Boda Sangrienta

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Vamos dentro de la camioneta hacia la iglesia. He pedido ir con ellos y con ella. Mis tíos acataron, porque tienen que hacerlo.

Miro a Naniko, se ve hermosa con su vestido verde esmeralda. Me doy cuenta del amor que les demuestra en cada mirada, en cada toque, en cada caricia. Los conoce mucho, los conoce demasiado. A ella la usaron igual que a mí, pero a diferencia de mí, ella tiene algo que yo jamás conoceré, y a pesar de eso, no dudaré en acabar con quien sea que les haga daño. Se ve hermosa estando a su lado, sonriéndoles y hablándoles con mimos. Naniko se convirtió en mi sombra, pero con vida y metas propias, las cuales yo no detendré ni mucho menos interferiré para que las cumpla y aunque sabe que esto es más que una farsa, ella realmente lo está disfrutando. Ella me es leal, y lo será hasta su muerte.

Le sonrío cuando él fija sus pequeños ojos en mí. Se baja de las piernas de su "Niko" y me extiende sus pequeños brazos para que lo cargue. Lo hago, huelo su negro cabello, acaricio sus mejillas rosadas, le beso su frente. Quisiera decirle muchas cosas, usar esos apelativos que he oído a Naniko decirles, pero no me salen. Se me dan más las muestras de afecto que declararlas.

O al menos eso descubrí cuando los conocí.

—¿Ya sabes lo que tienes que hacer? —le pregunto y ella asiente—. ¿Estás cubierta?

—Siempre —responde, mostrándome debajo de la falda de su vestido, su arma—. Todo saldrá bien.

—Para eso me estoy sacrificando, por ellos dos es que lo estoy haciendo —miro a los niños sentados en sus piernas y vuelvo mi vista a ella—. No los dejes solos, por favor.

Ella toma mi mano, me da un apretón y me muestra una sonrisa conciliadora.

—Prometo cuidarlos con mi vida.

Asiento.

El silencio se hace presente en ambas una vez más. No nos preocupamos de hablar frente al chofer porque él está de nuestro lado. Pero eso nadie lo sabe, solo nosotras.

Veo la inmensa iglesia a unos metros y sé que, a partir de hoy, todo cambiará. Mi venganza comenzará, y aunque tengo todo calculado, también tengo un plan de contingencia, uno que únicamente sabe Naniko; uno que ejecutaré si todo se va al carajo.

Confío en ella ciegamente, ambas tenemos un objetivo en común y es matarlos a todos. Un hombre airoso es peligroso, pero una mujer vengativa, es letal.

—Hemos llegado jefa —anuncia Nikkita estacionando la camioneta frente a la iglesia—. Estaré donde me ha ordenado estar.

—Bien.

Tomo aire, me inclino a uno de ellos y le dejo un beso en la cabeza, el otro se acerca a mí y coloca sus pequeñas manitos en mi rostro, acaricia mis mejillas y por sí mismo me besa la nariz. Le muestro una mueca de fingido asco. Se ríe, para luego oír el sonido de la puerta ser abierta.

—¿Lista, sobrina? —me pregunta Melikay y yo asiento—. Tu futuro esposo te está esperando en el altar.

Salgo sosteniendo su mano con fuerza, volteo mirándola a ella salir con ambos gemelos, ayudándolos a caminar hacia el interior de la iglesia detrás de nosotros y basta con una mirada para que ella comprenda lo que sabe, tiene que hacer.

Camino sosteniendo el brazo de mi tío con fuerza. Todos nos están mirando, todos los que temprano estaban en la mansión despidiendo a su jefe, están aquí mirando a su única hija caminar hacia donde su prometido está esperándola dispuesto a contraer matrimonio. No miro a nadie, mi vista está puesta al frente, en mi objetivo, en mi próxima víctima, pero eso él no lo sabe. Casarme con él, será darles a mis tres tíos lo que quieren, y eso me ayudará a seguir con lo que yo quiero; eliminarlos desde adentro.

Peligro Y Tentación [+21 Completa Parte I Bilogía Amores Nocivos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora