Peligro Y Tentación [+21 Completa Parte I Bilogía Amores Nocivos]

Lealtad o Muerte

POV Pavel Romanov

La sangre salpica en mi cuerpo, el cuchillo filoso en mi mano corta la carne con tanta facilidad, que no debo de ejercer tanta presión para que la piel del hombre que grita frente a mí, se abra.

Estoy jodidamente cabreado, y cuando eso pasa, no soy benevolente.

Mi misericordia arropa cuando me retribuyen con fidelidad, pero si me traicionan, no soy para nada amigable.

La mano ensangrentada desprendo de un tirón y se la echo a mis perros. Tienen hambre, no dudan en matarse entre ellos para morder un pedazo.

—¿Hablarás? —pregunto mirándolo a los ojos—. Puedo pasar horas y horas cortando cada extremidad de tu cuerpo, hasta que lo hagas.

—Yo solo hice lo que me pidieron... yo no sabía... ¡Por favor, te diré nombres, pero no me mates!

—Te escucho —le digo con calma y me yergo frente a él.

Está tirado en el suelo bajo el charco de su misma sangre asquerosa, sumamente golpeado por mis hombres. Intenta hablar, pero el dolor lacerante no lo deja. No me preocupa, soy paciente en estos casos hasta que suelten toda la mierda. Luego de eso, no. Además, necesito drenar toda la ira que hay dentro de mí, y desmembrar su cuerpo me ayudará a olvidar que una pequeña puta que me follé un año atrás, me ha dicho que no.

—¡Fue un hombre de Belov! Él me pagó una buena pasta para atacar ese cargamento ¡Yo no sabía que era tuyo, él no me lo dijo! De saberlo, no hubiera cruzado la línea... yo lo respeto, tú eres mi Pakhan, siempre lo hecho...

«Maldito, Belov»

—¿En serio no lo sabías? —pregunto desinteresado.

—Me di cuenta de eso al enfrentarme con tus hombres... —confiesa en voz baja.

—Y Aun así, no te detuviste, y para colmo, huiste como rata creyendo que yo no daría contigo —sonrío.

—¡Tenía miedo! ¡Quise venir a decirte que alguien quiere arruinarte, pero tenía miedo!

—Siempre me has sido leal, incluso, uno de los mejores en repartir mi mercancía en los barrios de mala muerte de dónde vienes. Felicidades —palmeo su mejilla.

—¿Me dejarás ir?

Me inclino para verlo directamente a los ojos con una gran sonrisa. Recula, pegando su espalda de la fría pared sin dejar de sostener su ensangrentado brazo mutilado, cubriéndolo con su americana. Con la mano libre, le acaricio el cabello, sintiendo cómo su cuerpo tiembla a mi tacto, disfrutando del terror en sus ojos. Está asquerosamente sudado, huele a mierda y orina por los días encerrado aquí, pero, aun así, se esfuerza en darme una sonrisa.

—Un error lo comete cualquiera, ¿no? Lamentablemente, para ti, Lenin, yo no acepto errores, mucho menos traiciones —abre sus ojos, pero no le doy tiempo a reaccionar. Echo su cabeza hacia atrás por sus cabellos y paso el cuchillo por su garganta degollándolo en segundos—. верность или смерть (Lealtad o muerte) —siseo.

Su cuerpo cae desplomándose en medio de tambaleos, mientras que de su cuello brota una cascada de sangre, la cual también salpica en mi cara. Maldigo y comienzo a desmembrar el cuerpo del hijo de puta que me traicionó por dinero. Cada extremidad tiro a mis perros, me ensucio las manos importándome un carajo, porque cuando me hacen estas mierdas, me vuelvo un demente.

Un cargamento entero de droga me incendió este hijo de puta junto con su bandita, haciéndome perder dinero, causándome contratiempos con mis compradores de México. Ahora debo de organizar el envío nuevamente para la semana que viene, y eso en mi mundo, no es nada agradable. Reinar sobre los demás es fácil cuando, como Rey, cumples, pero cuando ocurren contratiempos como estos, debes de saber cómo lidiarlos, porque de no hacerlo, los líderes de las pequeñas organizaciones no dudarán en unirse para quitarte la corona.