo hará! ¡Es su princesita! Ya sabe como son los papás con sus hijas, son la luz de sus ojos y por desgracia las esposas terminan siendo la segunda protagonista en su corazón.

—Lo sé, pero siendo franca, prefiero que mi niña sea la número uno en el corazón de su padre.

—¡Wow! Es la primera mamá que veo que no se ponga celosa de su pequeña o sienta que le quita a su esposo –ella se carcajea y sale de la piscina con mi nena–

—¡Es que no es así! Él siempre va a ser su padre y yo seré su madre, entonces no veo porque sentir celos.

—Concuerdo, veo que usted ama mucho a su familia. –me dice con sinceridad–

—¿Por qué lo dices? –pregunto confundida–

—Pues, usted sabe que llevo trabajando un año y medio aquí y por lo que he visto me doy cuenta de que es una mujer muy comprometida con su hija y con su trabajo, pero sabe algo –hace una pausa–

La venda en mis ojos  © ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora