Omega Autista [MICHAENG]

Capítulo 1

Myoui Mina era todo el cliché de alfa perfecto personificado.

Una joven sumamente apuesta, alta, con una abundante cabellera negra sedosa, unos potentes y seductivos ojos color ámbar que cautivan a cualquiera, piel bronceada como el caramelo, musculosa, y para rematar, una cicatriz grande que atravesaba gran parte de su rostro, y al contrario de lo que se pudiera pensar, incluso le favorecía en su atractivo físico.

A sus 18 años, cursando el último año de preparatoria, se posicionaba como la mejor alumna de su grado en el sentido académico, y en el ambito deportivo era la co-capitána del equipo de fútbol americano.

Puede parecer que Mina llevaba la vida perfecta, ¿no? De hecho sí, solo existía un pequeño detalle: por alguna razón, no lograba sentirse atraída por ninguna persona.

Ella solo pensaba:

-¿Betas?, Qué aburridos.

- ¿Alfas?, No es que tenga algo de malo que a una alfa le guste otro pero... asco... los alfas son amigos, no comida.

- ¿Omegas? Pareciese que es lo más natural, pero todos y todas me parecen iguales...no voy a negar que la atracción física es alta, pero en otro aspecto diferente al sexo... simplemente ninguno me ha parecido lo suficientemente interesante.

Sin embargo, Mina dejaba su vida fluir.

Si su destino era ser una atractiva alfa soltera el resto de su vida, podría vivir con ello, al menos eso espera.

***

Hoy era una mañana común y corriente en su vida, 6:30 a.m. y su alarma ya había sonado hasta hacerla levantar. Como siempre siguió su rutina matutina hasta estar vestida con unos pantalones de mezclilla ajustados que se aferraban tan forzosamente a sus grandes piernas, y un crop top negro que deja a la vista su marcado abdomen y su chaqueta del equipo de fútbol, con su mochila en una mano y su maleta de ropa deportiva en la otra.

Habiendo dado las 7:15 a.m. se encontraba por salir, cuando notó algo particular desde la ventana de la cocina, lugar donde estaba con su madre.

-Mamá, ¿la casa de tejo azul se vendió? - cuestionó la alfa que se encontraba lavando los platos.

Había estado deshabitada por casi dos años, pero ahora el jardín se veía pulcro. Aquel anuncio de venta había desaparecido y había un modesto automóvil rojo estacionado afuera del garaje.

-Ah sí, ayer un camión de mudanzas vino en la tarde, al parecer solo es una mujer con su hija - respondió su madre sin prestar importancia - pensaba ir esta tarde a darle la bienvenida con una tarta de la pastelería del centro, ¿quieres venir conmigo? -cuestionó inquisitiva.

-No sé si me dé tiempo, tengo entrenamiento hasta tarde - respondió Mina desinteresada- de cualquier manera, ya me voy, se me hace tarde - concluyó despidiéndose de su madre y salio hacia su deportivo negro.