Rusia

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Miro a mi tío fijamente mientras él me sirve un trago. Hace un frío del carajo allá afuera, la lluvia que está cayendo, la cual estoy mirando desde la puerta corrediza de cristal dentro de la sala, está fuerte. Mi cuerpo se siente adormecido, y es que llegué aquí justo cuando comenzó a caer la lluvia, pero no me quedé dentro de la camioneta esperando a que se detuviera. Salí y caminé bajo la fuerte lluvia hasta entrar a la mansión.

Uno de sus hombres me ofreció un paraguas, incluso caminó a mi lado, intentando cubrirme de las frías gotas que caen del cielo, pero simplemente lo deseché. Seguí avanzando importándome poco mojarme, pero ahora que estoy aquí adentro, sentado en el sofá con mis primos reunidos, la esposa de mi tío y él, temblando un poco ansioso por tomarme un trago de ron y así entrar en calor. Hay calefacción aquí dentro, pero mi cuerpo aún no ha entrado en ese estado de calidez, pero el licor ayudará.

—¿Ya puedes beber alcohol? —cuestiona, antes de darme el puto vaso—. No nos sirves muerto, sobrino.

Río bajo.

—Dejé los antibióticos hace una semana —aclaro—, y la del dolor, solo la tomo si me duele, y hace dos días que eso no ocurre.

Asiente y yo procedo a darle un trago a al líquido ambarino.

Estuve dos malditas semanas hospitalizado por las puñaladas que ese hijo de puta me dejó, y aunque en la primera me recuperé y me sentía bien para salir, Padre se negó hasta cumplir las órdenes dadas por el doctor.

Luego de esas dos semanas, planifiqué mi viaje a Rusia de inmediato, también armé un plan en la organización, donde dejé a mi hombre de confianza a cargo. Yo seguiré siendo Pakhan donde vaya y aunque no esté en este momento en Nueva York, la ciudad sigue siendo mía. Mis aliados más cercanos saben que estoy aquí, pero que también estoy allá hasta completar mis planes, y solo volveré cuando el pacto sea cumplido y solo será para una sola cosa.

—Cuando supimos lo que te sucedió, realmente nos preocupaste, Pavel.

—Hierva mala, nunca muere, padre —murmura mi prima Erika, y todos lo demás se ríen—. Además, el verdugo no puede morir, por eso la muerte aún no se le ha presentado, porque él primero tiene que darles algunas almas ante de partir de este mundo, por eso la muerte misma lo protege, porque sabe que las almas que tanto ansía, Pavel se las entregará.

Asiento a las palabras llenas de orgullo y esperanzas de mi prima. Creo que, de todos en la sala, ella, después de mí, es la que más desea acabar con el reinado de los Smirnov. Por lo que supe y que todos me pusieron al tanto cuando estuve en cama, es que su hijo fue arrebatado, lo que la llevó a un estado depresivo y dependiente de sustancias. Ella está bien justo ahora, pero su sed de venganza no la deja dormir en las noches. Ambos tenemos la misma edad, y su hijo, de estar vivo –aunque lo dudo– debe de tener al menos unos diez años, creo. Ya ni recuerdo, porque tenía años sin venir aquí y poco teníamos comunicación personal, salvo para los negocios y transferencia de información.

Somos familia, nos respetamos y damos la vida por el otro, pero estando en países diferentes, con miles de distancias de por medio y muchísimos asuntos que atender dentro de la organización y fuera de ella, cada quien vivía su vida y poco conversábamos de la misma. Más si eran asuntos personales.

Pero las reglas del juego cambiaron, ahora si nos hemos unido como Bratva, como familia. Ellos ya saben mis secretos e intenciones, así como yo sé y estoy al tanto de las de ellos. Ambos nos necesitamos para un bien común, con intereses diferentes, pero que se alinean en una misma meta.

Ellos quieren derrocar el reinado de Milkhay Smirnov y sus hermanos, yo quiero lo que ella me ofreció bajo un pacto de sangre, y eso, en la Bratva, vale más que una puta firma o una transacción. Ella pactó conmigo, yo lo hice con ella, ahora yo quiero lo que me ofreció, y recibiéndolo le entrego a mi tío lo que quiere.

Peligro Y Tentación [+21 Completa Parte I Bilogía Amores Nocivos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora