Capítulo 3

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Estaba muerta, su amada Padme estaba muerta junto con su hijo, él la había asesinado en su ira, eso fue lo que había dicho su maestro después de "reconstruirlo" pero, aún así, Lord Vader no podía aceptar del todo la cruel verdad, en parte porque ahora dudaba fuertemente de todo aquello que lo rodeaba (comenzando por el mismo Palpatine), pero también porque mientras era curado por los médicos imperiales, a pesar de que se sentía de la (mier...), también podía sentir a su amada viva y fue eso combinado con el inmenso odio y resentimiento que sentía por su antiguo maestro lo que lo mantuvo vivo.

Ahora se encontraba en su nueva nave, no sabía exactamente adónde se dirigía simplemente se dejó guiar por su propia fuerza hasta Naboo, al llegar allí se encontró por casualidad con la tumba de su esposa y no pudo evitar soltar lágrimas amargas (aunque por su traje y máscara no se notaban).

—¡Perdóname, amor mío! —exclamó Vader desesperado.

» —¡Te juro que nunca quise esto! ¡Te amaba! ¡Mi única intención era salvarte! ¡No podría haber soportado otra pérdida más! ¡Eras lo único bueno que me quedaba!».

El hombre máquina lloró, maldijo, despotricó, rompió objetos, sollozó, gritó... hasta concluir con un grito desgarrador.

—¡PADMEEEEEEEEEEE!


Mi luz, tu fuerza, nuestro equilibrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora