Imagina que te encuentras en un limbo emocional, lleno de dudas, lágrimas y vacío sin respuestas y recibes un llamado desde otro continente para anunciar la muerte trágica de un ser querido...
Imagina que la pérdida de tus padres, no solo traería so...
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GIOVANNI RUGGIERO
—MA.FI.A... —recalqué— ¿así? O debo hacer unos dibujos...
—M-ma-fffia —susurró mientras me aferraba más a Fabio
—Será mejor que te vayas... —no era común de un ejecutor actuar como un conejo dulce—, no quiero que pagues las consecuencias... Te buscaré luego, sé que tienes preguntas
—No, no te dejaré —su mirada se desvió hacía mí—, no puedes tocarlo, no te dejaré
—¿Me estas amenazando? —mascullé entre dientes
—Tómalo como quieras —me retó y sentí como la rabia aumentaba
—O te quitas o te quito —estaba intentando contenerme, pero era imposible
—Ginevra... —intervino Enzo
—No te metas Enzo... —ataqué— y tú —me dirigí de vuelta a ella—, no repito las cosas
—Si te da la gana me quitas, pero no dejaré que le pongas una mano encima a Fabio
—Peque... por favor, estas haciendo las cosas difíciles —cada vez que escuchaba el apodo que le había puesto, mi vista se nublaba más
—Tú lo pediste...
Me acerqué con pasos firmes y seguros, me había retado, delante de mi consigliere y mi antonegra, los dos hombres con la suficiente capacidad de darme una pelea y matarme si me descuido lo suficiente. La tomé del brazo sin medir fuerza alguna, la arrastré por el lobby, mientras se quejaba y la arrojé afuera del edificio, en medio de una lluvia que amenazaba en convertirse en tormenta, con relámpagos y truenos. Luego me di media vuelta encontrándome de nuevo con Enzo y Fabio.
—No puedes dejarla allí —Fabio se abalanzó sobre mí, envuelto en una ira que no veía hace mucho tiempo en él—, ¡Está enferma! —gritó e intento rodearme, pero lo detuve
—Fabio tiene razón, Giovanni... ella está enferma y su fiebre no disminuye tan fácilmente, recuerda lo que dijo el doctor, tiene las defensas muy bajas...
—¿Hablaste con Giuditta? —ignoré lo que había dicho antes
—Lo que dijo Fabio es totalmente cierto... Todo fue bajo orden de ella...
—Si estas molesto, si quieres golpearme hasta enviarme al hospital ¡hazlo! Pero no la toques a ella... —interrumpió Fabio
—Quiero saber, por qué mi antonegra toma decisiones sin mi autorización —repliqué molesto
—Su familia... —no necesitaba decir nada más, me sabia toda la historia de Fabio, estuvo culpándose durante mucho tiempo por todo lo que había vivido y lo que aun después de estable tuvo que sacrificar
