Mi luz, tu fuerza, nuestro equilibrio

Capítulo 22

Luke y su padre llegaron a Mustafar, el mayordomo de Vader, Vaneé se ocupó del equipaje y padre e hijo entraron. A la distancia, en la sala de estar, Luke pudo ver a una niña de su misma edad parada frente a ellos.

—Padre, ¿ella es...? —comenzó Luke.

—Sí —confirmó Vader.

—¿Tú eres Luke? —preguntó Leia.

—¿Y tú Leia, mi hermana? —preguntó Luke.

—Sí —respondió Leia.

—¿Desde cuando sabías de mí? —preguntó Luke.

—Creo que desde siempre, he soñado contigo antes, aunque no sabía que eras mi hermano hasta hace poco —confesó Leia.

—¿También tienes la Fuerza? —preguntó Luke.

—¿La qué? —preguntó Leia.

—Esto —dijo Luke levantando un pequeño adorno con la Fuerza.

—¡Wow! ¿Cómo lo haces? —preguntó Leia.

—Papá me enseñó, sólo concéntrate en el objeto que quieres mover extiende tu mano y tráelo hasta ti —empezó a instruir Luke mientras ponía el adorno en su lugar.

Leia lo intentó pero apenas logró arrastrarlo.

—Relájate, no te esfuerces demasiado —dijo Luke.

Leia respiró profundo y lo intentó de nuevo, al principio no ocurrió nada, pero poco a poco con la ayuda de su hermano pudo levantar el adorno.

—¡Lo logré! —exclamó Leia emocionada.

—¡Lo hiciste! —exclamó Luke feliz de haber podido enseñarle.

—¡Esos son mis hijos! —exclamó Vader con orgullo.

FIN DEL FLASHBACK.

Luke recordaba ese día como si hubiera sido ayer, todavía recordaba el abrazo que su hermana le había dado en agradecimiento. En ese momento, la susodicha hizo acto de presencia y dijo...

—Luke ¿quieres jugar a...?

Leia se interrumpió al ver a su hermano en un estado que rozaba la melancolía.

—¿Qué te pasa hermanito? —preguntó Leia.

—Nada, sólo recordaba viejos tiempos —respondió Luke.

—¿Estás bien? —preguntó Leia.

—Sí sólo, todo pasó demasiado rápido, hace apenas un par de días habría jurado que mi destino era convertirme en un aburrido granjero de humedad, igual que mi tío, pero ahora, resulta que tengo un padre, una hermana, poderes que ni siquiera sabía que tenía, todo parece un sueño del cual podría despertar en cualquier momento —dijo Luke.

—¿Los extrañas mucho? —preguntó Leia.

—¿Qué? ¿A mis tíos? —preguntó Luke.

—Sí —respondió Leia.

—Un poco, es decir, imagínate que comienzas un día normal, subes al auto esperando que tus tíos te lleven al colegio como siempre, todo va igual que siempre, hasta que de un momento a otro, estando a medio camino, algún ciego, borracho o lo que sea, choca el auto en el que vas, te desmayas y despiertas en un hospital, luego te dicen que las únicas figuras paternas que conociste murieron en el accidente, y finalmente, tu padre que por alguna razón no sabía de tu existencia y a quien creías muerto, aparece de repente para reclamarte y llevarte a vivir una vida completamente nueva —se desahogó Luke.

—Entiendo, al principio yo me sentía igual, quería mucho a mis padres adoptivos, pero cuando descubrí que mi verdadero padre estaba vivo, las cosas cambiaron mucho, no sabía qué hacer, con quién vivir, me sentía perdida, pero mi padre adoptivo me hizo ver mi verdadero lugar, a veces lo extraño a él y a su esposa, ella era una gran madre, pero cuando supe de ti, entendí que ésta era una nueva oportunidad, un nuevo comienzo para nosotros, tal vez me falte una madre, pero tengo un padre y gané un hermano que me enseñó sobre la Fuerza —dijo Leia.

—¡Ja! Sí que te sorprendí ¿no es así? —dijo Luke con una sonrisa presumida pero cariñosa.

—Sí, lo hiciste, aunque papá dijo que nos entrenaría a los dos, dudo mucho que sea tan divertido como cuando tú me enseñaste, me da miedo que nos haga competir entre los dos —dijo Leia con un poco de tristeza.

—Oye —dijo Luke en un intento de consuelo—, todo va a estar bien, aunque nuestro padre nos haga competir, seguiremos siendo hermanos, los mejores de la galaxia.

Leia se subió a la cama con su hermano y lo abrazó, Luke sonrió y le devolvió el abrazo, ambos hermanos se sentían mejor ahora, porque sabían que no importaba lo que pasara en el futuro, siempre se tendrían el uno al otro.