Epílogo

13 3 0
                                    

Trece años después

Oliver G.B.M.

Paris, Francia.

Han pasado más de diez años, desde que Elisa murió, desde que decidió quitarse la vida y dejar su cuerpo tirado a lado de esos hombres sin alma.

Hace mucho tiempo que la extraño.

Recuerdo que la primera vez que la conocí fue increíble, ya que siempre se destacó por ser una mujer valiente, feroz y buena en todos los ámbitos.

Sé que yo la engañe con Selma y Ana, pero no fue porque fuera alguien que quisiera hacerle daño, solo que Peter me amenazo y desafortunadamente me deje llevar por el impulso carnal.

Me di cuenta de que Peter la jodió en todos los aspectos, la dejo sin brillo, sin amor y sin alma.

Elisa dejó de ser ella misma, se convirtió en algo que no quería ser, pero a pesar de eso, ella siempre mostró esa sonrisa que la caracterizaba.

Recuerdo que el libro que escribió Gaeling y todos los reportes que dio del Taip boos fue una noticia muy polémica, todos hablaron de su triángulo amoroso de Elisa, solo platicaron de las veces en que las que Elisa caía en la red de mentiras, pero nadie hablo de la mujer que hizo justicia por su cuenta, ya que todos lo tomaron como una venganza y ya.

Nadie puede entender el dolor que ella sintió, ni siquiera yo.

Al igual que ella, hay muchas mujeres haya afuera que sufren de violencia y maltrato, ojalá Elisa solo fuera el único caso de terror de esta jodida sociedad, pero ella solo es un episodio más de esta historia de horror.

Ahora sé que ella es una estrella más que ilumina el sendero de Esmeralda, mi hija.

Recuerdo la vez que llego Molly con ella en brazos, sus ojos eran como las esmeraldas, tenía unas diminutas pecas, una nariz pequeña y su hermoso cabello rubio ceniza.

La primera vez que hable con Jeremiah, me contó de la situación que pasaban,  me dijo de lo mucho que amaba a Elisa y que no quería que su hija tuviera un final jodido en esta historia, recuerdo que ese día no me negué en ayudarlo a él y a Elisa, a pesar de que ella no lo sabía, pero de cierta forma tenía que pagarle de alguna forma.

Tenía que cuidar a esta hermosa niña, esa pequeña que era hija de la mujer que me volvió loco en mi juventud. Al principio me costó demasiado, pero con la ayuda de Molly, mi esposa pude criarla bien.

Ahora mi hija tiene 14 años y tengo que cuidarla más que nunca, ya que pronto se convertirá en una mujer adulta y todavía no sabe la cruda realidad de su pasado.

En cuanto a mi esposa, pues es una mujer muy cariñosa y ha cuidado bien de Esme, mi hija la mira como una madre amorosa, a pesar de que sabe que no es su madre biológica.

La realidad es que Esme no sabe realmente quienes fueron sus verdaderos padres, pero Molly y yo hemos hablado de eso desde que llego a esta casa.

Sé que algún día sabrá la verdad y espero ame a su madre como alguna vez lo hice yo, ojalá pueda entender lo hermosa que era su mamá y lo heroico que fue su verdadero padre.

Elisa tomo la mejor decisión que haya podido llevar a cabo, ella no me eligió a mi, pero me lo merecí en ese tiempo de mi vida, ya que no fui lo suficientemente bueno para ella.

—¡Papá! –a lo lejos escucho la voz de Esme mientras camina hacia mí con sus dos hermanos–

—¿Qué pasa? –le pregunto mientras vuelvo a la realidad para abandonar mis pensamientos–

—¿Qué es esto? –me pone la libreta azul de Elisa sobre la mesa–

—Es de tu mamá.

—¿De nuestra madre? –pregunta Tamara, mi otra hija–

—No y necesito hablar con su hermana a solas, necesito que hablen con su madre, requerimos hablar con Esme a solas su madre y yo.

—Está bien papá. –me dice mi hijo Chris–

—Toma asiento hija. –le digo a Esme–

—Está bien, papá. A hora me vas a explicar ¿qué es lo que tiene esta libreta?

De repente llega su madre, ella ve la libreta en la mesa y entiende que es lo que ocurre. Molly toma asiento y la miramos a los ojos.

Tomamos las manos de Esme y le decimos la verdad.

Y por primera vez empiezo a contar la historia de Els, sin miedo a pronunciar su nombre en esta casa.

Y de esa forma es que menciono a la mujer más bella que alguna vez conocí, amé y deje ir.

FIN

La venda en mis ojos  © ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora