Fui Yo

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Lo miro a los ojos, son tan iguales a los míos que, aunque él hubiese decidido años atrás negarme frente a los demás, esto sin duda sería suficiente para saber que soy su hija. Respiro tranquila, sin mover ni un músculo, sin mostrar alguna emoción, conmoción o lástima. No siento nada por él –salvo el deseo de verlo muerto–

Aunque, no me pesa su estado crítico de salud, en serio siento un gran odio en mi podrido corazón. Es contradictorio, lo sé, verlo moribundo no mueve ninguna fibra en mí, pero anhelar ver cómo deja salir su último aliento de vida, es algo que ya quiero presenciar.

Lo oído por todas las atrocidades que cometió en mi contra siendo una niña, lo odio por todo lo que me hizo pasar; lo aborrezco, lo desprecio y lo detesto con mi alma. Desearía degollarlo, me encantaría desollar su piel a sangre fría, arrancarla sin un ápice de delicadeza para que él, al menos, sienta una pizca de lo que yo sentí cuando me violaba, cuando dejaba que sus asquerosos y enfermos hermanos me tocasen mientras él se masturbaba mirado las escenas con una sonrisa asquerosa.


Deseo quemarlo, cortarlo en pedazos y darle de comer a los cuerpos. En serio desearía clavarle una estaca en su culo, cortarle el pene, torturarle hasta oírlo, suplicar como yo muchas veces lo hice.

Pero no puedo, debo ser más inteligente que mis vengativos impulsos.

No puedo hacer nada de lo que deseo, no puedo darle una muerte memorable y digna de sus actos, porque soy la única heredera y me conviene ascender al trono de esta sangrienta y enferma organización de la mejor manera posible. Tengo tres tíos que me miran con admiración, pero porque creen que les soy leal, y eso debo de mantenerlo hasta llegado la hora.

Todo pagarán, todos en mi lista serán tachados, incluso él. Aunque me duela.

—Lamento no estar presente en tu día... —tose desesperado—. Te ves hermosa, vestida de blanco, mi Cisne... quisiera tener las fuerzas para tomarme justo ahora, antes de que te vayas con él. Espero... espero que él pueda complacerte como yo lo hice mi tesoro... pase lo que pase conmigo hoy, ve y cásate con él.

Aprieto mis dientes con fuerza debido a las intensas ganas de cortarle la lengua. Extiende su mano huesuda y toma la mía. Quema, me da asco ser tocada por él, pero debo soportarlo.

—Te toca tu medicina —digo soltando su asquerosa mano, ignorando por completo las porquerías de palabras que salen de su maldita boca—, y no puedes negarte.

Voy a la mesita de noche y tomo la píldora, esa que compré en el mercado negro y suplanté por las verdaderas. Un veneno imposible de detectar en la sangre, de hacer algún estudio, la cual lo ha ido arrastrando junto al cáncer de pulmón, a esto; a morir lentamente y frente a mis ojos.

Sirvo el agua, la cual tiene el mismo veneno diluido, volviendo más rápido el proceso. Desde que llegué aquí, desde que salí de mi jaula, me tracé un plan. Me entregué a él, permití que me tomase como su mujer detrás de las puertas de mi habitación, dejé que mis tíos hiciesen conmigo lo que quisiesen, todo para demostrarle cuán leal les soy. Si alguien llega a sospechar que soy la culpable de la muerte del Rey de la Mafia Roja, me decapitarían. Al menos eso es algo que sus fieles seguidores me harían, luego de violarme todos al mismo tiempo. Incluido mis tíos.

No puedo permitirlo. El reinado de Milkhay Smirnov, está cimentado sobre cuatro columnas y una de ella se está quebrando. Lo sé, me lo han susurrado.

Mis tres tíos son sus tres columnas, cada uno con sus hombres, pero la cuarta, esa que está afuera, la que hace el trabajo en las calles, la que se ensucia las manos mientras ellos viven como reyes, se está rompiendo y eso debo de usarlo a mi favor, pero antes... debo de acabar con todos.

Peligro Y Tentación [+21 Completa Parte I Bilogía Amores Nocivos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora