Capítulo 23

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-¡Ahora sí! Basta de jugar a la muerta, llorar y autocompadecerme, es hora de ir y recuperar a mis hijos de ese monstruo que una vez fue mi marido -proclamó Padme con decisión.

-Padme, por mucho que me encantaría compartir tu entusiasmo, no veo cómo podrías lograrlo, el castillo de Vader es una fortaleza a la que nadie se atreve a entrar, y si él llega a descubrir a una mujer extraña en sus dominios, no dudará en acabar con ella por el simple hecho de invadir su espacio, o peor ¿qué pasa si por alguna u otra razón descubre que eres tú? El tipo saltaría de su armadura, y en el mejor de los casos terminarías encerrada en el castillo sin poder salir ni a la esquina -advirtió preocupado Obi Wan.

-No tengo miedo, si lo que dices pasara, al menos tendría una posibilidad de conocer a mis hijos, estar con ellos, criarlos -dijo Padme con añoranza-, además, no voy a ir sola, tú vas a venir conmigo.

-¿Y qué debo hacer? ¿Distraer a Vader mientras sacas a tus hijos del castillo? -preguntó Obi Wan.

-Básicamente sí -respondió Padme.

-¿Y cómo los convencerás de venir contigo? Para ellos serías una extraña que quiere alejarlos de su padre -señaló Obi Wan.

Padme suspiró al oírlo, pero con una determinación renovada dijo...

-Encontraré la manera de acercarme a ellos, tal vez pueda infiltrarme en la escuela y convertirme en maestra o psicóloga escolar -planeó Padme.

-¿Qué pasa si la escuela no necesita docentes? ¿Qué más se te ocurre? -preguntó Obi Wan.

-No te preocupes, el plan de ser parte del personal docente es perfecto, tengo algunos contactos que podrían ayudarte -le informó Sola a su hermana.

-¡Perfecto! Y con este cambio, dudo mucho que alguien me reconozca...


-¿Piensas llevar un blaster a una escuela? -preguntó Obi Wan incrédulo

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-¿Piensas llevar un blaster a una escuela? -preguntó Obi Wan incrédulo.

-Sólo para protegerme, nunca lo usaría contra un niño, pero las cosas han cambiado con los imperiales, la palabra peligro es la definición de todo hoy en día -dijo Padme.

-Entonces tendré que buscar la manera de ir contigo y evitar que las sospechas caigan sobre ti por llevar un blaster, no me cansaré de repetirlo: Odio esas horribles cosas ¡son tan incivilizadas! -se quejó Obi Wan.

-¡No! Ya cumpliste tu misión Obi Wan, iniciaré pronto mi nueva vida, buscaré un departamento más modesto, Sola ¿me ayudarías con eso también? -preguntó Padme.

-Claro hermanita -respondió Sola.

-Padme, esto es muy riesgoso -advirtió Obi Wan.

-No tengo nada que perder, mi propio marido se aseguró de eso -declaró Padme con amargura.

-Hermana... -comenzó Sola.

-¡No! -interrumpió Padme-. Mi decisión está tomada.

Obi Wan suspiró, conocía a Padme, y sabía que al igual que su antiguo Padawan, podría llegar a ser la representación humana de la terquedad, así que apoyó una mano en su hombro y le preguntó...

-¿Estás totalmente segura de hacer esto?

-Sí querido amigo, agradezco todo lo que hiciste por mí desde que caí en coma, pero ahora debes esconderte, regresa con Yoda y manténganse a salvo -pidió Padme.

-Lo haremos, ¿se asegurará de que esté a salvo? -le preguntó Obi Wan a Sola.

-Por supuesto -respondió Sola.

-En ese caso, buena suerte; y Padme, si alguna vez necesitas ayuda, sabes dónde encontrarme -dijo Obi Wan.

-Gracias por todo Obi Wan, que la Fuerza te acompañe -bendijo Padme antes de abrazarlo.

-Igualmente, espero que logres recuperar a tus hijos -deseó Obi Wan antes de soltar a Padme.

-¡Lo haré! Ahora sé que no estoy sola -dijo Padme mirando a una sonriente Sola.

-Lo sé -respondió Obi Wan con una sonrisa.

Luego de eso, los amigos se fueron por sus respectivos caminos, Obi Wan se dispuso a reencontrarse con su maestro, mientras Padme iniciaba su nueva vida y ponía su plan en marcha, ¿qué les depararía el futuro? Obi Wan se preguntó, sólo la Fuerza tenía esa respuesta.

Mi luz, tu fuerza, nuestro equilibrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora