Pasado, Presente y Futuro

1.7K 102 26
                                    


POV Kristina King

Salgo del colegio apresurada, porque se me hace bastante tarde. Mi mamá me va a llamar la atención si no llego a tiempo hoy y la hago llegar tarde a ella a su servicio especial de la iglesia. Viene un pastor invitado desde Colorado, y está bastante entusiasmada por oír el mensaje de Dios de su boca.

Cruzo la calle, tomo el mismo camino de siempre hacia mi casa. Mi falda se ondea con el viento, mientras que mis cabellos son azotados por la fresca brisa del verano. Con mis manos, me despido a la distancia de mis compañeras del aula y sigo mi camino con paso acelerado.

—Hola, linda —oigo que me saludan y volteo mi rostro—. Disculpa que te interrumpa, pero, ¿sabes dónde queda algún restaurante cerca? Lo siento, es que no soy de por aquí.

Me detengo procesando su pregunta.

El chico me sonríe. Es blanco, cabello negro, ojos verdes, nariz perfilada y mandíbula cuadrada.

«Jamás había visto a un chico tan hermoso»

—A dos cuadras, está uno de hamburguesas. Es muy bueno —le digo, con una tímida sonrisa—. Te lo recomiendo.

Cuando me muestra sus perfectos dientes blancos y ensanchar su sonrisa, mi corazón se acelera.

«Es precioso este chico»

—¿Te gustaría ir conmigo?

Su pregunta me toma por sorpresa, porque no lo conozco, no sé quién es. Además, su acento es extranjero, lo que significa que no es de por aquí. Los tatuajes en sus brazos y en su cuello, junto a su vestimenta negra, es el indicador de que es un chico rebelde. Además, yo apenas tengo quince años, soy demasiado chica para él como para que me esté coqueteando como lo hace.

Niego en respuesta y decido seguir mi camino.

—Está bien. Acepto tu negativa porque no se puede confiar en extraños, ¿verdad...?

—Kristina. Me llamo Kristina —le aclaro mientras avanzo.

Asiente mirándome desde el asiento del acompañante mientras la camioneta avanza poco a poco.

—Un placer, Kristina. Yo me llamo Milkhay —me extiende su mano para que la estreche.

Lo dudo por unos segundos, pero es tanta su belleza y simpática aptitud, que decido ceder. Me acerco para estrechar su mano y así irme al fin a casa. Ya casi se oculta el sol, me he distraído con mis compañeras hablando fuera de la escuela, la calle que suelo tomar está un poco desolada, y quienes están pasando por ella, están sumergidos en sus asuntos como para detenerse a mirar a una adolescente coquetear con un desconocido.

—¿Lo ves? Ahora ya no soy un extraño —dice y ríe bajo.

Sostiene mi mano con fuerza, evitando que me aleje. Sonrío nerviosa, porque pese a lo que está haciendo, me está sonriendo, hipnotizándome con el color de sus ojos y el perfecto físico. Luego, todo ocurre muy rápido. Demasiado rápido para ser procesado por mi estúpida mente adolescente.

Mi mamá siempre me decía que no debía de confiar en extraños, que, si alguien me detenía en la calle para preguntarme cualquier tontería, que mantuviera mi distancia; que, si alguien quería tocarme sin yo conocerlo, que corriera, pero no le hice caso.

Y aquí estoy, dentro de la camioneta de un total desconocido que se presentó bastante amigable y coqueto, luchando con unas manos que me quieren someter, otras que no paran de tocarme, y otras que me golpean, tiran de mis cabellos y abofetean, mientras que oigo palabras en ruso que no comprendo, y me termino entregando a lo que sea que pusieron en mi nariz, cayendo rendida y sin fuerzas a ese letargo de adormecimiento provocado.

Peligro Y Tentación [+21 Completa Parte I Bilogía Amores Nocivos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora