Capítulo 36

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El resto del día transcurrió con normalidad, no obstante, Leia no estaba feliz, su hermano se había negado a revelarle una palabra sobre su conversación con Natasha, y la intriga la carcomía por dentro.

—Pero Luke no seas así dime algo, un indicio al menos —suplicó Leia.

—No creas que... —comenzó a decir Luke antes de oír el timbre de la escuela—. Me salvó la campana.

Leia gruñó frustrada antes de seguirlo a regañadientes al salón.

Mientras tanto, en la sala de profesores, Natasha se había preparado para almorzar justo cuando escuchó llegar a los otros.

—¡Ay estos niños! A este paso me causarán un colapso nervioso —dijo una de las profesoras.

—Y pensar que apenas estamos iniciando —respondió otro con pesar.

Luego de que todos entraran y tomaran asiento comenzaron a hablar entre ellos

—Señorita Natasha —saludó una de las profesoras.

—¿Cómo está señorita Fernández? —preguntó Natasha.

—Bien, ¿cómo le ha ido estos primeros días? Espero que no haya sido demasiado duro —deseó Fernández.

—Para nada, siempre me han gustado los niños —dijo Natasha.

—Es usted una excepción entre nosotros —dijo el más joven de los profesores.

—¿Qué opinan de los nuevos alumnos? —preguntó la coordinadora.

—No sé qué opinen ustedes, pero a mí me sorprendió particularmente que Darth Vader tuviera hijos en primer lugar, ¿cómo habrá hecho para concebirlos? —se preguntó el profesor de más edad.

—Tal vez sean adoptados —especuló la profesora que se quejó de los niños.

—¡Sí claro! Porque un tipo que es capaz de matar hasta al perro de su vecino por haberle ladrado estaría más que encantado de cuidar a dos niños que ni siquiera llevan su sangre —opinó sarcásticamente Fernández.

—Seguramente su armadura se puede desensamblar y permitirle sacar a pasear a su "amiguito" de vez en cuando —se burló el más joven.

Natasha no pudo soportar escuchar más tonterías, y en voz alta exigió...

—¡Es suficiente! Cotillean sobre alguien que ni siquiera conocen, y encima, detalles amarillistas, ¿acaso no tienen un mejor tema de conversación?

En ese momento, el ambiente cómico y relajado se desvaneció, para dar paso a un silencio incómodo donde Natasha se había vuelto el centro de atención.


Natasha:

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Natasha:


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Mi luz, tu fuerza, nuestro equilibrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora