Improvisación

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Giro y giro con mis pies en punta mirándome cada que puedo frente al espejo. No me detengo, salvo para hacer un relevé y volver a girar, ignorando a las voces en mi cabeza, la rabia, la decepción conmigo misma, por sentir lo que no debería, por querer pecar.

Oigo las exigencias de Aleskei, pero no hago caso, estoy en modo automático dándole una presentación impecable en técnica. Simplemente perfecta, pero carente de sutileza.

Muerdo mis mejillas, endurezco mis facciones y aunque me grita que no lo haga, hago lo contrario a lo ordenado en medio de un grito histérico. Aleskei puede ser un ángel conmigo, puede acariciarme con una pluma con sus enseñanzas, pero cuando las cosas no salen como él quiere, cuando las clases que él mismo organiza y nosotros hacemos todo lo contrario, se altera.

Justo ahora lo está, justo ahora me grita. Intento acatar, pero simplemente no puedo. Siento un cúmulo de emociones extrañas que no deseo sentir, por eso, me dejo llevar. Rompo con la misma pieza, con la obra de arte hecha coreografía y cierro mis ojos, dejando que sean las notas del piano las que me guíen en cada movimiento.

Siento cómo mis lágrimas ruedan por mis mejillas, me veo en un gran escenario bailando con mi traje de cisne blanco, y de repente, está totalmente manchado de sangre. Esto es lo que me sucede cuando me entrego de lleno sin dejarme direccionar, es lo que me hace buena, pero también es un error que debo de modificar. Es imperdonable improvisar en estos casos, al menos que la música se detenga, u ocurra un accidente en plena presentación. Ninguna de las dos situaciones se ha presentado.

—¡Estás rígida, Malika! —me grita en tono cansado—. ¡Si vas a improvisar, más te vale hacerlo bien!

Lo oigo fuerte y claro.

Sé que lo estoy, y es que mi propia mente está totalmente alterada por lo que sucedió al salir de esa casa. Lo que me dijo, la manera en que lo dijo. Se burló de mí, por haberme hecho sangrar en aquella habitación, creyendo que, por eso, yo le debo de rendir culto. Estoy llena de ira con ella, por haberme metido en esto, por haberme ocultado algo así.

«¿Por qué simplemente no me dejó fuera de todo?»

Mi vida dio un cambio drástico como el que estoy dando yo justo ahora en mi baile. No permitiré que me roben lo que es mío, lo que me costó por tantos años lograr con sudor y lágrimas. Mi adorado ballet, eso "único que sé hacer bien", ellos y su podrido mundo no me lo arrebatarán.

Yo no me rindo, así sea con mis pies ensangrentados, yo seguiré bailando sobre el charco de sangre en el cual está fundado y fortificado su reino.

Punta, giro, arabasque y grand jeté de seguido. Giro y giro sobre mi propio eje, olvidándome de todos ellos por completo. Dejo que mis lágrimas mojen mis mejillas. Me suelto. Soy una hoja movida por el viento que es las notas del violín que ha hecho su entrada, mientras que yo, simplemente lo hago perfecto hasta la última nota.

La música se detiene y yo también.

Todo queda en silencio, con mi respiración acelerada me atrevo a abrir mis ojos y todos mis compañeros están sentados cerca de la barra mirándome con gestos que no logro descifrar. Veo a Aleskei desde el reflejo del espejo y tiene sus brazos cruzados sobre su pecho, analizándome a detalle, haciéndome sentir sumamente avergonzada. Busco a Britt, ella tiene una leve sonrisa y sus ojos cristalizados.

Parpadeo varias veces para darme cuenta de que realmente sí lloré y no fue un producto de mi imaginación. Reacciono corriendo hacia mi bolso tirado en el suelo en la esquina del salón, y lo tomo bajo la atenta mirada de todos.

Peligro Y Tentación [+21 Completa Parte I Bilogía Amores Nocivos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora