Capítulo 38

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Luego de una ardua y agotadora sesión de entrenamiento, en la que Vader logró que su hijo levantara un jarrón del doble de su tamaño y su hija pudiese al menos levantar una silla, los Inquisidores, (enviados por el emperador), anotaron el progreso.

-Un trabajo óptimo lord Vader -felicitó el Gran Inquisidor.

-Espero que el emperador piense del mismo modo -dijo Vader.

-Bueno, he terminado aquí por hoy, mañana vendrá uno de mis hermanos, esperemos que los niños sigan haciéndolo tan bien como hasta ahora -deseó el Gran Inquisidor.

-Se lo agradezco -dijo Vader.

-Por cierto, intente hacer que su hija vaya a la par de su hermano -aconsejó el Gran Inquisidor antes de irse.

Vader hizo una nota mental para tener más sesiones con Leia antes de continuar el entrenamiento de Luke, quien por cierto, se había quedado dormido en el sofá, no cabía duda de que aquella sesión lo había dejado agotado. Vader le dijo a Leia que dejara dormir un poco a su hermano, pero que lo despertara a la hora de almorzar ya que aún tenían que ocuparse de sus tareas escolares.

Después de almorzar, Vader se fue ("para variar") y dejó a sus hijos con 3PO, hoy tenían Historia de la Galaxia, y en esta ocasión les tocaba escribir un ensayo sobre Tatooine, cómo inició su desarrollo, cómo había decaído, (supuestamente por culpa de la antigua república) y cómo se había "recuperado" gracias a la eficiente administración del imperio.

Luke resopló, aquel tipo no perdía oportunidad para aplaudirse a sí mismo, había vivido en Tatooine el tiempo suficiente como para saber que la situación estaba todo menos arreglada. Leia por su parte, le daba igual que las cosas fueran así o no, lo único que ella quería era terminar todo lo más rápido posible para poder practicar más con su padre su habilidad con la Fuerza, y, con un poco de suerte, superar a su hermano.

Se pasaron casi toda la tarde haciendo ese endiablado ensayo y escuchando (con mucho desgano), la información que C3PO les brindaba, pero al final, luego de tanta palabrería junta, lograron terminarlo todo.

-¡Arg! ¡Al fin! -gruñó Leia tirando los libros al suelo antes de salir corriendo a su habitación para hacer algo más divertido.

Luke negó con la cabeza y empezó a recoger el desastre de su hermana, después de todo, lo último que necesitaba en ese momento era un sermón de su padre sobre el desorden, y más tomando en cuenta que tenía un millón de preguntas para hacerle.

Luego de que todo estuviera en su lugar, el chico se dirigió directamente a la oficina de su padre, donde un Stormtrooper cuidaba la entrada.

-Necesito hablar con mi padre -dijo Luke de manera seria.

-Joven Luke, su padre no se encuentra aquí en este momento -informó el Stormtrooper.

-¿Entonces por qué sigues ahí parado? -preguntó Luke.

-Debo asegurarme de que nadie entre a la oficina -respondió el Stormtrooper.

Luke suspiró y le preguntó al soldado...

-¿A dónde se fue esta vez?

-No lo sé -respondió el Stormtrooper.

-¿Y sabes cuándo volverá? -preguntó Luke con un tono que evidenciaba su fastidio.

-Dentro de tres días aproximadamente -respondió el Stormtrooper.

-Dentro de tres días -repitió Luke más para sí mismo que para él-. Gracias.

El soldado asintió y Luke se fue por donde vino, comprendiendo definitivamente, que no podía contar con su padre.

Al día siguiente, el chico se preparó para las endemoniadas clases de natación, esperaba que esta vez, alguien más pudiera enseñarle.

Mi luz, tu fuerza, nuestro equilibrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora