Peligro Y Tentación [+21 Completa Parte I Bilogía Amores Nocivos]

Mi día con Britt

Me levanto del suelo sintiendo cómo la cabeza me da vueltas. Llevo mis manos a mi frente y me quejo debido al vértigo que estoy experimentando. Estoy desnuda, «¿Cómo es que me desmayé y terminé desnuda en el suelo?» Me miro al espejo, confundida, extrañada y también nerviosa. Hacía tiempo que no me daban estos episodios de desmayo, considero que me alimento muy bien como para tenerlos, aunque reconozco, que puede ser por haber pasado toda la noche despierta luego de lo que sea que él me haya inyectado.

«Eso tiene que ser»

Miro mi reflejo una vez más frente al espejo, me miro directamente a los ojos y una sonrisa se dibuja en mis labios. Sonrisa que desaparece al sentir un escalofrío en mi cuerpo. Sacudo de mi cabeza mis extraños pensamientos y me levanto rápido para alistarme y salir de aquí.

Desconozco cuanto tiempo llevo desmayada, lo que menos deseo es encontrarme con él en el desayuno, así que por eso soy rápida. Saco mi ropa interior deportiva y me la pongo con rapidez, al igual que un chándal deportivo y una camiseta holgada en color gris. Me coloco mis tenis y tomo uno de mis bolsos, lo abro y comienzo a guardar dos cambios de ropa dentro y mis productos de aseo personal. Salgo de mi nueva habitación, la cual no me he dignado a admirar, pese a que luce como la jaula de una reina. Salgo como alma que lleva el diablo de ella cerrando la puerta tras de mí.

Avanzo por el amplio corredor, decido irme por la puerta de atrás. Es más seguro irme por aquí, ya que difícilmente él esté donde está la mayoría del personal. Dejo atrás el living, cruzo hacia donde está la cocina y avanzo un poco confundida porque no conozco esta parte de la casa, pero decidida a salir de aquí, sigo. Me topo con la misma mujer del otro día, la que me informó que me estaban esperando para desayunar y me paralizo.

—¿Me indicas donde queda la salida de atrás? Por favor...

—Buenos días, señorita Malika. ¿No se quedará a desayunar? El señor...

—Te hice una pregunta —digo tajante cortando su discurso.

La miro fijamente a los ojos y ella en respuesta vacila poniéndose nerviosa. Yo no soy así, no me gusta dar órdenes ni mucho menos tratar de esta manera a las personas, pero estoy apresurada y ella me está haciendo perder el tiempo.

—Responde. No soy una mujer paciente.

—Al final, cruce a la derecha. Ahí está la puerta trasera, señora —dice y agacha su cabeza.

«¿Por qué me muestra reverencia?»

La ignoro, por mi propia paz, decido ignorarla. No le agradezco, simplemente le doy la espalda y avanzo sosteniendo mi bolso hacia donde me indicó. "El personal de limpieza usa la salida de atrás por no pertenecer a la familia" Así lo oí aquella vez en la fiesta de la boda, aunque no me gustó el tono en que lo dijo la mujer, agradezco que lo haya hecho justo cuando yo iba pasando.

De algo me ha servido su comentario despectivo.

Llego al patio trasero, avanzo rápido, ignorando las miradas de sus hombres que me ven a la distancia. Creo que el único que tiene derecho a dirigirme la palabra y hasta detenerme, es Arkadi, y mientras no lo vea a él, yo seguiré por mi rumbo.

Agradezco al guardia que me ha abierto la reja y salgo a la calle caminando por la acera, usando mi móvil para contactar un servicio de taxi que me espere afuera. La mansión está dentro de una zona exclusiva, con demasiada seguridad para ingresar y de poder hacerlo el taxista, necesita la aprobación directamente de la mansión. Mi madre pudo haberla dado, pero la idea es salir sin ser vista por él. No quiero verlo después de lo de anoche, mucho menos después del sueño extraño que tuve mientras estaba desmayada.